Un cinturón inusual de rocas ígneas que se extiende más de 3.000 kilómetros desde Columbia Británica, Canadá, hasta Sonora, México, ha sido identificado por investigadores de la Universidad de Wyoming.
El cinturón de rocas atraviesa Idaho, Montana, Nevada, el sureste de California y Arizona. «Los geocientíficos suelen asociar largos cinturones de rocas ígneas con cadenas de volcanes en zonas de subducción, como el monte Shasta, el monte Hood, el monte Santa Helena y el monte Rainer», dice en un comunicado Jay Chapman, profesor asistente en el Departamento de Geología y Geofísica de la Universidad de Wyoming.
«Lo que hace que este hallazgo sea tan interesante y misterioso es que este cinturón de rocas ígneas se encuentra mucho más tierra adentro, lejos del borde del continente, y no contiene ninguna evidencia de que se produzcan volcanes. De hecho, todo el derretimiento para generar las rocas ígneas originalmente se encontraban a gran profundidad bajo tierra, de cinco a diez millas por debajo de la superficie».
Chapman es el autor principal de un artículo, titulado «The North American Cordilleran Anatectic Belt», que se publicó en línea en febrero en la revista Earth-Science Reviews.
Una pista sobre el origen del cinturón de rocas ígneas es que las rocas se formaron principalmente hace 80 millones a 50 millones de años, durante un evento de formación de montañas llamado orogenia Laramide.
«La orogenia Laramide creó la mayoría de las principales cadenas montañosas que tenemos en Wyoming, y el nombre en realidad proviene de Laramie Range», dice Chapman. «Aunque no hay rocas ígneas de este tipo y edad presentes en esas montañas, sospechamos que los procesos tectónicos que crearon las montañas también contribuyeron a derretir la corteza terrestre».
Los investigadores tienen varias hipótesis de trabajo sobre qué causó el derretimiento de las rocas. Una hipótesis es que el agua se infiltró en la corteza profunda. La geoquímica de estas rocas indica que el derretimiento puede haber ocurrido a temperaturas relativamente bajas, por debajo de los 800 grados Celsius, muy caliente, pero no lo suficiente como para producir grandes volúmenes de magma. El agua reduce el punto de fusión de las rocas, de forma similar a como la sal reduce el punto de fusión del hielo, y podría aumentar la cantidad de magma generado.
Este trabajo tiene implicaciones sobre las causas de la fusión de las rocas y dónde se pueden encontrar tipos específicos de magmas.
Fuente: europapress.es