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Las mantis religiosas son mucho más aterradoras de lo que creíamos

La mantis religiosa es uno de los insectos más aterradores del planeta: está equipada con potentes patas delanteras que usa para atrapar incautos insectos, arañas e incluso (aunque rara vez) anfibios o reptiles. Sin embargo, tal y como revelan nuevas investigaciones, las mantis religiosas son también capaces de capturar aves —y lo hacen más seguido de lo que pensábamos—.

Esta nueva investigación, publicada en The Wilson Journal of Ornithology, muestra que a menudo las pequeñas aves son víctimas de la mantis religiosa. No solo eso, este comportamiento está presente en diferentes especies de mantis en todo el mundo. La mayoría de casos de violencia insecto-animal documentados en Norteamérica tiene como protagonista a pequeñas aves —en particular colibríes—, las cuales son atrapadas por sus depredadores cuando visitan comederos de aves o jardines de casas.

La mantis religiosa cuenta con icónicas patas frontales raptoras que le permiten capturar animales y sujetarlos mientras los come. Sus presas principales son insectos y arañas, pero también se le ha visto comer pequeños vertebrados como ranas, lagartos, salamandras y serpientes. De manera menos frecuente, se le había visto devorando aves, pero no se sabía con certeza si se trataban de casos aislados o de un comportamiento específico de un selecto grupo de mantis religiosas. El nuevo estudio, que tiene como coautores a James Van Remsen, de la Universidad Estatal de Louisiana, y a Martin Nyffeler, de la Universidad de Basel, nos muestra que esta conducta de devorar aves está extendida en todo el mundo, lo que confirma que, definitivamente, es un comportamiento habitual de las mantis.

Los zoólogos recolectaron y documentaron cerca de 150 casos de mantis comedoras de aves en todo el mundo. De este total, se observó que 12 especies, pertenecientes a nueve familias, comían pequeñas aves. Los investigadores registraron este comportamiento en 13 países, y en todos los continentes, excepto en la Antártida. En lo que respecta a las presas, se sabe que las mantis consumen una amplia variedad de aves: 24 especies pertenecientes a 14 familias.

“El hecho de que comer aves sea un comportamiento tan extendido de la mantis religiosa, taxonómica y geográficamente hablando, es un descubrimiento espectacular”, recalcó Nyffeler en un comunicado de prensa.

De las aves capturadas, cerca del 78% fueron asesinadas y comidas por las mantis, y solo un 2% logró escapar por sus propios medios. El restante 18% fue rescatado por humanos incapaces de tolerar cómo las aves iban a ser despedazadas por el voraz insecto.

De los casos observados, el 70% fue registrado en los Estados Unidos, donde la mantis religiosa comúnmente está a la espera de sus presas, cerca de alimentadores de colibríes o de plantas polinizadas por estas aves en los jardines de las casas. Como resulta obvio, los colibríes son las víctimas frecuentes de las mantis —en especial el colibrí de garganta roja—.

Este descubrimiento es preocupante, dado que muchas especies exóticas de mantis religiosa fueron deliberadamente puestas en libertad en Norteamérica hace unos años, como medida de control de plagas. Ahora, estos insectos importados representan una nueva amenaza para los colibríes y otras aves pequeñas. Esto se agrava debido a que las mantis nativas grandes también se alimentan de aves. Frente a esta situación, los autores en su estudio concluyeron lo siguiente: “Por tanto, para el control de plagas de insectos en jardines, sugerimos precaución en el uso de mantis de gran tamaño, sobre todo de las no nativas”.

Fuente: gizmodo.com