Adiós al fallecido Koko, el gorila de 46 años que se comunicaba a través de lenguaje de señas
Sus mensajes sobre el medio ambiente resonaron en todo el mundo. Este primate de 46 años falleció mientras dormía en una reserva en California (EE. UU.) Fue el primer animal en expresarse de esta manera, gracias a un experimento lingüístico de la Universidad de Stanford.
Hace dos días murió Koko, el primer gorila que dominó el lenguaje de señas en el mundo. Sus cuidadores lo encontraron sin vida al amanecer en la reserva de la Fundación Gorilla, donde vivió sus últimos años, sobre las montañas de Santa Cruz en California (EE. UU.) Se había hecho famoso no solo por su talento para comunicarse con humanos, sino por el fondo de sus mensajes.
La historia de Koko empezó el 4 de julio de 1971, día en que nació dentro Zoológico de San Francisco. A ese lugar llegó la doctora Francine Patterson, una investigadora y psicóloga de animales que trabajaba por entonces en un proyecto lingüístico de la Universidad de Stanford. Su idea era enseñarle a este primate, de apenas unos tres años, el lenguaje de signos. De esa manera podría comunicarse con él y saber qué pensaba.
El resultado fue más de lo esperado. Koko, considerada “un ícono de la comunicación entre especies”, terminó por aprender más de 1,000 signos y comprendía 2,000 palabras en inglés. Lo había hecho, por ejemplo, a través de cuentos que Patterson le leía. Y así fue como impartió los mensajes que resonaron alrededor del mundo.
Esa fama la puso frente a la cámara de la National Geographicconvirtiéndola en protagonista de varios reportajes. Uno de ellos es el del espejo, filmado en 1978, cuando lo muestran tomándose una fotografía ella misma, lo que hoy se llamaría “selfie”. Sus videos con el gato “All Ball”, bautizado así por ella misma, terminaron inspirando un libro norteamericano llamado “El gatito de Koko”, considerado clásico en la literatura infantil.
Tras su partida, sus mismos cuidadores anunciaron honrarlo. A través de una aplicación de lenguaje de señas, que utilice la imagen de Koko, la fundación conservará su legado.
Fuente: elespectador.com