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Especies de insecto palo de Tinema llevan más de un millón de años sin sexo

Los fásmidos son unos artrópodos muy curiosos, que utilizan diferentes estrategias para evitar ser aprehendidos por sus depredadores. En este grupo hay descritas unas tres mil especies de insectos, entre los cuales se encuentran los insectos palo, los insectos hoja y los insectos corteza.

Todos ellos, por el mero hecho de ser artrópodos, tienen un cuerpo diferenciado en tres zonas: cabeza, tórax y abdomen. Además poseen seis extremidades, que surgen del tórax, un cuerpo alargado y cilíndrico, dos ojos y antenas.

Los insectos palo son alargados y muy similares a las ramas, tanto por su forma como por su color, lo cual les convierte en uno de los grandes especialistas en el arte del camuflaje (cripsis).

Su coloración puede oscilar entre amarillo, rojizo o pardo, y la variación de la misma puede producirse de forma rápida o bien gradual. Este camuflaje adaptativo lo consiguen gracias a la disposición de los gránulos de pigmento que presentan en las células cromatóforas de su hipodermis.

En ocasiones estos insectos realizan una arriesgada táctica defensiva llamada tanatosis, que consiste básicamente en “hacerse el muerto”. Sus depredadores desechan la presa porque no quieren arriesgarse a comer animales en descomposición.

Otra de las técnicas que utilizan para pasar inadvertidos es la inmovilidad durante largos periodos de tiempo (cataplejía), es más si notan alguna pequeña corriente de aire se balancean de lado a lado, imitando el movimiento de la rama.

Aplicación militar de la técnica del insecto palo

Estas curiosidades entomológicas han sido aprovechadas por los estrategas navales, hasta el punto de que han bautizado como “técnica del insecto palo” a un conjunto de argucias que tienen por objeto el enmascaramiento para pasar desapercibidos.

El origen de esta táctica se remonta a 1779, cuando en el contexto de la guerra hispano-inglesa, la fragata S.M. Santa Magdalena avistó al corsario inglés Duke of Cornwall en las proximidades del cabo San Vicente. El comandante español, don Pelayo de Leyba, introdujo toda la artillería en el interior, toda la dotación se vistió con ropa de paisano y realizaron maniobras propias de un buque mercante.

El resultado fue el esperado: el buque inglés se confió por la apariencia inofensiva de la fragata y cuando se quiso percatar del error era demasiado tarde, el navío español tenía preparada toda su artillería y el corsario no tuvo más remedio que rendirse.

Por cierto, esta táctica aparece en la película “Master and Commander”, en donde el bastimento inglés Surprise -de veintiocho cañones- se hace pasar por un buque ballenero para sorprender a la embarcación francesa Acheron -de cuarenta y cuatro cañones- durante las guerras napoleónicas.

Y además… sin sexo

Hace unos años, un equipo de científicos canadienses descubrió que varias especies de insecto palo de Tinema -que habita en la costa occidental de Estados Unidos- llevan más de un millón de años sin sexo.

Al parecer las hembras son capaces reproducirse asexualmente y tener crías sin que sus huevos sean fertilizados por los machos, generando clones genéticos. Este hallazgo contradice uno de los axiomas de la biología que defiende que la asexualidad es sinónimo de extinción, ya que la replicación continua impide que las especies sean capaces de adaptarse a los nuevos medios.

Fuente: abc.es