¿Por qué los animales viven en un mundo de colores?
En la naturaleza el color es algo que percibe el sistema nervioso de los animales al interpretar la luz. Como si se tratara del timbre característico de cada instrumento, los ojos y los demás sistemas que reciben la luz interpretan su mezcla de “tonalidades”: el conjunto de longitudes de onda de la radiación electromagnética. A cada una de ellas, dentro de un umbral, el sistema nervioso de cada animal les asigna un color. En función de las necesidades de cada uno, hay animales que solo perciben dos colores (blanco y negro), las mezclas de tres (la llamada visión tricromática, como el humano) o incluso mezclas de 12 colores que no podemos ni imaginar.
Un grupo de 27 investigadores ha presentado un artículo de revisión en la revista Science, titulado “La biología del color”, sobre los últimos avances que se han producido en el campo del color y la visión en los seres vivos, que, según ellos, ha inaugurado una nueva era en este campo. En concreto, han escrito sobre el papel que tienen los colores en darle forma a las caras de las avispas, la evolución que ha sufrido el camuflaje en especies distintas o los “tramposos” reptiles que imitan el patrón de colores de la peligrosa serpiente coral, entre otras muchas cosas.
Una de las ideas principales que han resaltado es que la coloración tiene una gran importancia en la supervivencia y en la reproducción de los animales. Afecta al camuflaje, avisa de un peligro y disuade a otros, sirve para elegir pareja, es una forma de comunicación, permite combatir a los parásitos y es útil para regular la temperatura. Además, se ha averiguado mucho sobre como cada organismo percibe el color, cómo produce sus pigmentos, cómo varían los patrones de coloración a escala geográfica o cómo se ha producido su evolución.
“El conocimiento sobre la producción, la percepción y la función de la coloración está llamada a hacer importantes contribuciones para la medicina, la seguridad, la ropa y hasta los usos militares”, ha explicad Tim Caro, investigador de la Universidad de California (EE.UU.) y uno de los autores del estudio.
Estas ideas han cambiado en buena parte gracias a los avances que se han producido en el campo de la espectrofotometría, las imágenes digitales o los estudios a gran escala.
La investigadora Elizabeth Tibbetts, de la Universidad de Michigan (EE.UU.), ha descubierto que una avispa, llamada Polistes fuscatus, tiene unos rasgos equivalente a la cara humana, al menos en parte. Cada individuo tiene un patrón propio de color, y además tienen la habilidad para recordar el de los demás. Otra avispa, Polistes dominula, tiene unos colores en la cara que informan de cuál es su habilidad para luchar. En función del número de puntos de la cara de cada una de ellas, la otra sabe que nivel de amenaza representa. Como si fuera el color de un cinturón de karate.
La bióloga Alison Davis Rabosky, también de la Universidad de Michigan, ha estudiado cómo una serpiente ha “aprendido” a imitar el inconfundible patrón de colores de la serpiente coral, una especie venenosa y letal, para que otros animales “piensen” que es peligrosa y la dejen en paz. Rabosky ha tenido en cuenta las 150 especies de serpiente coral y ha hecho un estudio geográfico, genético y ecológico de la coloración para tener una idea espaciotemporal sobre la evolución de estos colores.
Justin Marshall, investigador en la Universidad de Queensland (Australia), ha investigado la evolución de la visión del color y sus diferencias entre los distintos animales. Por ejemplo, “La gamba mantis tiene cuatro veces más receptores de colores que los humanos. Nosotros tenemos tres, el verde, el rojo y el azul, pero ellas tienen 12”, ha dicho Marshall.
Además, este investigador ha analizado cómo algunos animales usan colores invisibles para los humanos, como la luz ultravioleta. Esto, según él, tiene incluso interés a la hora de diseñar nuevos materiales o pigmentos.
Anuque la coloración se ha estudiado durante décadas, no ha sido hasta recientemente cuando invetigadores pertenecientes a muchas ramas han unido sus fuerzas para comprender este importante rasgo y cómo evoluciona. “Estamos en el umbral de una nueva era en la ciencia del color, y el trabajo interdisciplinar y colaborativo de este proyecto es muy prometedor”, han escrito los autores del estudio.
Fuente: abc.es