El descubrimiento del primer ocelote albino del mundo inquieta a la ciencia
Los científicos aseguran que, el hallazgo de un ocelote con albinismo, es sinónimo de la deforestación en el departamento de Antioquia y la pérdida de biodiversidad
Cuando tenía pocos meses de nacida, a primera vista podía confundirse con una pequeña gata blanca. Después, a medida que crecía, se consideró que se trataba de un ejemplar de yaguarundí, uno de los seis felinos silvestres que habitan en Colombia. Era difícil identificarla porque normalmente se toman en cuenta las dimensiones de su cuerpo y los colores de su pelaje. Pero hace unas semanas ha pasado de ser una “felina blanca” hasta convertirse en la primera ocelote albina de todo el mundo.
Un año después de su aparición fortuita en una zona boscosa del municipio de Almalfi, en el departamento de Antioquia, se ha podido confirmar a través de un análisis genético que en realidad esta se trata de una versión única de un animal común en los bosques, sabanas y páramos de América. Los estudios realizados en los laboratorios de la Universidad de Antioquia y de la Policía Nacional la identificaron como una leopardus pardalis u ocelote.
La Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia (Corantioquia) ha detallado que las pruebas de ADN consistieron en la secuenciación de los genes Citocromo Oxidasa I (CO-I) y NADH Deshidrogenasa 5 (ND5), presentes en el genoma mitocondrial, el cual difiere entre distintas especies de felinos. “Estas secuencias se cotejaron con bases de datos genéticos disponibles para una infinidad de organismos. Fue así como se concluyó que la especie del felino”, ha explicado la organización regional.
Ahora pesa 13 kilos, es bastante ágil y muy vigorosa, a pesar de que es totalmente ciega de nacimiento. Cuando fue encontrada pesaba poco más de 400 gramos, fue cuidada por vecinos de la localidad por un tiempo, hasta que la entregaron al Corantioquia, que está encargado de proteger la biodiversidad en el departamento colombiano. Al ser rescatada fue diagnosticada con desnutrición, con problemas digestivos y respiratorios. Pero ya se conocía su albinismo debido al blanco de su pelaje y la irrigación de la sangre que atravesaba sus iris, lo que hace que sus ojos se vean rojos, por la falta de melanina que caracteriza esta mutación genética.
La razón que inquieta a los científicos
La especie del ocelote está documentada en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en la categoría de Preocupación Menor. La directora de Corantioquia, Ana Ligia Mora, ha indicado el caso de la ocelote puede ser un motivo de celebración, pero que también deja entrever una realidad escabrosa dentro de uno de los países megadiversos del mundo.
El albinismo es una mutación genética recesiva, que solo se activa cuando dos padres portan el mismo gen, por lo que usualmente se entiende que las posibilidades de albinismo, según los científicos, es de un bajo porcentaje, quizás inferior al 2 %. Por eso mismo, de acuerdo con El País, que el primer ocelote del mundo sea albino evidencia los altos niveles de consanguinidad en la población de la que proviene, que es una consecuencia directa de la reducción de los ecosistemas y los hábitats de las especies animales.
Precisamente por ello, destacan en Corantioquia, no es de extrañar que en los bosques colombianos ya hayan nacido otros ocelotes albinos, solo que ninguno ha sido documentado, mucho menos rescatado o puesto en cautiverio, al menos hasta la fecha.
El albinismo la convierte en presa fácil debido a su color
Los científicos creen que es muy probable que fuera abandonada por su propia madre, por instinto de supervivencia para garantizar el bienestar de sus hermanos pequeños. Piensan que hay altas posibilidades de que, debido a su escandaloso color dejaría en evidencia a sus hermanos saludables en el cubil cuando su madre salía a cazar. Esa particularidad suya haría vulnerables a sus hermanos también a ser presas fáciles de búhos, halcones o águilas.
El color blanco en los bosques la haría incapaz de camuflarse o de cazar pasando por desapercibido, por lo que las oportunidades de sobrevivir por su cuenta serían escasas. Además, su ceguera total le da dificultades de por sí para ser amamantada, por lo que es probable que la madre haya priorizado el bienestar de sus hermanos.
Pero esta felina, cuyo nombre no es compartido para evitar que los visitantes la desorienten, vive ahora feliz y bien cuidada en el Parque de la Conservación en Medellín, en un refugio sin estructuras altas ni espacios acuáticos muy profundos que la pongan en riesgo, además de una iluminación graduada debido a su sensibilidad a la luz. Tiene una dieta carnívora donde come hasta 700 gramos diarios, tras rebajarlo pues engullía hasta casi un kilo cada día.
Fuente: mundiario.com