Las ballenas de Groenlandia exfolian su piel frotándose contra las rocas
Imágenes aéreas de estos cetáceos en el Ártico de Canadá han revelado que las ballenas de Groenlandia mudan la piel y se frotan en grandes rocas para quitarse la piel muerta. Según un estudio publicado en la revista Plos One por un equipo científico liderado por Sarah Fortune, de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), otras especies de cetáceos que habitan el ártico, como como las ballenas beluga o el narval también realizan el mismo proceso.
Las ballenas beluga y probablemente el narval mudan en los estuarios durante el verano, donde es posible que el agua más cálida facilite el recambio de la piel al aumentar las actividades metabólicas o al proporcionar una señal fisiológica similar a la de la luz del día. Sin embargo, se sabía poco sobre la muda en las ballenas de Groenlandia.
Las imágenes obtenidas brindan una respuesta al misterio de por qué las ballenas regresan a Cumberland Sound, Nunavut, cada verano, y ayuda a explicar algunos comportamientos inusuales que han sido notados históricamente por balleneros inuit y comerciales que viven y trabajan en la zona, dicen los autores.
Todas las ballenas de Groenlandia estudiadas estaban mudando y casi el 40% de ellas tenía piel con manchas en gran parte de sus cuerpos. Los vídeos capturaron individuos que se frotaban en grandes rocas en áreas costeras poco profundas. Este trabajo apoya la hipótesis de que el agua más cálida puede facilitar la muda y sugiere que el roce con las rocas facilita la exfoliación.
Además, los investigadores especulan que las ballenas de Groenlandia pueden mudar para eliminar parásitos como los piojos o para deshacerse de la piel que ha sido dañada por el Sol. Esto último podría reducir el riesgo de radiación ultravioleta durante el verano en latitudes altas, lo que podría ser importante para especies de larga vida, como estas ballenas que son los mamíferos marinos más longevos del planeta, con una esperanza de vida de hasta 200 años, ya que el daño en la piel se acumula con la edad.
Y hace unos días, conocíamos que biólogos marinos estadounidenses descubrieron que las ballenas azules (Balaenoptera musculus), dependiendo de la profundidad en la que cazan, se comportan como diestras o zurdas: lo que para estos cetáceos se traduce en que, para observar y atrapar presas, giran en sentido horario o antihorario, según un estudio publicado en Current Biology.
Fuente: Plos One