Los monos capuchinos aprenden motivados por una recompensa
¿Cuáles son los mecanismos psicológicos que usan los animales para aprender? Esa es la pregunta fundamental que plantea Brendan Barrett, el principal autor de una investigación de la Universidad de California-Davis que estudia el aprendizaje de nuevas técnicas en los monos capuchinos (Cebus capucinus).
De acuerdo con el estudio, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, los capuchinos salvajes aprenden nuevas habilidades del resto del grupo motivados por la idea de adquirir una nueva capacidad que les resulte útil en su día a día, es decir, por una recompensa.
Este descubrimiento constituye la primera demostración en animales salvajes del aprendizaje basado en la obtención de gratificaciones, señalan los autores.
Según el investigador, que trabajó con un grupo de capuchinos en el noroeste de Costa Rica, estos simios “exploran su mundo, recolectando comida, lo que incluye encontrar nuevas vías para cosechar y abrir frutos con alguna dificultad en su acceso”.
Al contrario que la mayoría de monos, los capuchinos tolerarán que otros primates les miren mientras abren la fruta. Así, Barret y su equipo estudiaron en profundidad sus estrategias de aprendizaje y observaron cómo aprendían a abrir el fruto del árbol de Panama, cuya nuez está recubierta por una dura cáscara.
Búsqueda del mejor método
A través de la observación directa, los científicos descubrieron que la mayoría del grupo adoptaba, finalmente, el mejor método para abrir la futa. “Descubrimos que la técnica más eficaz se difundía muy rápidamente en el grupo, en aproximadamente dos semanas”, asegura el experto. Incluso los monos mayores, que ya conocían una forma de abrir el fruto, adoptaban otra si esta resultaba ser más eficiente, tras observar a sus compañeros.
Las hipótesis que maneja la investigación para explicar el comportamiento de estos pequeños monos son diversas: se adaptan a las costumbres de la mayoría del grupo; repiten lo mismo que hacen los más experimentados; aprenden de sus padres o parientes cercanos o, incluso, aprenden de su propia experiencia.
Por el momento, los científicos han concluido que los monos aprenden mediante una combinación entre observación y experiencia individual. Aunque subrayan que los adultos tienden más a confiar en su propia experiencia frente a los más jóvenes, que se centran más en prestar atención a las estrategias del resto.
Todo apunta a que el aprendizaje basado en el nivel de gratificación del resultado podría estar más extendido entre los animales de lo que se piensa. Entender cómo adquieren nuevas habilidades puede ser fundamental en situaciones como la introducción de nuevas especies en determinadas áreas o el cambio climático.
Fuente: SINC