En ambientes gélidos extremos, el hielo se convierte en el gran enemigo de superficies como palas de aerogeneradores o alas de aviones. Este problema es un viejo conocido en el ámbito aeronáutico pero, paradójicamente, podría encontrar su solución en el desierto de Namibia, uno de los lugares más áridos del planeta.
Unos pequeños escarabajos del género Stenocara se han adaptado a vivir en un desierto con precipitaciones mínimas, recolectando con su caparazón la humedad de la niebla matutina. Con un patrón alterno de zonas repelentes al agua y pequeñas protuberancias que favorecen la condensación de gotitas de rocío, estos escarabajos beben las gotas que resbalan hasta su boca por los canales de su caparazón.
Un grupo de científicos del Instituto Politécnico y la Universidad Estatal de Virginia (Virginia Tech) creen que sería posible replicar químicamente este diseño no para acumular agua, sino para evitar que se acumule y se congele formando hielo en la superficie de estructuras.
Modificando el espaciado entre zonas repelentes y zonas que atraen el agua, se podrían crear zonas libres de condensación y puntos que favorecieran la completa evaporación de las gotas, rompiendo así la tendencia natural de formar puentes de hielo que se extiendan a toda la superficie.
Si esta solución tiene éxito, la fabricación de piezas para industrias como la aeronáutica o eólica sería mucho más fácil y ahorraría grandes sumas de dinero en control de congelaciones.
Fuente: Science Daily