Se constata que la erupción del Tambora dejó a 1816 sin verano
Las condiciones de frío observadas en el verano de 1816 habrían sido casi imposibles sin la erupción del volcán Tambora, según un nuevo estudio con técnicas modernas de modelado del clima.
En 1816 se registraron temperaturas globales excepcionalmente bajas, con un verano particularmente frío y húmedo en Europa central y occidental que condujo a problemas agrícolas y hambrunas generalizadas. La erupción del monte Tambora en Indonesia en 1815 se ha supuesto durante mucho tiempo la causa, con un vínculo establecido ya en 1913.
Ahora, utilizando datos históricos y técnicas modernas de modelado, los investigadores liderados por la Universidad de Edimburgo, en Reino Unido, han estimado lo importante que fue la erupción.
El autor principal del estudio, el doctor Andrew Schurer, de la Universidad de Edimburgo, explica que “la erupción del Monte Tambora en abril de 1815 fue una de las más explosivas del último milenio. Tuvo un enorme impacto local, devastando la isla de Sumbawa”.
La erupción inyectó una gran cantidad de dióxido de azufre (SO2) en la estratosfera, que se habría extendido rápidamente por todo el mundo, oxidándose para formar aerosoles de sulfato.
“Estos aerosoles volcánicos reducen la radiación neta de onda corta causando un enfriamiento superficial extenso y duradero. También conducen a una reducción de la lluvia global, al tiempo que humedecen algunas regiones secas y provocan cambios dinámicos en la circulación a gran escala tanto del océano como de la atmósfera”, añade.
El equipo de investigación, que publicó resultados en la revista ‘Environmental Research Letters’, utilizó datos instrumentales combinados con nuevas simulaciones climáticas de dos modelos diferentes, para realizar un análisis de atribución de eventos. Su objetivo era determinar si, y en qué medida, el forzamiento volcánico afectó la probabilidad de condiciones frías y húmedas en ese ‘año sin verano’.
Sus resultados, desde veranos con patrones similares de presión a nivel del mar hasta 1816, utilizando observaciones y simulaciones de modelos climáticos no perturbados, muestran que el estado de circulación puede reproducir la anomalía de precipitación sin forzamiento externo, pero solo explica aproximadamente una cuarta parte de las condiciones anormalmente frías.
El doctor Schurer apunta que “incluir el forzamiento volcánico en los modelos climáticos puede explicar el enfriamiento, y estimamos que aumenta la probabilidad de temperaturas extremadamente frías hasta 100 veces”.
“Aunque el patrón de presión del nivel del mar observado puede explicar gran parte de las condiciones de humedad anormalmente observadas, incluso sin el forzamiento volcánico, existe una fuerte evidencia en las simulaciones del modelo de que la erupción volcánica aumenta la posibilidad de un verano tan húmedo en Europa Central, por aproximadamente 1,5 a tres veces”, añade.
Este experto recuerda que “el monte Tambora desempeñó un papel dominante en causar las condiciones de frío observadas, y probablemente también contribuyó a las condiciones anormalmente húmedas. Sin el forzamiento volcánico, es menos probable que haya estado tan húmedo y muy poco probable que haya estado tan frío”.
Fuente: EP