Los chimpancés curan sus heridas con ungüento de mosquitos masticados
Sería una práctica de automedicación a base de insectos nunca observada en animales
Los chimpancés aplican mosquitos masticados para tratar heridas abiertas, lo que podría ser evidencia de automedicación en animales. Esos insectos podrían tener propiedades calmantes: se ha demostrado científicamente que algunos tienen incluso efectos antibióticos o antivirales.
Científicos del comportamiento que trabajan en el Proyecto Chimpancé Ozouga en Gabón han observado a los chimpancés aplicar insectos sobre las heridas como un ungüento, algo que nadie había visto antes. La observación podría ser evidencia de automedicación en los animales.
En noviembre de 2019, la voluntaria del proyecto Ozouga, Alessandra Mascaro, vio algo insólito: una chimpancé llamada Suzee que inspeccionaba una herida en el pie de su hijo adolescente, Sia, atrapó un insecto en el aire, se lo metió en la boca y luego lo aplicó sobre la herida, mojado con su saliva.
La sorpresa no terminó ahí: durante 15 meses, los científicos observaron que ese comportamiento era relativamente frecuente en la manada de 45 chimpancés acogidos en el Parque Nacional Loango en Gabón.
En ese periodo de tiempo, el equipo de Ozouga documentó 76 eventos de heridas abiertas, de las cuales 22 fueron “tratadas” con insectos en diferentes miembros de la manada.
Mismo procedimiento
Hasta 19 veces se observó esta terapia con animales atendiendo sus propias heridas (a menudo mordidas de restos entre miembros del grupo o con extraños), y tres veces con un chimpancé que atendía heridas de otro.
El procedimiento siempre era el mismo: atrapar un insecto, aplastarlo o sostenerlo entre sus labios y luego frotarlo sobre la herida, a veces repetidamente. Los investigadores publican sus hallazgos en la revista Current Biology.
Sin embargo, el equipo de investigación no sabe exactamente qué insectos están usando los chimpancés o cuáles son sus propiedades medicinales, aunque supone que esos insectos podrían tener propiedades calmantes que podrían aliviar el dolor: se ha demostrado científicamente que algunos insectos tienen efectos antibióticos o antivirales.
El equipo de Ozouga se propone identificar los insectos que utilizan los chimpancés para tratar sus heridas abiertas y documentar quién aplica insectos a quién.
Automedicación
Este comportamiento se parece mucho a lo que los científicos llaman automedicación. Se sabe que muchos animales se automedican.
Sin embargo, los científicos de Ozouga dicen que nunca nadie había visto animales automedicarse con un insecto para tratar una herida abierta.
Muchos animales, al igual que los humanos, usan partes de plantas u otras sustancias para protegerse contra los patógenos, destacan los investigadores.
“Por ejemplo, nuestros parientes vivos más cercanos, los chimpancés y los bonobos, consumen ciertas hojas para protegerse de los parásitos intestinales. El uso de insectos -con probadas propiedades analgésicas y antiinflamatorias- solo se conocía en humanos y aún no se había observado en chimpancés u otros animales, explica la investigadora Simone Pika en un comunicado.
También se han observado formas de automedicación en numerosas especies animales, incluidos insectos, reptiles, aves y mamíferos: para combatir patógenos o parásitos, ingieren sustancias no nutritivas, como ciertas partes de plantas que contienen principios activos farmacológicos.
En el caso de los chimpancés de Gabón, los científicos sospechan que los insectos aplicados podrían tener propiedades antiinflamatorias, antisépticas o analgésicas. Por tanto, es evidente que se trata de un uso terapéutico dirigido a las heridas.
Dimensión cultural
Añaden que esto puede ser un elemento de la cultura chimpancé local que refleja un comportamiento social inesperado.
Pika dice al respecto: “estos ejemplos de comportamiento claramente prosocial rara vez se documentan en especies no humanas, pero estas observaciones ahora pueden convencer incluso a los escépticos”.
Además de examinar el insecto utilizado, los investigadores también quieren examinar la dimensión social del comportamiento, como los principales actores y destinatarios de los tratamientos, así como los procesos de aprendizaje social que están asociados con la posible transmisión cultural.
“Es simplemente fascinante ver que los chimpancés salvajes todavía nos sorprenden con nuevos comportamientos inesperados después de décadas de investigación”, concluye el coautor Tobias Deschner.
Fuente: Tendencias21