El árbol más antiguo de Europa está en España y por fortuna en un lugar al que no se puede acceder

El árbol más antiguo de Europa está en España y por fortuna en un lugar al que no se puede acceder

Un cedro canario localizado en una ladera inaccesible del Parque Nacional supera al famoso Bárbol y se convierte en el ejemplar arbóreo más longevo actualmente vivo en Europa

España alberga algunos de los paisajes más visitados de Europa y uno de los más emblemáticos es el Parque Nacional del Teide, en Tenerife. Sin embargo, lejos de los senderos y de las zonas turísticas, en una de sus laderas más inaccesibles se esconde un hallazgo científico excepcional. Se trata del árbol vivo más antiguo de Europa. Según informa el medio digital Xalaka, un cedro canario con una edad estimada de 1.544 años,

El descubrimiento ha sido realizado por investigadores especializados en gestión forestal, los mismos que en 2022 lograron datar a otro cedro canario conocido como Bárbol, que hasta ahora ostentaba ese récord con una edad estimada de 1.481 años. El nuevo ejemplar, de la misma especie, lo supera por varias décadas y confirma al Teide como uno de los enclaves más importantes de Europa en cuanto a árboles milenarios vivos.

Un hallazgo en un lugar remoto

El árbol se encuentra en una zona escarpada, alejada de cualquier ruta convencional. Para acceder hasta él y tomar las muestras necesarias, el equipo investigador tuvo que contar con la ayuda de escaladores locales especializados. Esta inaccesibilidad ha sido, precisamente, la clave de su supervivencia.

Gracias a su ubicación, el cedro ha permanecido más de un milenio y medio en el mismo lugar sin verse afectado por la actividad humana, la deforestación ni las erupciones volcánicas que han modelado el entorno del Teide a lo largo de los años.

Los análisis se realizaron mediante técnicas de datación por carbono 14. En total, los investigadores estudiaron 25 cedros canarios situados en zonas de difícil acceso del parque. Ocho de ellos superan los 1.000 años y tres alcanzan o sobrepasan los 1.500, lo que convierte esta área en una de las mayores concentraciones de árboles milenarios de la Unión Europea.

Dos categorías de árboles antiguos

Cuando se habla de árboles más antiguos del mundo o de Europa, los tecnicismos son importantes. Existen dos grandes categorías: árboles clonales y no clonales. Los segundos, como este cedro del Teide, crecen a partir de una semilla y constituyen un individuo único con su propio tronco y sistema radicular.

Los árboles clonales, en cambio, nacen de un mismo sistema de raíces del que surgen distintos troncos a lo largo del tiempo. El sistema puede tener miles de años, pero cada tronco vive solo algunos siglos. Por eso, aunque existen ejemplares clonales muy antiguos, no se consideran comparables cuando se habla de “árboles vivos” individuales.

El cedro canario descubierto en el Teide es un árbol no clonal y con porte arbóreo, un matiz clave para su reconocimiento científico.

La naturaleza como archivo vivo

Más allá del récord, el valor del hallazgo es científico. Los investigadores subrayan que estos árboles actúan como auténticos archivos naturales. El estudio de sus anillos de crecimiento permite reconstruir la historia climática de la región, identificar patrones de lluvias y sequías, seguir la evolución de las temperaturas e incluso detectar la frecuencia de episodios volcánicos en el pasado.

Según el equipo, estos cedros son los últimos testigos de una antigua población forestal que habría cubierto gran parte del actual Parque Nacional del Teide.

En otros países europeos también se han identificado ejemplares muy antiguos. En Finlandia, por ejemplo, un enebro datado en 1.647 años llegó a superar en edad al cedro canario. Sin embargo, ese árbol murió en 1906 y, además, tenía un porte arbustivo, no arbóreo.

Por eso, a día de hoy, los dos cedros canarios del Teide se consideran los árboles no clonales y de porte arbóreo más longevos vivos de la Unión Europea. Los expertos insisten en que esta búsqueda no responde a un interés turístico ni competitivo, sino a la necesidad de conservar y estudiar ejemplares únicos que permiten entender mejor la historia natural y climática de territorios como el Teide.

Fuente: infobae.com

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