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Hacen de todo: los rituales extraños de estos 4 animales para conseguir pareja

Tomar rehenes, orinar a su futura pareja o devorar a sus pretendientes son algunas de las acciones que se pueden apreciar en el reino animal

Durante el Día de San Valentín los enamorados buscan impresionar a sus parejas de diferentes maneras, desde regalar rosas, chocolates o bombones, hasta con cenas románticas. En el mundo animal pasa algo similar, sin importar si es o no 14 de febrero varias especies realizan diferentes esfuerzos para lograr satisfacer su necesidad natural de reproducirse.

El cortejo para los animales silvestres representa una serie de acciones personales, con las que buscan destacar entre los demás especímenes para llamar la atención de la hembra; esto implica un riesgo para las especies puesto que pueden “atraer” a sus depredadores, terminar en una pelea entre machos para demostrar “su valentía” o incluso tener la muerte como destino.

Por estos motivos te presentamos algunas muestras de amor extrañas que hay en el mundo silvestre.

Los pandas “toman rehenes”

Estos osos originarios de China son una de las especies que más difícil es cuidar en cautiverio. Su naturaleza salvaje hace que su reproducción se convierta en un gran campo de batalla entre machos que persiguen a la hembra hasta que esté lista para aparearse.

Los cineastas Yuanqi Wu y Jacky Poon lograron captar las primeras imágenes de copulación entre estos mamíferos para su documental “Pandas: Born to be Wild”, donde explicaron que en su hábitat natural se convierten en “unas bestias salvajes”.

Los documentalistas especialistas en naturaleza explicaron que es posible que la rivalidad masculina prolongada, sumado a la toma de “rehenes” podría desencadenar la ovulación femenina. Esto después de que siguieran a un grupo de tres pandas (dos machos y una hembra), durante su proceso de cortejo.

A pesar de que al principio ganó el macho adulto, la hembra luchó contra él y decidió huir. Tras este suceso los dos pandas siguieron durante semanas buscando el rastro de olor de la hembra hasta que uno desistió.

Un acto suicida

La viuda negra hembra es casi dos veces más grande que el macho, durante el apareamiento ésta devora a su pretendiente —de ahí la razón de su nombre—. Basado en información de la revista National Geographic, Maydianne Andrade, se dio cuenta en 1996 que las de espalda roja tenían encuentros sexuales más largos si el macho se dejaba devorar.

Esto se debe a que entre más tiempo duraba la relación sexual, el macho podía llenar a su pareja con más esperma. La académica de la Universidad de Toronto detalló que con este “suicidio copulativo” los machos garantizan su paternidad, puesto que en caso de que la viuda negra se apareaba de nuevo con otro pretendiente, el primero quedaba desplazado.

Hay muchos machos que intentan huir después del acto, sin embargo siempre terminan devorados por la hembra.

Una solo oportunidad

Los puercoespines de América del Norte deben de hacer todo lo que está al alcance de sus manos para asegurar la reproducción con las hembras, esto debido a que ellas solo entran en celo una vez al año y, este periodo dura entre ocho y doce horas.

De acuerdo con el especialista Uldis Roze, citado por Mindy Weisberger para la revista LiveScience, la hembra segrega un moco vaginal, el cual tiene un aroma que atrae a los machos que estén a su alrededor.

El puercoespín que logre ahuyentar a cualquier tipo “rival” y llegue donde está la hembra, estimula la ovulación empapándola de orina con un chorro a alta velocidad, de acuerdo con el académico de la Universidad de Washington.

Enamoran con el canto

Un equipo de académicos encabezado por Takefumi Kikusui de la Universidad de Azabu en Kanagawa, Japón, explicaron en un estudio publicado en la revista PLoS ONE en febrero de 2014, que los ratones macho emiten vocalizaciones ultrasónicas para atraer a las hembras.

A través de estos silbidos que crean un circuito de retroalimentación del flujo de aire en la tráquea y la laringe les permite impresionar a su futura pareja. No obstante, en este proceso no basta solo con cantar, puesto que las hembras son exigentes con el tipo de canciones que les gustan, explicaron los investigadores.

“Los ratones hembra pueden discriminar entre las características de las canciones de los machos y prefieren que éstas sean diferentes a las de sus padres”, explicaron.

Fuente: infobae.com