Taytalura, la nueva especie que ahonda en el origen de los reptiles modernos
Un equipo científico describe una nueva especie de reptil, hallada en Argentina, que representa el miembro más primitivo de los lepidosaurios, un grupo que hoy alberga más de 10.000 especies
Los lagartos y las serpientes son un componente clave de la mayoría de los ecosistemas terrestres. Ahora, un equipo científico describe una nueva especie de reptil, hallada en Argentina, que representa el miembro más primitivo de los lepidosaurios, un grupo que hoy alberga más de 10.000 especies.
Este ancestro, que los investigadores han llamado Taytalura alcoberi, es el primer fósil de lepidosaurio primitivo conservado en tres dimensiones y su descubrimiento en yacimientos argentinos del Triásico Superior ayuda a cerrar «la brecha» del conocimiento sobre el origen y evolución temprana de este grupo.
Su descripción se publica en la revista Nature y la nueva especie representa el antiguo precursor de la mayoría de los reptiles modernos, según científicos de la Universidad Nacional de San Juan (Argentina), de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) y del Museo estatal de Historia Natural de Stuttgart, en Alemania.
«Este fósil, bellamente conservado en 3D, es realmente un hallazgo importante», relata Gabriela Sobral, del museo alemán, quien resume: «es el fósil más completo que tenemos hasta ahora que representa las primeras etapas de la evolución del lepidosaurio».
Junto a los tuátaras de Nueva Zelanda, los escuamatos o escamosos (todos los lagartos y serpientes) constituyen los lepidosaurios, con diferencia el mayor grupo moderno de reptiles, explica un comunicado de la Universidad de Harvard.
Tanto los escamosos como los tuátaras tienen una historia evolutiva extremadamente larga; sus linajes son más antiguos que los dinosaurios, ya que se originaron y divergieron entre sí en algún momento hace unos 260 millones de años.
Sin embargo, la fase inicial de la evolución de los lepidosaurios, hace entre 260 y 150 millones de años, está marcada por fósiles muy fragmentados que no aportan muchos datos útiles para entender su evolución temprana, lo que ha dejado sus orígenes «sumidos en el misterio durante décadas».
Taylatura, descubierta por Ricardo N. Martínez, del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan, ha permitido ahora a los científicos «inferir con gran confianza» su ubicación en el árbol evolutivo de los reptiles.
En concreto, Martínez halló en el parque provincial Ischigualasto (San Juan) hace dos décadas un minúsculo cráneo con su mandíbula de solo 2 centímetros, según una nota de las instituciones argentinas.
Ahora, con distintas técnicas como la tomografía computarizada de alta resolución y análisis estadísticos, los científicos pudieron confirmar las sospechas de que Taytalura era el miembro más primitivo del linaje que acabó originando todos los lagartos y serpientes.
El animal al que pertenecieron los fósiles hallados debió de medir unos 15 centímetros de largo, no muy distinto a cualquier lagartija viviente; su edad se ha determinado en unos 230 millones de años de antigüedad, a principios del Triásico Superior, una época en la que los primeros dinosaurios iban ganando terreno.
Otros lepidosaurios tempranos se han hallado en Europa, pero Taytalura no solo parece ser ancestral a todos ellos en su aspecto, sino que es el primero encontrado en el sur de Pangea, mostrando que la evolución del grupo no sólo ocurrió en el norte.
Taytalura conserva una composición de rasgos que los investigadores no esperaban encontrar en un fósil tan temprano; por ejemplo, muestra algunas características que creían exclusivas del grupo de los tuátaras.
Además, tiene una dentición única, que difiere de los dientes encontrados en cualquier grupo de lepidosaurios vivos o extintos.
Taytalura alcoberi es el primer fósil del que puede aseverarse que evolutivamente representa al primer lepidosauromorfo del mundo -grupo que incluye a los actuales lepidosaurios-, concluyen los investigadores.
Su nombre deriva de la palabra quechua tayta, que significa «padre o abuelo» y lura del kakan (lengua hablada por los diaguitas, antiguos pobladores de la zona de San Juan) que significa «lagarto».
El nombre específico hace honor al paleontólogo sanjuanino Oscar Alcober, quien lideró junto a Martínez la expedición en la que se halló el espécimen.
Fuente: EFE