La “solitaria” rana boliviana Romeo finalmente tendrá una cita para salvar a su especie
Romeo, la rana boliviana considerada hasta ahora la más solitaria del mundo, tiene finalmente dos potenciales Julietas.
Durante meses, conservacionistas en Bolivia intentaron hallar una pareja para Romeo, una rana acuática de Sehuencas, como se denomina la especie oriunda de una región al suroeste de La Paz.
Romeo vive en cautiverio en el Museo de Historia Natural Alcide d’Orbigny en Cochabamba y era considerado el último ejemplar de su especie.
Las ranas acuáticas no suelen vivir más de 15 años y Romeo ya tiene 10, por lo que quedaban apenas cinco años para buscarle una pareja.
Los científicos hallaron ahora cinco ranas acuáticas de Sehuenca (tres machos y dos hembras) en un bosque nublado de Bolivia. Y esperan que un programa de reproducción en cautiverio permita reintroducir nuevos ejemplares a su hábitat natural.
Personalidades diferentes
“Romeo es muy calmo y relajado y no se mueve mucho”, dijo a la BBC Teresa Camacho Badani, científica del Museo de Historia Natural en Cochabamba y líder de la expedición que halló las ranas.
Camacho Badani tiene esperanzas en el dicho de que “los opuestos se atraen”, incluso en el caso de las ranas acuáticas.
“Romeo es saludable, come bien, pero es bastante tímido”.
Julieta, sin embargo, tiene una personalidad muy diferente. “Es muy enérgica, nada y come mucho y a veces intenta escaparse”.
“No soy muy exigente”
Los cinco anfibios son las primeras ranas acuáticas de Sehuenca halladas en unos 10 años.
Romeo fue capturado hace una década, cuando los científicos constataron que la especie estaba en peligro, pero no esperaban que la rana permaneciera en soledad durante tanto tiempo.
La situación de Romeo ganó popularidad en redes sociales.
Como parte de la campaña para salvar a la especie, los biólogos crearon un perfil de Romeo en el sitio de citas en línea Match.com, en el que la rana exponía sus virtudes.
“Estoy aquí con la esperanza de encontrar a la pareja perfecta para que podamos salvar a los nuestros (sin presiones ;))”, decía Romeo.
“No soy muy exigente, solo busco otras Sehuencas como yo”.
El perfil de Romeo fue parte de una campaña para recolectar US$15.000 para financiar expediciones a ríos y arroyos en los que solían encontrarse ranas de Sehuencas.
Cuarentena
Las ranas recién descubiertas están ahora en cuarentena en el centro de conservación del museo.
“Tenemos una verdadera oportunidad de salvar a las ranas acuáticas de Sehuencas y restaurar una parte única de la diversidad de la vida que es la base de los bosques de Bolivia”, señaló a la BBC Chris Jordan, de la Fundación Global Wildlife, que apoya los esfuerzos de conservación de la especie.
Las ranas en cuarentena recibirán tratamiento para protegerlas de la quitridiomicosis, una enfermedad infecciosa causada por un hongo que está teniendo consecuencias devastadoras para los anfibios.
Terminado el período de cuarentena, Romeo podrá finalmente encontrarse con Julieta.
“Gran oportunidad”
El 22% de las especies de anfibios en Bolivia están amenazadas, fundamentalmente debido a la pérdida de hábitat, el cambio climático y la contaminación de los ríos.
Camacho Badani señaló que la historia de Romeo es importante para llamar la atención sobre la situación desesperada de los anfibios.
Los conservacionistas no lograron hallar otras ranas acuáticas en arroyos y ríos cercanos, lo que plantea serias dudas sobre la salud del ecosistema.
“Es una gran oportunidad para entender esas amenazas y para aprovechar la fama de Romeo con el fin de ayudar a otras especies”, señaló la bióloga.
En el caso de otras especies como el sapillo balear en la isla de Mallorca y el sapo de Kihansi en Tanzanía, fue posible reintroducir anfibios a su medio natural a partir de la reproducción en cautiverio de pocos individuos.
“Estos casos nos dan esperanza, en el contexto de la sexta extinción que vivimos, de que hay soluciones para mantener nuestra maravillosa biodiversidad, proteger especies amenazadas y lograr que incluso especies extintas en su medio silvestre puedan ser recuperadas”, señaló Jordan.
Para el conservacionista, todas las especies son importantes y no deben subestimarse, porque su ADN representa millones de años de evolución.
Fuente: BBC