El quinto océano, dónde está y por qué la National Geographic tardó más de 100 años en reconocerlo
Los océanos cubren más del 70% de la superficie de la Tierra, con esa basta extensión se dividen en cuatro: Índico, Pacífico, Atlántico y Ártico.
Sin embargo, la National Geographic Society sumó uno más a la lista: el océano Austral.
Desde que National Geographic comenzó a hacer mapas en 1915, no ha entrado en la polémica científica que data de hace varios años, pero ahora decidió incluirlo.
Esto se debe a que especialistas de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA) descubrieron que el agua en esa área es lo suficientemente distinta como para justificar su propia clasificación ecológica.
Controversia oceánica
Reconocido por primera vez por la Organización Hidrográfica Internacional (OHI) en 1937, el océano Austral perdió esta designación en 1953, desatando una controversia cuyos ecos resuenan hasta el presente.
En 1999, la Junta de Nombres Geográficos de los Estados Unidos adoptó el término océano Austral y aunque ha sido reconocido desde hace tiempo por científicos, el consenso internacional para nombrarlo oficialmente como tal no llegó hasta dos décadas después.
¿Dónde está el océano Austral?
El quinto océano se localiza en la parte sur del planeta, extendiéndose desde la costa de la Antártida hasta los 60 grados de latitud sur, que en otras palabras, es la parte de agua que rodea toda la región de la Antártida.
A diferencia de los demás océanos, cuya extensión se define a raíz de los continentes que los limitan, el Océano Antártico se mantiene en su sitio gracias a la Corriente Circumpolar Antártica, la que más agua transporta en todo el océano.
Debido a que en las latitudes más bajas la masa continental es menor que en el Ártico, la corriente formada hace 34 millones de años fluye casi libremente de oeste a este alrededor de la Antártida, en una banda fluctuante que se ubica aproximadamente en latitud de 60 grados sur. En este punto el agua es más fría y menos salada que en los océanos colindantes.
El océano Austral no sólo contribuye a almacenar carbono en las profundidades marinas e impulsar la cinta transportadora oceánica, además ayuda al flujo de calor que influye en el clima global de forma decisiva.
La corriente alrededor del Ártico también resguarda ecosistemas marinos únicos como el archipiélago de Georgia del Sur, el territorio de vida salvaje más poblado en esta región del mundo, cuyos efectos ecológicos no se limitan a la diversidad de pingüinos, elefantes y lobos marinos, también a las aves marinas y ballenas jorobadas que migran al norte con la llegada del invierno.
Fuente: unotv.com