La estructura molecular de la planta del maíz aún guarda secretos que podrían ayudar a los expertos a optimizar la producción de biocombustibles, según han descubierto un grupo de científicos de la Universidad Estatal de Louisiana (LSU), en Estados Unidos.
Su trabajo, publicado por la revista Nature, presenta detalles de una «arquitectura» interna desconocida hasta ahora, lo que da más valor incluso a esta planta, la más importante desde el punto de vista económico en ese país.
«Nuestra economía depende del etanol, por lo que resulta fascinante que no hayamos tenido antes un conocimiento más preciso y completo de la estructura molecular el maíz», señala en un comunicado Tuo Wang, líder del equipo de investigación del Departamento de Química de la LSU.
Actualmente, explica, «casi toda» la gasolina que se consume en el mundo contiene en torno a un 10% de etanol, mientras que un tercio de toda la producción de maíz en EE.UU. se destina a producir ese alcohol. «Si al final pudiéramos incluso mejorar la eficiencia de la producción de etanol en un 1% o un 2%, ello podría aportar beneficios significativos a la sociedad», destaca Tuo Wang.
«Los hallazgos contradicen los libros de texto»
El experto y sus colegas de la LSU han sido los primeros en analizar a «nivel atómico» un tallo de una planta de maíz «inalterada» con tecnologías de alta resolución, concretamente con un instrumento de espectroscopia de resonancia magnética nuclear, precisan. «Nos ha sorprendido. Los hallazgos, de hecho, contradicen los libros de texto», dice Tuo Wang.
Hasta ahora, se creía que la celulosa de esta gramínea, un carbohidrato complejo rígido que actúa como andamiaje en este y otro tipo de plantas, estaba directamente conectada con un polímero impermeable llamado lignina.
No obstante, constataron que la lignina tiene un contacto limitado con la celulosa dentro de la planta y que, en realidad, es otro carbohidrato, el «xylan», el que funciona como un pegamento para unirlos.
Su investigación es importante porque las propiedades impermeables de la lignina dificultan la producción de etanol, ya que impiden que los azúcares se transformen en el alcohol dentro de la planta.
Modificación de la estructura interna del maiz
La comunidad científica, recuerdan, lleva años tratando de mejorar las técnicas de modificación de la estructura interna de estas plantas e investigando con otras especies más propicias, si bien lo han hecho sin tener una «radiografía» completa de su estructura molecular.
«Es posible que tengamos que investigar más para lograr un mayor grado de optimización en los métodos de producción de etanol, pero se abre una puerta a nuevas oportunidades para mejorar la manera en que procesamos este valioso producto», apunta Tuo Wang.
Por ejemplo, agrega, será necesario «diseñar enzimas o químicos» capaces de «romper eficazmente el núcleo de la biomasa» de una planta, un enfoque que puede ser aplicado a las biomasas de otras plantas u organismos.
Fuente: EFE