Investigadores del Conicet participaron de un estudio internacional que advirtió sobre el tiempo que ciertas poblaciones de primates pasaban en el suelo sin subir a los árboles. Qué descubrieron
Las consecuencias del cambio climático siguen siendo alarmantes en cuanto a los múltiples efectos que repercuten en la vida tal como la conocemos. Los cambios en las temperaturas, las mareas, la vida marina y los deshielos implican cambios en el hábitat animal que traerán consecuencias sin precedentes.
Ahora, un estudio de investigación a gran escala, que incluyó a profesionales argentinos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina, realizado sobre 47 especies de lémures de Madagascar y monos de las Américas, descubrió que las especies que habitan en los árboles están siendo desplazadas hacia el suelo debido a los impactos de la deforestación y el cambio climático.
Giuseppe Donati, lector de primatología y antropología biológica en la Universidad de Oxford Brookes, Reino Unido, fue uno de los dos autores principales de la investigación, junto a sus colegas Marco Campera, profesor de Conservación y Biodiversidad, y Michela Balestri, profesora asociada de la Facultad de Ciencias Sociales. El estudio incluyó a 118 coautores de 124 instituciones diferentes.
Inesperada protección en tierra
El análisis de los científicos comenzó después de que los investigadores notaron que ciertas poblaciones de primates pasaban más tiempo en el suelo de lo esperado. Sin embargo, en los sitios con menos deforestación, los miembros de la misma especie no tenían la misma actitud.
Pasar más tiempo a nivel del suelo ayuda a los primates a hacer frente al aumento de las temperaturas, que es causado por una combinación del cambio climático y la deforestación.
Al respecto Donati expresó que “el estudio mostró que los monos y los lémures que viven en ambientes más cálidos con menos cubierta de vegetación estaban cambiando hacia un uso más extenso del suelo. Además, las especies que habitan en los árboles que consumen una dieta más generalizada y viven en grandes grupos sociales tienen más probabilidades de realizar estos cambios”.
A medida que el cambio climático empeora y los bosques retroceden debido a las actividades humanas, las especies más flexibles están cambiando a una nueva dimensión ecológica que puede amortiguarlas contra la extinción, según explica a investigación publicada en Proceedings of National Academy of Sciences (PNAS).
El autor principal del artículo, Tim Eppley, asociado postdoctoral en San Diego Wildlife Alliance (SDZWA) y ex alumno de maestría en Conservación de primates en la Universidad de Oxford Brookes, afirmó que “es posible que pasar más tiempo en el suelo pueda amortiguar a algunos primates de los efectos de la degradación forestal y el cambio climático; sin embargo, para las especies menos adaptables, serán necesarias estrategias de conservación rápidas y efectivas para asegurar su supervivencia”.
Entre otras conclusiones, la investigación también encontró que los primates más cercanos a los asentamientos humanos y las rutas tienen menos probabilidades de descender al suelo. Además de la explotación forestal, varios aspectos de la invasión humana pueden desempeñar un papel en esta transición ecológica, incluidos los perros salvajes que se sabe que se alimentan de la vida silvestre.
Luca Santini, de la Universidad Sapienza de Roma, otro autor principal del estudio, afirmó que “este hallazgo puede sugerir que la presencia humana, que a menudo es una amenaza para los primates, puede interferir con la adaptabilidad natural de la especie al cambio global”.
A lo que Donati agregó: “aunque las condiciones ecológicas análogas y los rasgos de las especies pueden haber influido en los cambios evolutivos previos a la vida en el suelo, incluidos nuestros ancestros homínidos, está muy claro que el ritmo actual de deforestación y cambio climático pone en peligro a la mayoría de las especies de primates”. Es un ejemplo de los conocimientos que se pueden obtener y los avances que se pueden lograr cuando se examina la conservación a escala global, con ojos multidisciplinarios y afincados en los más diversos escenarios visibles en cada continente.
Uno de los valores distintivos de esta investigación es la impresionante escala de iniciativa científica colaborativa. Un esfuerzo que ha logrado reunir a 118 autores y revisar datos de esta magnitud de observaciones.
Fuente: infobae.com