DestacadaMedio Ambiente

Descubren la estrategia defensiva de los curiosos cangrejos decoradores

Las mantis, algunos saltamontes, la sepia, los pulpos, los geckos, los grillos o el mítico camaleón. Todos ellos son animales miméticos que consiguen encajar con su entorno a la perfección y pasar desapercibidos gracias a la transformación de su aspecto físico. En el caso de los conocidos como ‘cangrejos decoradores’, en cambio, la estrategia de camuflaje es algo distinta, ya que no experimentan cambios en su cuerpo sino que los incorporan.

Un ejemplo de ello es la especie Composcia retusa, que cubre su caparazón con algas, esponjas y pequeños animales marinos no sólo con el objetivo de pasar desapercibida, sino con el fin de confundir a los depredadores con el aroma que desprende su ornamentación, según revela un grupo de investigadores de la Universidad de Delaware (Estados Unidos) en un estudio publicado el pasado mes de octubre en la revista científica Behavioral Ecology.

Para el desarrollo del trabajo los expertos realizaron una serie de experimentos con estos cangrejos, a quienes colocaron en recipientes individuales provistos de pompones artesanales que habían empapado previamente en agua para que se hundieran hasta el fondo.

A la mitad de los cangrejos les dieron un refugio donde protegerse para hallar si tener un lugar donde esconderse afectaba cuánto o cuán rápido decoraba el cangrejo las distintas partes de su cuerpo.

Los científicos tomaron instantáneas de los cangrejos cada hora durante un total de 12 y, al cabo de 12 horas más, analizaron las imágenes para determinar qué parte del cuerpo habían decorado más los cangrejos y qué orden habían seguido al adornar por completo su caparazón.

¿El resultado? La mayoría de los crustáceos decoraron por completo sus caparazones en menos de 6 horas, siendo las extremidades lo que adornaron primero. Según los autores del trabajo este hecho denota que el objetivo del camuflaje es protegerse de la depredación, pues otras especies de cangrejos decoran primero su cuerpo u órganos vitales y luego las extremidades a fin de, simplemente, pasar desapercibidos.

Asimismo, hallaron que cuando los cangrejos disponían de algún tipo de refugio no adornaban por completo su esqueleto, sino sólo las partes que sobresalían del mismo, es decir, las extremidades. Por el contrario, en el caso de los ejemplares que no disponían de una guarida, la decoración era completa.

En cuanto al camuflaje químico, es decir, la decoración motivada por el olor, a modo de ejemplo, los investigadores relatan en el texto publicado que algunas esponjas marinas emiten un olor que esta especie de cangrejo puede usar para enmascarar o camuflarse químicamente con depredadores como las anguilas, que no tienen un buen sentido de la vista pero que, sin embargo, se sabe que cazan a través del olfato.

A día de hoy se conocen unas 700 especies distintas de ‘cangrejos decoradores’ que viven en charcas de marea y bosques de algas. Su carne atrae a un gran número de depredadores y, debido a ello, el 75 % de las especies se han visto obligadas a desarrollar estas estrategias de camuflaje, que no podrían llevar a cabo de no tener el cuerpo recubierto de una especie de ganchos que actúan como velcro y fijan las partículas en sus caparazones.

Fuente: lavanguardia.com