¿Cómo aprenden los murciélagos a comunicarse en su dialecto?
Hace falta toda una aldea para enseñarle a un murciélago a comunicarse. Los murciélagos egipcios de la fruta (Rousettus aegyptiacus) aprenden de sus madres un tipo de canto, parecido al de las aves. Ahora, un estudio ha demostrado que también pueden asimilar nuevos dialectos, o el tono de sus vocalizaciones, del resto de los miembros de su colonia.
Aprender a comunicarse a partir de la repetición de los sonidos que emiten otros individuos constituye una habilidad exclusiva de unos pocos grupos de mamíferos; entre ellos los humanos, las ballenas y los delfines. Los investigadores están empezando a estudiar este proceso, llamado aprendizaje vocal, también en el caso de los murciélagos. Los hallazgos de un estudio reciente publicado en la revista PLOS Biology muestran que estos animales también pueden aprender señales acústicas del los individuos de la población que los rodea, un proceso que los autores denominan aprendizaje vocal de grupo.
Dado que son más fáciles de manejar en el laboratorio que las ballenas o los delfines, los murciélagos se están convirtiendo en el mejor organismo para estudiar cómo aprenden a vocalizar los mamíferos. Según Michael Yartsev, investigador de la Universidad de California que no participó en el trabajo, este último estudio subraya su importancia.
Aunque los pájaros cantores demuestran a la perfección el fenómeno de aprendizaje vocal, su cerebro se organiza de forma diferente al de los humanos. Fijar un modelo de mamífero para explorar cómo se desarrolla esta función reviste gran importancia para los neurólogos que estudian el aprendizaje vocal, añade Yartsev.
Los murciélagos frugívoros egipcios son muy sociables y viven en colonias de entre docenas y miles de otros congéneres. Para analizar la manera en que las crías aprendían los dialectos, los investigadores atraparon a 15 hembras gestantes y las trasladaron al laboratorio. Para controlar los posibles efectos genéticos, se aseguraron de que las madres no guardasen un parentesco cercano. Luego, el equipo dividió a las madres en tres grupos de cinco y los colocó en sendas cámaras, donde las madres dieron a luz a las crías. Los científicos utilizaron grabaciones de colonias de murciélagos frugívoros egipcios caracterizadas por una frecuencia baja, alta o una combinación de ambas, e hicieron sonar cada una en una cámara.
Las madres fueron liberadas a las 14 semanas, cuando las crías serían destetadas de forma natural. Tras otras 17 semanas en cautividad, los murciélagos jóvenes ya imitaban el tono de las grabaciones con las que habían crecido: aquellos criados en la cámara donde sonaban frecuencias altas emitían más llamadas de este tipo.
“Los hallazgos son lógicos”, explica Yossi Yovel, investigador de la Universidad de Tel Aviv y coautor del estudio. Las crías de los murciélagos crecen en la oscuridad y rodeadas de vecinos ruidosos, por lo que sería extraño es que no aprendieran de ellos. “Quizá no sea una conclusión sorprendente, pero hasta ahora nadie lo había demostrado.” Ahora, Yovel y su equipo tienen previsto liberar a los jóvenes murciélagos y observar si su dialecto cambia para adaptarse al de los murciélagos salvajes o si, por el contrario, los miembros de la colonia copian el dialecto de los murciélagos de laboratorio.
Según Sonja Vernes, investigadora del Instituto Max Planck de Psicolingüística de los Países Bajos, estudiar cómo funciona este proceso en el cerebro de otros mamíferos puede darnos pistas para entender cómo adquirimos los humanos el lenguaje.
Fuente: investigacionyciencia.es