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Es el paisaje más seco de la Tierra, pero ahora se ha recubierto de flores tras 10 años sin agua

El desierto de Atacama (Chile) se ha vuelto multicolor en abril tras una inesperadas lluvias

En la naturaleza ocurren a diario miles de sucesos que son maravillosos para los ojos de un ser humano. Sin embargo, a veces la naturaleza deja sus mejores eventos para momentos determinados que no ocurren a menudo. Uno de ellos acaba de pasar en el desierto de Atacama, en Chile, donde el desierto más seco del planeta se ha convertido en un manto de color por las lluvias.

La verdad es que tenemos la suerte que en Urban Tecno hemos escrito bastante sobre Chile, este país latinoamericano destaca por su grandes alturas y por una naturaleza en muchos casos virgen. Ya tuvimos el placer de hablar de otras plantas que florecen cada bastantes años. Además del enorme agujero que apareció en una de sus planicies. Ahora nos trasladamos al desierto de Atacama.

Flores y color en el desierto más caluroso del mundo

Según la información que tenemos de este desierto, a mediados del pasado mes de abril cayeron 11 milímetros de lluvia. Una cantidad muy escasa si la comparamos con la que ha caído en alguna región de España, incluso en las más secas. A pesar de esto, esta lluvia se mezcló con una neblina matinal llamada “camanchaca” lo que estimuló que la vegetación tuviera una oportunidad de salir adelante.

De acuerdo con la información reciente publicada en la revista científica Live Science, esto no ocurría desde hace al menos una década. Pero ¿tan raro es este evento? La respuesta es sí, ya que la floración de la vegetación se ha dado en pleno invierno en Chile. Eso es lo más raro, porque normalmente cuando ocurre lo hace en los meses primaverales.

Gracias a este fenómeno inaudito, el desierto de Atacama se ha cubierto con una espesa capa verde, florecida y multicolor que ha convertido el yermo que normalmente es en todo un espectáculo visual. Para que nos hagamos una idea, en Chile se encuentra uno de los lugares donde más calor hace. De hecho, hay tanta radiación como en Venus.

La verdad es que viendo las fotos vemos el interés que ha suscitado todo el asunto. El único punto negativo es que el espectáculo duró poco, ya que las altas temperaturas acabaron rápidamente con las pequeñas flores y plantas. Aun así, es un ciclo de vida que hay en muchos desiertos. En el Sáhara en África ocurre algo parecido. Durante unos pocos días estas plantas florecen, se reproducen con su polen y mueren para esperar a que las lluvias vuelvan de nuevo.

Fuente: mundodeportivo.com