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Raros gusanos marinos de ‘fuego demoníaco’ descubiertos en Japón

Científicos les dan el nombre de demonios folclóricos debido a su espeluznante brillo

Se han descubierto en Japón tres nuevas especies de raros gusanos que brillan en la oscuridad y que tienen un “sorprendente parecido” con los demonios descritos en el folclore.

Las especies recién descubiertas, llamadas Polycirrus onibi, Polycirrus aoandon y Polycirrus ikeguchii, pertenecen a una familia de animales conocidos como gusanos de cerdas, que normalmente se encuentran en las aguas poco profundas de los ríos y arroyos japoneses.

Las criaturas emiten un brillo luminiscente azul y púrpura por lo que parecen brumosos fuegos fatuos nocturnos, lo que significa que pueden haber servido de inspiración para viejos cuentos de demonios japoneses, o “yokai”, sugieren los autores del estudio.

Los nombres están inspirados en el folclore japonés. Por ejemplo, “onibi” (o fuego demoníaco) es un yokai de fuego fatuo que toma la forma de una pequeña bola flotante de luz que aparece en montañas y bosques remotos para desviar a los desprevenidos viajeros.

“Aoandon” es una encarnación del terror humano, creada a partir del miedo combinado de grupos de personas que se reunían para contar historias de fantasmas a la luz de linternas de papel azul. A medida que se contaban las historias, según la superstición, las linternas se apagaron lentamente y su tenue luz azul pálido reveló la aparición de una mujer demoníaca con un kimono blanco con afilados y ennegrecidos dientes; garras por manos y cuernos brotando de debajo de su largo y oscuro cabello.

“Ikeguchi”, mientras tanto, es el único nombre que no hace referencia al folclore japonés. En cambio, honra al ex director del Acuario de Notojima, quien ayudó a descubrir el gusano.

Los gusanos Polycirrus se llaman así por los tentáculos que brotan de sus bocas y que les permiten tamizar los sedimentos del agua en busca de alimento. El género pertenece a una familia diversa de gusanos llamados gusanos de cerdas o poliquetos, animales antiguos, que se remontan al menos al período Cámbrico hace 505 millones de años, que han sobrevivido a cada uno de los cinco eventos de extinción masiva de la Tierra.

Los gusanos de cerdas reciben su nombre por sus gruesas cerdas, a veces tóxicas, y se han visto en casi todos los hábitas acuáticos; incluso estacionado junto a respiraderos hidrotermales de 140 grados Fahrenheit (60 grados Celsius) en el fondo del océano.

Los investigadores quieren descubrir ahora cómo crean su etérea luz estos gusanos recién descubiertos.

La bioluminiscencia es “un tesoro oculto de química interesante e inusual”, y comprender los mecanismos detrás de ella ayudaría a la investigación en ciencias médicas y de la vida, dijo en un comunicado el autor principal del estudio, Naoto Jimi, profesor asistente de biología marina en la Universidad de Nagoya.

“Tenemos la intención de utilizar nuestros hallazgos para profundizar nuestra comprensión de la naturaleza molecular de este fenómeno y aplicar este conocimiento al desarrollo de nuevas tecnologías de ciencias de la vida”, dijo.

Los investigadores publicaron sus hallazgos el 29 de marzo en la revista Royal Society Open Science: Investigating the diversity of bioluminescent marine worm Polycirrus (Annelida), with description of three new species from the Western Pacific

Fuente: vistaalmar.es