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Así se adaptó al frío extremo el anolis en una sola generación

Este acontecimiento ha permitido observar cómo se produce la selección natural en una sola generación

Uno de los principios de la evolución más conocidos es la supervivencia del espécimen más fuerte. Generalmente, se trata de un proceso gradual lento, de miles o incluso millones de años. En él, generaciones de animales van desarrollando capacidades adaptativas según los cambios que se producen en su hábitat.Sin embargo, ¿qué ocurre cuando estos cambios se produce de manera brusca?

Un equipo de investigadores de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) ha observado cómo un fenómeno climático repentino ha supuesto la muerte de ejemplares de anolis (Anolis carolinensis) y, en consecuencia, la supervivencia de los mejor adaptados a temperaturas muy bajas. Shane Campbell-Staton, autor de la investigación, piensa que se trata de un «hecho claro y fundamentado de una respuesta biológica a unas condiciones climáticas extremas».

Según el artículo publicado en la revista Science, los hechos ocurrieron en el invierno de 2013-2014, cuando una repentina ola de frío proveniente del vórtice polar afectó al país norteamericano. En esos momentos, un equipo de investigadores estaban estudiando a las poblaciones de estos reptiles en el estado de Texas y en el sur de Oklahoma. «No sólo fuimos capaces de monitorizar cómo se produce la selección natural a nivel de un único organismo, sino también a un nivel secuencia y expresión genética», ha explicado el investigador.

El estudio reveló que los animales supervivientes del sur, y por lo tanto, acostumbrados a climas más cálidos, habían desarrollado una mayor resistencia a las temperaturas frías que la que tenían antes de la ola polar. Los análisis de ADN han señalado que, además de adquirir niveles de resistencia al frío iguales a sus homólogos del norte, ese cambio genético sólo ocurrió en los especímenes del sur. El motivo puede ser que la variación de temperaturas en el norte no fuera tan brusca, según creen los científicos.

«Estudiamos tres evidencias independientes -el análisis de ADN, la expresión genética y las medidas fisiológicas- que apuntaban a la misma conclusión: un cambio hacia una mayor robustez frente al frío», ha explicado el co-autor del estudio, Julian Catchen. Este biólogo ha añadido que las especies que no sobrevivieron tendrían mayores posibilidades de sobrevivir a una ola de calor u otro fenómeno extremo. «Esas lineas genéticas se han perdido», ha afirmado Catchen.

Según los investigadores, es muy difícil observar de manera directa la selección natural de una especie en estado salvaje. Dado que los cambios bruscos de temperatura son casi impredecibles, es casi imposible hacer este tipo de estudios a menos que se recoja información de antemano, ha asegurado Campbell-Staton.

«Estamos ante la evidencia de una rápida respuesta evolutiva frente a un único fenómeno climático extremo, que ha sido llevado a cabo en una sola generación», ha aclarado el autor. «Cuando Charles Darwin propuso su idea sobre la evolución a través de la selección natural, afirmó que se produce por un cambio gradual, cuyos resultados sólo serían visibles después de muchísimas generaciones, pero ahora, con esta información, sabemos que dándose las circunstancias necesarias podemos ver cómo se produce la selección natural en el acto», ha indicado.

Los científicos sólo han comenzado a entender cómo las situaciones climáticas extremas afectan a las poblaciones de seres vivos. «Recopilando más información de este tipo, podremos saber cómo la vida en este planeta responderá a los fenómenos climáticos extremos que se esperan en las próximas décadas», ha concluido el autor.

Fuente: elmundo.es