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Las aves marinas prevén los tifones antes de emprender la migración

Gracias a un agudo sentido, los charranes alteran los planes de vuelo para escapar de las tormentas y, al mismo tiempo, sacan partido del alimento que estas dejan a su paso

Investigadores del Instituto Yamashina de Ornitología examinaron los datos registrados por dispositivos de seguimiento instalados en seis charranes de Sumatra (Sterna sumatrana) capturados en Okinawa, Japón, para averiguar más sobre la migración de estas aves durante varios años. En su periplo hacia las islas de Borneo y Sulawesi, los charranes atravesaron parte de la «autopista de los tifones», en el Mar de Filipinas. Pero variaron el momento de partida, a menudo aguardando aparentemente a que un gran tifón pasase de largo en el recorrido previsto.

«Parecen ser capaces de predecirlos», afirma Jean-Baptiste Thiebot, posdoctorando en el Instituto Nacional de Investigaciones Polares de Japón y autor principal del novedoso estudio, publicado el pasado mayo en Marine Biology. Este brinda algunas pistas sobre esa facultad del charrán, si bien otras investigaciones plantean que ciertas aves migratorias detectarían infrasonidos relacionados con los fenómenos meteorológicos u observarían cambios en las nubes.

Los charranes que Thiebot ha estudiado suelen evitar los tifones. Pero los temporales hacen aflorar alimento a la superficie del mar, por lo que su estela puede ser un maná para los hambrientos viajeros. «Podrían servirse de los tifones para saber en qué momento deben partir» en su migración anual, explica el investigador. En la temporada singularmente tranquila de 2017, en la que no hubo ningún tifón potente, iniciaron el viaje más tarde y volaron sin paradas. A Thiebot le gustaría ver confirmado ese extremo en un estudio más extenso. También se pregunta si el aumento de la frecuencia de los tifones podría afectar a la capacidad de predicción de las aves y dejarlas atrapadas en tiempo proceloso.

Robert Gill, zoólogo e investigador emérito del Servicio Geológico de EE.UU., ajeno al estudio, afirma que si bien la muestra del estudio es pequeña, contribuye a mejorar los conocimientos sobre la migración. Gill ha estudiado aves limícolas que «programan» en parte sus migraciones teniendo en cuenta los temporales próximos, pero pocos estudios han profundizado en ese comportamiento. En su opinión, «su capacidad de predicción supera la de los mejores meteorólogos, pero han contado con decenas de miles de años, si no millones, para perfeccionar esa habilidad.»

Fuente: investigacionyciencia.es