Descubierta una nueva familia de peces amazónicos: es la primera en 40 años
Un pez delgado y alargado, con un cuerpo que se asemeja vagamente al de una anguila, pero más corto, como si le faltase la parte trasera. Añádansele dos pares de aletas ventrales, una aleta dorsal y una cola delicada y transparente, como las de los pececitos de peceras. Y redúzcase esa imagen hasta hacerla caber en la palma de la mano.
El pez en cuestión mide alrededor de 10 centímetros. Su nombre es tarumania, y su apariencia en nada se asemeja a las pirañas o a las mojarras, sus parientes que habitan en los ríos de las cuencas hidrográficas sudamericanas. Tan sólo unos pocos ictiólogos –los biólogos que estudian a los peces– brasileños lo han visto. Tarumania walkerae es la única especie de una nueva familia que ahora ha sido descrita. Eso mismo, una nueva familia de peces llamada Tarumaniidae.
Se describen especies nuevas de peces amazónicos todos los meses, y a veces son dos o tres. Un nuevo género surge algunas veces al año. Pero la descripción de una nueva familia entera de peces es algo sorprendente, y es mucho menos frecuente.
Tan sólo cinco nuevas familias de peces se han descubierto durante los últimos 50 años. De ellas, una solamente es de América del Sur (Scoloplacidae, descrita en 1976). Por ende, la descripción de Tarumaniidae es la primera de una familia de peces sudamericanos en más de 40 años.
“¿Por qué se tardó tanto tiempo para descubrírselo? Hay biólogos recolectando ejemplares en aquella región desde hace mucho tiempo”, dijo el ictiólogo Mario Cesar Cardoso de Pinna, profesor titular en el Museo de Zoología de la Universidad de São Paulo, en Brasil. En 1850, el naturalista británico Alfred Russell Wallace (1823-1913) ya había capturado peces en el río Negro.
Cardoso De Pinna explica que la tarumania vive enterrada, a veces a metros de profundidad, en lodazales ocupados por el follaje que cae de los árboles y que va acumulándose y pudriéndose.
“Es un pez que vive escondido. Esta especie nunca fue pescada con redes, y por una razón obvia: no habita en las aguas abiertas del río sino que pasa su vida enteramente sumergida en los pozos de hojas, y en lo hondo, 1 a 2 metros de la superficie. En la épocas de crecida, puede estar cubierta por 6 ó 7 metros de columna de agua”, dijo.
“Estos pozos, en ocasiones sumamente profundos, ocupan las orillas del arroyo o igarapé [en la voz tupí que el portugués incorporó] Tarumã-Mirim, un pequeño curso intermitente que, cuando no está seco, desagua en el río Tarumã, un afluente de la orilla izquierda del río Negro, situado a pocos kilómetros de la ciudad de Manaos”, explicó el investigador.
Cardoso De Pinna y sus colegas del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonia (Inpa, por sus siglas en portugués), Jansen Zuanon y Lucia Py-Daniel, son autores de la descripción de la nueva familia Tarumaniidae, que pertenece al orden de los Caraciformes, un grupo con más de 2.000 especies, tales como las pirañas, los jolombos, los pacúes, las mojarras y las tarariras, y distribuido entre América del Sur y África.
Esta investigación, cuyos resultados salieron publicados en Zoological Journal of the Linnean Society, cuenta con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo – FAPESP.
El primer ejemplar de tarumania, uno joven, fue capturado en 1999 en el arroyo Tarumã-Mirim por la bióloga suiza Ilse Walker, investigadora del Inpa desde 1976. Walker lo donó a la colección de peces del instituto en 1999.
La investigadora no se acordaba con exactitud en qué condiciones había sido capturado aquel pececito. El ejemplar era obviamente distinto a todos los que los ictiólogos del Inpa conocían, pero faltaban elementos para hacer la descripción de la especie. Para ello era necesario contar con un ejemplar adulto.
El misterio sobre el sitio donde podría haber otros especímenes duró hasta 2006, cuando finalmente se descubrió dónde se escondía este pececito. Zuanon recolectó un ejemplar adulto en una piscina llena de hojas a orillas del Tarumã-Mirim. Era el período de sequía en la Amazonia y ese charco se encontraba en el medio del monte, a centenas de metros del arroyo. Durante la época de crecida, toda aquella área permanece inundada.
“La tarumania constituye un descubrimiento raro y sumamente instigador. Se trata de una especie extraordinaria en diversos sentidos. El ambiente en que vive, por ejemplo, es insólito”, dijo Cardoso De Pinna.
Este pez vive en un ambiente de agua intersticial, cubierto por metros y metros de hojas y material en descomposición. Durante la crecida, esa alfombra inundada tiene muchos metros de profundidad. Con la sequía, el agua es absorbida por el subsuelo o se evapora, de modo tal que la parte inundada en donde vive el animal se achica a unos dos metros.
En 2010 y en 2016 tuvieron lugar otras diversas capturas. ¿Por qué se tardó tanto tiempo para describir a la nueva especie y la nueva familia Tarumaniidae? “Porque para proponer la existencia de una nueva familia hay que demonstrar que la misma es filogenéticamente equivalente a otros grupos de peces”, dijo Cardoso De Pinna.
Según el profesor, fue necesario establecer una nueva filogenia de los caraciformes, lo que constituyó una empresa trabajosa y lenta, pues significó reestudiar decenas de especies, comparando su morfología con la de los tarumánidos. Sólo así se pudo detectar qué semejanzas tienen con los restantes caraciformes, como así también distinguir cuáles son sus características propias, aquéllas que no comparten con ningún otro grupo y que justifican la designación como una nueva familia. “Encontramos el lugar de tarumania en el ‘Árbol de la Vida’. Este pez se encuentra claramente cerca de las tarariras”, dijo Cardoso De Pinna.
La descripción que ahora ha salido publicada se basó en la filogenia morfológica. Un segundo trabajo del grupo, en este caso inmerso en la biología molecular, se encuentra en preparación. “Los resultados preliminares le dan asidero a la descripción de esta nueva familia”, dijo Cardoso De Pinna.
Ahora que se sabe que Tarumania walkerae habita en piscinas de hojas a orillas del Tarumã, tal ambiente pasará a formar parte de los sitios de recolección de los ictiólogos que trabajan en la Amazonia, puesto que está claro que las piscinas de hojas inundadas no constituyen de ninguna manera una exclusividad de las orillas del Tarumã: existen por toda la Amazonia.
“Es prácticamente seguro que la familia de los tarumánidos crecerá. El descubrimiento de una especie tan distinta en un sitio de relativamente fácil acceso constituye una señal indicativa de cuánto debemos aprender aún sobre la diversidad de peces en Brasil”, dijo Cardoso De Pinna.
Fuente: noticiasdelciencia.com