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Científicos de Japón descubren un insecto carnívoro: así es y así se disfraza

Un descubrimiento inesperado y sorprendente el realizado, de manera casual, por un grupo de investigadores de la Universidad de Hawái en Manoa. Se trata de un insecto que se suma al colectivo de carnívoros y que se disfraza de manera meticulosa con partes de cadáveres para no ser detectado por posibles depredadores. El nombre que ha recibido es el de coleccionista de huesos

Daniel Rubinoff y sus colegas de la Universidad de Hawái en Manoa descubrieron a este insecto, una oruga, mientras estaban investigando en las montañas de Waianae, en la isla hawaiana de Oahu hace dos décadas. Su objetivo era buscar especies del género Hyposmocoma, entre las que existen raras avis de orugas que se alimentan de carne. Mientras iban caminando vieron una “bolsa diminuta cubierta de trocitos de insecto”, cuenta en una entrevista Rubinoff, y añade que “no estábamos seguros de qué era, la llevamos al laboratorio y nos dimos cuenta de que había una pequeña oruga dentro”.

La gran sorpresa de estos insectos

Tras analizar la oruga llegó algo que nadie esperaba. Estaban ante una nueva especie que en estos 20 años ha sido vista en muy pocas ocasiones. Hasta la fecha se sabe que vive en telarañas dentro de los troncos de los árboles, entre rocas y otros espacios cerrados. Esta oruga tiene aproximadamente la longitud de una uña y, como en pocas especies de su género, es carnívora y se alimenta de insectos atrapados en telarañas.

A día de hoy no tiene nombre científico, pero el equipo la ha apodado como coleccionista de huesos ya que adorna su estuche de seda con fragmentos de insectos muertos y partes del exoesqueleto que muda la araña. La criatura examina de forma cuidadosa cada parte del cuerpo, que podría incluir cabezas de hormiga, abdómenes de escarabajo o alas de mosca, antes de tejerla en su disfraz. De hecho, incluso recorta cada trozo hasta el tamaño necesario que cuadre con su macabro disfraz.

Según Rubinoff, esta es “probablemente la única forma de sobrevivir viviendo con una araña: cubriéndose con trozos de su propia piel mudada y de sus comidas anteriores”. Esto s lo que hace que la oruga tenga un olor y un sabor más parecido a una bolsa de basura que a un jugoso bocadillo para su compañera arácnida. Después de dos o tres meses, se metamorfosea en una polilla más pequeña que un grano de arroz.

Un comportamiento caníbal

No termina hay el siniestro comportamiento de esta oruga descubierta por Rubinoff y el grupo de investigadores de la universidad hawaiana. Lo habitual es que este insecto viva solo en la telaraña que parasita. Sin embargo, se quiso ir más allá en el estudio y se probó juntar a dos insectos en la misma jaula en el laboratorio. El resultado fue que la más grande se alimentó de la más pequeña y débil, motivo por el que según Rubinoff “sólo se ve un recolector de huesos por telaraña”.

Los investigadores han encontrado sólo 62 de estas criaturas en más de 150 estudioso de campo realizados durante cerca de 22 años, todos dentro los mismos 15 kilómetros cuadrados de la cordillera de Waianae. El análisis genético indica que su linaje es unos 3 millones de años más antiguo que la isla de Oahu, lo que significa que en su momento estuvo mucho más extendida: “Desde la llegada de los humanos a un lugar como este, hemos perdido muchas especies nativas. Es un milagro haber podido encontrar al coleccionista de huesos y a la vez que estén tan confinados en este único lugar”, dijo Rubinoff.

Fuente: unionrayo.com

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