A 27 años de que Steve Jobs presentara la iMac ¿Cómo fue la primera computadora de Apple?
El 6 de mayo de 1998, Steve Jobs subió al escenario del auditorio de Apple en Cupertino para presentar un producto que marcaría un antes y un después no solo para la compañía, sino también para el mundo de la tecnología personal: el primer iMac.
Hoy, a 27 años de aquel lanzamiento histórico, vale la pena recordar cómo fue esta computadora que rompió con todos los esquemas de la época y revitalizó a una Apple que, en ese entonces, luchaba por mantenerse relevante en el mercado.
El lanzamiento que marcó un regreso
La presentación del iMac G3 fue también el regreso triunfal de Steve Jobs a Apple, la empresa que él mismo había cofundado en 1976 y de la que había sido despedido en 1985.
Cuando volvió en 1997, encontró una compañía en crisis, con un catálogo de productos confuso y unas finanzas muy comprometidas. Jobs sabía que hacía falta algo radical, algo que demostrara al mundo que Apple aún podía innovar, sorprender y liderar.
Ese «algo» fue el iMac. Su nombre completo era «iMac G3», y su aspecto rompía totalmente con las convenciones de la informática de finales de los 90.
Mientras que las computadoras de escritorio del momento eran cajas grises y monótonas, el iMac apareció con una carcasa semitransparente de color azul, con líneas curvas, diseño todo en uno y una apariencia más cercana a un objeto de diseño moderno que a un equipo técnico.
Un diseño icónico y una filosofía diferente
El diseño del iMac fue obra de Jonathan Ive, quien luego se convertiría en uno de los diseñadores más influyentes de la industria tecnológica. Apple apostó por una estética amigable, colorida y llamativa.
El iMac no solo era un equipo funcional, sino también un símbolo de estilo y personalidad. Su carcasa semitransparente permitía ver parte de sus componentes internos, algo impensable en ese momento y que capturó la atención de usuarios y medios por igual.
Además del color azul Bondi original, con el tiempo se lanzarían otros modelos en tonos como lima, mandarina, uva y fresa, todos igual de vibrantes. Apple quería que los consumidores vieran al iMac como algo propio, como una extensión de su gusto y estilo.
Pero no solo el diseño era revolucionario: el iMac también rompía con algunas convenciones técnicas. Fue uno de los primeros equipos en eliminar completamente la disquetera, apostando por el CD-ROM como medio de almacenamiento óptico.
Además, incorporó puertos USB cuando aún no eran comunes, dejando fuera conectores heredados como el ADB o el puerto paralelo. Esta decisión fue arriesgada, pero anticipó el estándar que dominaría en la siguiente década.
Especificaciones y capacidades
El primer iMac incluía un procesador PowerPC G3 de 233 MHz, 32 MB de RAM (ampliables hasta 128 MB), un disco duro de 4 GB y una unidad de CD-ROM de 24x. La pantalla CRT incorporada era de 15 pulgadas, con una resolución de 1024×768 píxeles. Todo esto venía en un solo chasis que integraba la CPU, la pantalla y los altavoces.
También destacaba su conectividad. Venía con un puerto Ethernet de 10/100 Mbps, algo que mostraba la clara intención de Apple de posicionarlo como una computadora «para Internet», concepto que se reforzaba con la «i» de su nombre.
De hecho, Steve Jobs explicó que la «i» en iMac se refería principalmente a «Internet», aunque también evocaba términos como «individual», «instrucción», «información» e «inspiración».
El impacto del iMac
El iMac fue un éxito inmediato. Se vendieron cerca de 800 mil unidades en sus primeros cinco meses, una cifra impresionante para la época. No solo salvó a Apple de la bancarrota, sino que relanzó su imagen como una marca innovadora, atrevida y enfocada en el diseño.
Fue el inicio de una nueva era para la compañía, que luego traería otros éxitos como el iPod, el iPhone y el iPad.
El iMac también influyó en toda la industria. A partir de su aparición, los fabricantes comenzaron a prestar más atención al diseño de sus productos.
La idea de que una computadora podía ser un objeto deseable, estéticamente atractivo, fue ganando fuerza. Además, su enfoque en la simplificación y en la conexión a Internet reflejaba con claridad hacia dónde se dirigía el futuro de la informática personal.
Hoy, 27 años después de aquella presentación de Steve Jobs, el iMac sigue siendo parte importante del catálogo de Apple, aunque ha evolucionado en potencia, diseño y materiales.
Pero el espíritu de aquel primer modelo sigue presente: una computadora que no solo funciona bien, sino que también invita a usarla, a admirarla y a sentir que hay algo especial en ella.
Fuente: msn.com