Descubren un ciempiés gigante en una isla de Japón que puede comerse hasta camarones
Fue el primer hallazgo de una nueva especia en más de 150 años
En Japón sólo se han conocido cinco especies válidas del género Scolopendra Linnaeus, más conocidos como escolopendras o ciempiés gigantes. Ahora hay una más, y de mayor peligro. Fue hallada luego de 150 años en el archipiélago de Ryukyu y Taiwán.
La última criatura que emergió del archipiélago japonés es un ciempiés de 20 centímetros de largo y 2,5 centímetros de ancho, el primero en ser identificado en Japón en casi 150 años. Y es realmente horrible.
El descubrimiento realizado por los científicos Sho Tsukamoto, Shimpei Hiruta, Katsuyuki Eguchi, Jhih-Rong Liao y Satoshi Shimano, de la Universidad Metropolitana de Tokio, fue publicado en un artículo sobre el animal en la revista Zootaxa.
El maravilloso miriápódo vive en la cadena de islas Ryukyu, que se extiende desde el suroeste de Japón hasta Taiwán. Un equipo de biólogos japoneses fue a estudiarlo después de escuchar informes de una especie de ciempiés desconocida que atacaba camarones gigantes de agua dulce, camarones del tamaño de una rata que habitan en los arroyos y ríos del sudeste asiático.
El artrópodo es el tercer ciempiés anfibio del grupo Scolopendra, un género de unas 100 especies conocidas, que ahora se clasificarán. El equipo distinguió a este animal de otros miembros del género en la zona mediante un análisis genético.
Se cree que su hábitat, muy remoto y alejado de la interacción humana, los llevó a permanecer ocultos durante décadas. La falta de comida los habría desplazado a zonas concretas, poco pobladas por seres humanos..
Si bien no es el más grande de los Scolopendra (hasta hoy solo hay detectado uno de mayor tamaño, en Sudamérica, que mide hasta 30 centímetros), es muy agresivo. Se sabe que otros del género son venenosos, con colmillos que penetran en sus enemigos y les generan dolores importantes, pero hasta ahora los autores del estudio aún no pudieron averiguar si esta nueva especie es de caracter ponzoñoso.
El veneno del ciempiés ha sido revalorizado en los últimos tiempos por la medicina occidental. Demostró ser útil para el tratamiento del dolor crónico, a la par de la morfina, evitando sin embargo sus efectos colaterales difíciles de sobrellevar.
La utilidad del veneno de Scolopendra aparece sugerida en estudios australianos y chinos publicados en PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences), que encontró en ese artrópodo una pequeña proteína –más exactamente un péptido- capaz de alterar la función de los canales nerviosos.
El animal fue encontrado tanto en Okinawa, la isla japonesa, como en el mismo Taiwán. Los investigadores creen que el ciempiés está en peligro de extinción, lo que, junto con su hábitat remoto, puede explicar cómo evadió la detección humana durante tanto tiempo.
Fuente: clarin.com