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Descubriendo las profundidades inalcanzables gracias a tiburones con videocámaras

Las praderas submarinas son reservas de carbono vitales y esenciales para ralentizar el cambio climático. Con la ayuda de los mejores buceadores de la naturaleza, los científicos han encontrado una pradera del tamaño de Portugal

Las praderas submarinas o pastos marinos, plantas con flores de color verde pálido que forman alfombras en el fondo del océano, albergan todo tipo de vida: tortugas, peces, calamares, caballitos de mar, anémonas, cangrejos y dugongos. Sin embargo, todavía no sabemos cuántas hay en vastas extensiones del mundo marino, y no sólo alrededor de atolones lejanos, sino incluso a lo largo de las costas de algunos de los países mejor cartografiados de la Tierra.

Las praderas marinas pueden extenderse cientos o miles de kilómetros y, en zonas de aguas transparentes que dejan penetrar la luz solar, pueden crecer a profundidades muy superiores a las que pueden alcanzar los humanos con equipo de submarinismo. Así que cuando Austin Gallagher, científico marino, y su equipo se propusieron comprobar la extensión de estas praderas en las Bahamas, buscaron la ayuda de algunos de los mejores buceadores del mundo: los tiburones tigre.

Colocando cámaras en estos depredadores tropicales que bucean a gran profundidad, el grupo descubrió con asombro que las Bahamas albergan más praderas marinas que ningún otro lugar de la Tierra, muchas más.

Las numerosas horas de vídeo de los tiburones revelaron que la hierba marina cubría al menos 64 749 kilómetros cuadrados, suficiente para ampliar en un 41% las praderas marinas documentadas anteriormente. De hecho, los investigadores sospechan que las praderas de esa región son en realidad mucho mayores, tal vez lo suficiente como para cubrir un área del tamaño de Portugal, unos 93 239 kilómetros cuadrados, según su estudio en Nature Communications.

Observando las imágenes, “podíamos ver estas grandes y extensas praderas submarinas; todo lo que se veía eran pastos marinos”, afirma Gallagher, que dirigió la investigación y es Director General del grupo científico de conservación marina Beneath the Waves. Fue explorador de National Geographic en 2020-21.

Animales con cámaras

Gallagher lleva más de una década estudiando la vida marina de las Bahamas y aún más tiempo fascinado por los movimientos de los tiburones tigre, que tienen una gran movilidad. Ya había estado colocando cámaras a los tiburones “y haciendo que nos revelaran su vida cotidiana”, dice.

Los tiburones tigre de las Bahamas forman manadas, como los lobos del Parque Nacional de Yellowstone. “Estas praderas marinas son esencialmente la sabana, y ahí es donde están todos los grandes depredadores”, dice Gallagher. También hay tiburones nodriza, tiburones punta negra y algunos tiburones martillo, pero los tiburones tigre “son lo más de lo más”.

Cuando Gallagher empezó a darse cuenta de la cantidad de praderas marinas por las que nadaban los tiburones, se puso en contacto con uno de los mayores expertos en praderas marinas del mundo, el español Carlos Duarte, de la Universidad Rey Abdullah de Ciencia y Tecnología de Arabia Saudí. Intrigados, se embarcaron en un ejercicio de cartografía.

Pero el uso de datos de satélite puede ser una forma engañosa de ver los entornos submarinos. No cuentan toda la historia. Si la hierba está demasiado profunda o manchada o el agua está turbia, puede que no sea visible desde arriba. Para comprender la extensión de la hierba marina, también es necesario confirmarla desde debajo del agua.

El equipo de Gallagher realizó más de 2500 prospecciones humanas individuales, tanto con buzos como con embarcaciones. También equiparon a ocho tiburones tigre con etiquetas por satélite en sus aletas dorsales para ayudarles a trazar mapas de los lugares por los que viajaban, y colocaron cámaras en otros siete, incluida una cámara de realidad virtual de 360 grados, que registró largas horas de metraje durante varios años. Analizando toda esta información, pudieron demostrar que los datos anteriores sobre las praderas marinas de la región habían subestimado drásticamente su extensión.

“Realmente subraya las cosas increíbles que pueden hacer estos animales”, afirma.

El trabajo con el tiburón tigre no es la primera vez que se utilizan animales marinos para ayudar a comprender las praderas marinas. En 2015, las cámaras colocadas en las tortugas marinas revelaron una disminución masiva de las praderas marinas frente al oeste de Australia después de una ola de calor. En 2018, los investigadores observaron que las tortugas marinas marcadas con dispositivos de seguimiento convergían todas en un punto del océano Índico. Siguieron a los animales hasta el lugar y descubrieron un lecho de pastos marinos profundos desconocido hasta entonces en la región del Gran Banco de Chagos.

Praderas marinas desconocidas frente a los arrecifes de coral

Esto se debe a que las praderas marinas, aunque importantes, no han recibido la misma atención que los arrecifes de coral, a pesar de que las 72 especies de praderas marinas del mundo se encuentran en una zona más amplia del planeta. “No se les ha dado prioridad”, afirma Benjamin Jones, jefe de conservación y cofundador del Project Seagrass, un grupo de conservación de praderas marinas con sede en el Reino Unido. Calcula que en todo el mundo hay cuatro o cinco veces más científicos estudiando los corales que investigando las praderas marinas.

Las praderas marinas “son lo que hay que atravesar para llegar a un arrecife de coral”, afirma. Un experto se ha referido a ellas como el “patito feo” de la ciencia marina. “El Reino Unido tiene una rica historia en ciencias biológicas, pero sabemos mucho más sobre algas marinas que sobre praderas submarinas”, afirma Jones.

Puede que las praderas marinas estén infravaloradas, pero es difícil exagerar su importancia. No sólo albergan muchas especies, sino que también almacena una inmensa cantidad de carbono, que ayuda a combatir el cambio climático. En algunos lugares, es incluso más importante para los humanos que los arrecifes de coral.

En una encuesta reciente realizada a mil habitantes de 147 pueblos costeros de Tanzania, Sri Lanka, Indonesia y Camboya, Jones descubrió que había más gente que prefería pescar en las praderas marinas que en los arrecifes de coral. Aunque hay más peces y más variedad en los arrecifes de coral, para cualquier especie, los peces que viven en las praderas marinas protegidas son en realidad más nutritivos para las personas.

A pesar de la utilidad de los tiburones tigre y las tortugas marinas para documentar las praderas submarinas, el Proyecto Seagrass también está reclutando a seres humanos para ayudar a mejorar nuestra comprensión de estos pastos. La organización sin ánimo de lucro ha creado una aplicación para teléfonos, SeagrassSpotter, que puede utilizarse para documentar praderas recién descubiertas que no aparecen en ninguna base de datos. Los científicos ciudadanos que utilizan la aplicación ya han ayudado a cartografiar nuevas praderas en la República Democrática de Timor Oriental.

“Estamos empezando a darnos cuenta de lo importantes que son las praderas marinas”, afirma Jones. Por ello, cada vez es más importante averiguar qué cantidad existe y dónde.

Fuente: nationalgeographic.es