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Consiguen criar en cautividad 250 ejemplares de rana pirenaica en vías de extinción

Se trata de una especie endémica de la vertiente sur del Pirineo, descrita para la ciencia en 1993, y cuya distribución mundial se encuentra limitada a una pequeña superficie entre Navarra y Aragón

La rana pirenaica es una especie endémica que se localiza solo en la vertiente sur del Pirineo, descrita para la ciencia en 1993. Habita en torrentes de montaña entre los 1000 y los 1700 metros de altitud, generalmente aguas rápidas y frías de una pequeña superficie entre el Pirineo navarro y el aragonés.

Esta especie está catalogada en Aragón como «sensible a la alteración de su hábitat», aunque la modificación del Catálogo de Especies Amenazadas, que está en tramitación, la incluye como «en peligro de extinción», tal como refleja también la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

Aragón cuenta con pequeñas poblaciones fragmentadas, sujetas a frecuentes fenómenos locales de extinción y recolonización. Pero cada vez se van enrareciendo más debido al cambio climático, a las alteraciones sobre sus hábitat y a la aparición de nuevos y peligrosos patógenos. Por eso, el Gobierno de Aragón y el Acuario de Zaragoza comenzaron en 2019 un programa piloto dirigido a establecer un protocolo de cría en cautividad para esta especie sensible y en vías de extinción.

El principal objetivo era sacar adelante individuos procedentes de puestas del medio natural que, por circunstancias adversas, podría tener graves problemas de viabilidad. La estrategia estaba basada en definir su salvación a través de la retirada y posterior desarrollo en condiciones controladas de puestas de la especie.

Era necesario rescatarlas al presentar riesgo de mortalidad de las larvas, fundamentalmente por falta de caudal en los torrentes donde habían sido depositados los huevos. Los ejemplares adultos que se han obtenido serán posteriormente retornados al medio natural en sus tramos de origen o cerca.

250 ranas adultas

Precisamente, en 2019 ya fue liberada una veintena de ejemplares, pero este tipo de labores se vio afectada por el parón de la pandemia durante el año pasado y se ha retomado en 2021.

A finales de mayo se retiraron del medio natural varias puestas de rana pirenaica ubicadas en torrentes que, por sus características, podrían sufrir problemas de estiaje, lo que terminaría con su vida antes de llegar al fin de su metamorfosis. Fueron poco más de 300 ejemplares, de los que el 75% se han convertido en adultos.

La utilización de dos enfriadoras, y la ubicación de todo el stand de cría para la rana pirenaica en una nueva instalación del acuario ha permitido un excelente desarrollo de las distintas fases de crecimiento de las ranas. Desde renacuajos de poco más de un centímetro de longitud, hasta alcanzar la metamorfosis completa y convertirse en pequeñas ranitas.

Han sido casi 250 ejemplares, el 75% de los renacuajos que llegaron al acuario de Zaragoza , los que se han convertido en ranas adultas, lo que supone un porcentaje de éxito muy elevado. Sin duda, muy superior al que se habría obtenido en condiciones naturales para estas puestas en lugares de riesgo, según ha informado este domingo el Gobierno de Aragón.

En el parque de Ordesa

Paralelamente, se han tomado muestras biológicas de los ejemplares para comprobar su estado de salud en relación a enfermedades emergentes que afectan de manera muy preocupante a esta especie y otras de anfibios y reptiles.

Según el Ejecutivo aragonés: «El equipo de Jaime Bosch, investigador del CSIC, ha analizado la posible presencia de quitridiomicosis (una enfermedad provocada por el hongo Batrachochytrium dendrobatidis) y de ranavirus, que ya ha provocado brotes en rana pirenaica en el Parque Nacional de Ordesa al menos desde 2017».

Los primeros resultados de los análisis, conocidos hace unos días, son negativos a ambas patologías. Con estos datos, se puede ahora planificar su liberación al medio natural, algo que se hará efectivo en las próximas semanas. Será siempre en barrancos cercanos a aquellos de donde procedían las puestas y que reúnan condiciones adecuadas de caudal para acoger a los ejemplares adultos.

No obstante, no todas terminarán en el medio natural, pues en torno a una treintena permanecerán en el acuario de Zaragoza para poder ensayar el desarrollo en cautividad del ciclo reproductor completo de la especie. Además, la información obtenida servirá de apoyo a las experiencias de cría en cautividad que también pretenden iniciarse en instalaciones del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo aragonés.

Fuente: elmundo.es