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Groenlandia fue mucho más cálida de lo pensado y puede volver a serlo

Restos de moscas comunes y lodo encontrados en sedimentos antiguos ha revelado grandes secretos sobre el clima pasado y futuro de Groenlandia.

Justo al otro lado del extremo noroeste de la vasta capa de hielo de Groenlandia, investigadores de la Universidad de Northwestern, en Estados Unidos, han descubierto barro del lago con lodo y restos de moscas comunes, que registran dos periodos interglaciares en el noroeste de Groenlandia.

Aunque los investigadores saben desde hace tiempo que estos dos periodos –el Holoceno temprano y el Interglaciar final– experimentaron un calentamiento en el Ártico debido a cambios en la órbita de la Tierra, la combinación de especies de moscas preservadas de estos tiempos muestra que Groenlandia era incluso más cálida de lo que se pensaba.

Esta información podría ayudar a los científicos a evaluar mejor la sensibilidad de Groenlandia al calentamiento, probando y mejorando los modelos del clima y el comportamiento de la capa de hielo. Esos modelos podrían entonces mejorar las predicciones de cómo la capa de hielo de Groenlandia, que cubre el 80 por ciento del país ártico y contiene suficiente hielo para elevar 20 pies (seis metros) el nivel del mar global, podría responder al calentamiento global provocado por el hombre.

«Northwest Greenland podría sentirse realmente remota, pero lo que le ocurra a esa capa de hielo va a importar a todos en la ciudad de Nueva York, Miami y en todas las ciudades costeras del mundo –dice en un comunicado Yarrow Axford, autora principal del estudio y profesora asociada de Ciencias Planetarias y de la Tierra en Northwestern–. Una de las grandes incertidumbres en la ciencia del clima sigue siendo cómo de rápido cambia la Tierra cuando se calienta. La geología nos da la oportunidad de ver qué sucedió cuando la Tierra estaba más caliente que hoy».

Publicado este lunes en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’, el estudio incluyó contribuciones de colaboradores en ‘Dartmouth College’, en Nuevo Hampshire, Estados Unidos.

Las personas podrían sorprenderse al ver cómo lucía la gélida Groenlandia de hoy en los últimos dos periodos interglaciares. Hoy en día, el noroeste de Groenlandia ronda los 30 grados Fahrenheit y tiene 40 grados centígrados bajo cero y en el verano se presentan tormentas de nieve. Pero las temperaturas medias de verano en el Holoceno temprano (hace de 8.000 a 11.000 años) y el último Interglaciar (entre hace 116.000 y 130.000 años) subieron bien en los años 50.

Durante el último Interglaciar, los niveles globales del mar aumentaron de 4,5 a 9,1 metros, en gran parte debido al adelgazamiento de las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida. Pero, ahora, el equipo de Northwestern cree que la capa de hielo del norte de Groenlandia experimentó un calentamiento más fuerte de lo que se pensaba, lo que podría significar que Groenlandia es más responsable de ese aumento del nivel del mar.

Para medir estas temperaturas antiguas, los investigadores miran los núcleos de hielo y los núcleos de sedimentos del lago. Debido a que el hielo y el sedimento del lago se forman por una acumulación incremental en capas anuales de nieve o barro, estos núcleos contienen archivos del pasado. Al mirar a través de las capas, los científicos pueden identificar pistas sobre el clima desde hace eones. Sin embargo, encontrar sedimentos lacustres de más de 10.000 años de antigüedad ha sido históricamente muy difícil en Groenlandia.

«Lo clásico que hacen los glaciares es deslizarse –dice Axford–. Entonces, cuando la capa de hielo se hace más grande, toda esta maravillosa geología es recogida y escupida en los océanos». Pero el equipo de Axford encontró un área donde esto no era así. El clima en el noroeste de Groenlandia alberga las condiciones perfectas para preservar los sedimentos dentro de un pequeño lago que el equipo de Axford llamado cariñosamente ‘Wax Lips Lake’ debido a su forma.

Insectos en el periodo interglaciar

«Durante la última edad de hielo, la capa de hielo era lo suficientemente delgada, y la atmósfera era lo suficientemente fría como para que la capa de hielo se congelara en el suelo en lugar de derretirse en su base y deslizarse», explica Jamie McFarlin, estudiante en el Departamento de Ciencias del Planeta y la Tierra de Northwestern, quien dirigió el estudio. «Creció por encima de sí mismo y conserva la mayor parte de la geología de abajo», apunta.

«El hielo se inclina suavemente sobre este punto en lugar de arar sobre él», agrega Axford. Después de tomar un tubo de sedimento de dos metros de largo del lecho del lago ‘Wax Lips Lake’, McFarlin peinó las capas para investigar sobre los periodos Holoceno y último Interglacial. Fue entonces cuando notó una mezcla de especies de mosca de lago, llamadas quironómidos, lo que sugirió un clima más cálido durante ambos periodos.

Especialmente sorprendente fue que en el último periodo interglaciar pululaba otro tipo de insecto conocido como el mosquito fantasma. Aunque se ha informado que los mosquitos fantasmas son poco abundantes en climas del norte, habría que viajar 1.000 millas (1.600 kilómetros) al sur de la provincia canadiense de Labrador para encontrar mosquitos fantasmas con una abundancia comparable al último Interglaciar en el noroeste de Groenlandia.

«Hasta donde sabemos, nunca se ha encontrado en Groenlandia. Creemos que ésta es la primera vez que alguien lo ha detectado en sedimentos antiguos o lagos modernos allí –dice Axford–. Realmente, nos sorprendió ver cómo lejos migró hacia el norte». Descubrir esta mezcla de insectos significa que el promedio de julio del norte de Groenlandia durante los dos últimos períodos interglaciares probablemente subió por encima de 10 grados Centígrados y posiblemente más durante el último Interglaciar.

«Esto confirma los controvertidos registros geológicos construidos a partir de núcleos de hielo cerca, que también indicaron un calentamiento significativo durante estos periodos –añade Axford–. Otros registros han demostrado que el clima del norte de Groenlandia era mucho más cálido de lo que la gente esperaba durante esos periodos y esos resultados recibieron escepticismo justificado. Ahora tenemos un registro independiente que confirma que cuando el Ártico se calentó en el pasado, hubo un calentamiento especialmente fuerte en el norte de Groenlandia».

Fuente: europapress.es