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Esto ocurre dentro de la trampa mortal de la venus atrapamoscas cuando ya tiene a su presa

La venus atrapamoscas es fascinante y probablemente la planta carnívora más conocida del plantea. Cuando no obtiene suficientes nutrientes del suelo, la planta pasa al plan B: cazar insectos y arañas desprevenidas que se posan en su interior. ¿Cómo demonios es capaz de semejante trampa mortal y qué ocurre después?

De esto va precisamente una de las últimas piezas de los chicos de Science Insider, quienes han entrevistado a un experto para entender el mecanismo que les lleva a atrapar presas de forma extremadamente rápida.

La escena ya la conocemos: la víctima entra en la trampa, posiblemente atraída por el tono rojo brillante o el aroma fragante y afrutado que desprende, casi pareciendo dar la bienvenida a su cena.

Lo que ocurre después es una alucinante evolución de la planta, la cual cuenta con una especie de pelos muy sensibles al tacto (los cilios detectores). Cuando se ejerce demasiada presión como para doblar estos pelos, se activa una señal eléctrica, como las corrientes eléctricas en nuestro cerebro.

Dicha señal comienza la cuenta regresiva, y si el insecto roza contra otro cabello, en solo 100 milisegundos, aproximadamente cuatro veces más rápido de lo que puedes parpadear, la trampa se cierra de golpe con la presa en el interior. Como explica el experto a Science Insider:

La trampa pasa rápidamente de convexa a cóncava en cada lado, y las pequeñas puntas largas en los bordes se enclavan para formar una especie de jaula. Entonces el insecto trata de escapar, y es exactamente lo que la planta quiere.

Porque cuanto más lucha el insecto, más golpea los cilios, y más se cierra la trampa. Y después de una o dos horas, la trampa se bloquea por completo. En este punto las células en los bordes secretan humedad, lo que pega los bordes para formar un sello hermético.

Para entonces, la trampa ya no es una boca, es un estomago. Los jugos digestivos inundan el compartimento cerrado, disolviendo los órganos blandos del insecto, momento en que el revestimiento de la trampa absorbe ese fango rico en nutrientes.

Aproximadamente una semana después, todo lo que queda es una especie de cáscara vacía: el exoesqueleto del insecto. La naturaleza en este punto se reinicia, la hoja se desprende de su tallo para dar lugar a una nueva, y la trampa se abre de nuevo, lista para su próxima cena.

Por cierto, los insectos no son el único alimento que captura la venus. Al igual que las hojas en otras plantas, la superficie de la trampa contiene un pigmento verde que le permite convertir la energía del sol en azúcar a través de la fotosíntesis.

Sin embargo, como las venus viven en suelos ácidos y anegados que no tienen muchos nutrientes, en lugar de absorber nitrógeno y fósforo a través de sus raíces, necesitan tomar prestado algo de los insectos.

Fuente: es.gizmodo.com