Cientos de macacos enfurecidos están atacando a la población de un pueblo en Japón
La policía japonesa ya no sabe qué hacer con los macacos en Yamaguchi, un pueblo al sur del país. Los ataques cada vez son más violentos
La situación es delicada. En los jardines de niños, en los espacios públicos —incluso en los hogares, el pueblo de Yamaguchi se enfrenta a tropas de macacos violentos que, en busca de recuperar su territorio, se meten con los seres humanos. Algunos de los ataques son frontales: los reportes de la policía local señalan que los primates amedrentan a los bebés con gritos.
Otras personas han mostrado su preocupación por las miradas que sienten sobre los hombros al caminar por la calle. Lo más seguro es que sean los monos japoneses que, mirándolos desde las tejas en las casas o los árboles, esperan el momento perfecto para lanzar su ataque. Ésta es la razón.
Una recuperación estrepitosa
El problema al que se enfrenta Yamaguchi con la creciente población de macacos no es nuevo. Por el contrario, según reporta la BBC, es una situación recurrente desde hace décadas. El crecimiento cada vez más virulento de la especie se dio, de manera inusitada, tras el exterminio que vivieron estos primates durante el siglo XIX.
Por la tala desmedida de los bosques japoneses —que son el único hábitat para los macacos en el país—, los ‘monos de las nieves’ se quedaron sin refugio. La reducción de su ecosistema se sumó a la caza desmedida que Japón permitió en esa época. Sin hogar, y amenazados por la presión de la actividad humana, la especie fue orillada a la extinción hasta mediados del siglo XX.
No fue hasta que la segunda guerra mundial llegó a su fin que el gobierno japonés prohibió la caza de la especie en todo el país, explica Live Science. Con la consigna de preservar una especie nativa de los bosques nipones, se restauró su hábitat y los macacos empezaron a poblar el territorio del que fueron despojados.
A más de medio siglo de tomada esta resolución, en pos de restablecer las poblaciones en el país, los macacos tomaron la ciudad de Yamaguchi como propia. No es la única: en otros pueblos de Japón, las personas temen salir a la calle sin un paraguas, para protegerse de los ataques violentos que reciben de los monos de las nieves.
¿Invasión, o recuperación del territorio?
Un equipo de científicos describe para Mammal Study como «un problema del Japón moderno» la situación de cercanía con los monos de la nieve. En contraste, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) considera a la especie como una de las menos preocupantes en su Lista Roja para animales amenazados. Así de vigorosa ha sido su recuperación.
A la par, la policía local tuvo que abatir a uno de los ejemplares más problemáticos recientemente. Tras ingresar a un jardín de niños y atacar a los estudiantes en varias ocasiones, el Estado decidió acabar con la vida del animal. El problema, sin embargo, no termina ahí.
Algunos medios consideran que la situación que se vive en Yamaguchi es una invasión de macacos. La historia natural de Japón sugiere, más bien, que están recuperando el territorio que les ha pertenecido durante miles de años. Quizá, quienes invadieron el espacio fueron las poblaciones humanas.
Mientras tanto, la población humana en Yamaguchi tiene que tomar precauciones al salir a la calle: no vaya a ser que, si la suerte no les acompaña, reciban una mordida de macaco en la espalda.
Fuente: ngenespanol.com