Baba de una anguila fósil agita el árbol genealógico de los vertebrados
Paleontólogos de la Universidad de Chicago han descubierto el primer fósil detallado de ‘hagfish’ o mixino, una especie de anguila viscosa carroñera del océano.
El fósil, de 100 millones de años, ayuda a responder a preguntas sobre cuándo estos peces antiguos sin mandíbula se ramificaron del árbol evolutivo del linaje que dio origen a los vertebrados de mandíbula modernos, incluidos los peces óseos y los humanos.
El fósil, llamado ‘Tethymyxine tapirostrum’, es un pez de 12 pulgadas de largo incrustado en una losa de piedra caliza del periodo Cretácico en el Líbano. Llena una brecha de 100 millones de años en el registro de fósiles y muestra que el mixino está más estrechamente relacionado con la lamprea chupadora de sangre que con otros peces. Esto significa que tanto los mixinos similares a las lampreas desarrollaron su forma de cuerpo de anguila y extraños sistemas de alimentación después de que se separaron del resto de la línea ascendente de vertebrados hace unos 500 millones de años.
“Esta es una importante reorganización del árbol genealógico de todos los peces y sus descendientes. Esto nos permite establecer una fecha evolutiva en rasgos únicos que distinguen al mixino de todos los demás animales”, afirma Tetsuto Miyashita, miembro del Departamento de Biología y Anatomía de Organismos en UChicago, quien dirigió la investigación. Los hallazgos se publican esta semana en ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’.
Los mixinos o mixines modernos son conocidos por su apariencia extraña y su mecanismo de defensa único. No tienen ojos, ni mandíbulas ni dientes para morder, sino que usan un aparato con forma de espiga para raspar la carne de los peces muertos y las ballenas en el fondo del océano. Cuando son acosados, pueden convertir instantáneamente el agua a su alrededor en una nube de limo, obstruyendo las branquias de los posibles depredadores.
Esta capacidad de producir baba es lo que revela el fósil de ‘tethymyxine’. Miyashita usó una tecnología de imágenes llamada escaneo de sincrotrón en la Universidad de Stanford para identificar rastros químicos de tejido blando que quedaron en la piedra caliza cuando el ‘hagfish’ se fosilizó. Estos tejidos blandos rara vez se conservan, por lo que hay muy pocos ejemplos de parientes antiguos de estos para estudiar.
La exploración detectó una señal de queratina, el mismo material que conforma las uñas de los humanos. La queratina es una parte crucial de lo que hace que la defensa de cieno de ‘hagfish’ sea tan efectiva. Los mixinos tienen una serie de glándulas a lo largo de sus cuerpos que producen pequeños paquetes de fibras de queratina fuertemente enrolladas y lubricadas por mucosidad.
Cuando estos paquetes golpean el agua de mar, las fibras explotan y atrapan el agua en el interior, convirtiendo todo en una porquería asfixiante. Las fibras son tan fuertes que cuando se secan se asemejan a hilos de seda; incluso se están estudiando como posibles fibras biosintéticas para confeccionar ropa y otros materiales.
Miyashita y sus colegas encontraron más de cien concentraciones de queratina en el cuerpo del fósil, lo que significa que el antiguo ‘hagfish’ probablemente desarrolló su defensa de limo cuando los mares incluían temibles depredadores como plesiosaurios e ictiosaurios que ya no vemos.
“Ahora, tenemos un fósil que puede hacer retroceder el origen del plan corporal con forma de ‘hagfish’ durante cientos de millones de años –señala Miyashita–. Ahora, la siguiente pregunta es cómo esto cambia nuestra visión de las relaciones entre todos estos primeros linajes de peces”.
En un grupo separado del resto de peces
Las características del nuevo fósil ayudan a ubicar al mixino y sus parientes en el árbol genealógico de los vertebrados. En el pasado, los científicos no estaban de acuerdo sobre a dónde pertenecían, dependiendo de cómo abordaban la pregunta. Aquellos que confían en la evidencia fósil por sí solos tienden a concluir que el ‘hagfish’ es tan primitivo que ni siquiera pertenece a la familia de los vertebrados. Esto implica que todos los peces y sus descendientes de vertebrados tenían un ancestro común que, más o menos, se parecía a un mixino.
Pero aquellos que trabajan con datos genéticos argumentan que el ‘hagfish’ y la lamprea están más estrechamente relacionados entre sí. Esto sugiere que el mixino y la lamprea modernos son los más extraños en el árbol genealógico de los vertebrados. En ese caso, la apariencia primitiva del ‘hagfish’ y la lamprea es engañosa, y el ancestro común de todos los vertebrados fue probablemente algo más convencional.
El trabajo de Miyashita concilia estos dos enfoques, utilizando la evidencia física de la anatomía del animal del fósil para llegar a la misma conclusión que los genetistas: que el ‘hagfish’ y la lamprea deberían agruparse por separado del resto de los peces. “En cierto sentido, esto restablece la agenda de cómo entendemos a estos animales”, afirma el coautor del nuevo estudio Michael Coates, profesor de Biología y Anatomía del organismo en UChicago.
Y agrega: “Ahora tenemos esta importante corroboración de que son un grupo aparte. Aunque todavía son parte de la biodiversidad de vertebrados, ahora tenemos que observar al ‘hagfish’ y la lamprea con más cuidado, y reconocer su aparente primitividad como una condición especializada”.
Fuente: EP