El empleo energías renovables son la base de la sostenibilidad, de los sistemas energéticos de todo el mundo. Pero muchas veces estas tecnologías enfrentan desafíos, a los que los científicos han puesto gran empeño en encontrarles soluciones, con un gran despliegue de ingenio. Unas turbinas flexibles, una vela solar y la venta de CO2, son buenos ejemplos de ello.
De las libélulas a los aerogeneradores
La energía eólica sigue siendo una forma intermitente de generación de electricidad. Si el viento no está soplando de manera suficiente, las turbinas no giran y si lo hace con demasiada fuerza, los aerogeneradores son susceptibles de sufrir diversos daños.
Un grupo de investigadores de la Universidad de la Sorbona y de la École Nationale Supérieure des Arts et Métiers-ParisTech han probado varias formas de superar estos problemas, imitando las alas de los insectos. Usando a las libélulas como ejemplos, los investigadores han generado turbinas eólicas flexibles.
Se experimentó con varios prototipos de turbinas, con: hojas normales, ligeramente flexibles y extremadamente flexibles. Mientras que estas últimos no podían generar suficiente energía, los investigadores encontraron que, las aspas ligeramente flexibles ofrecen hasta un 35% más de potencia que las tradicionales, se mueven con una brisa y resisten a grandes temporales.
Cantándole al sol
La ciudad de París estará siempre vinculada al deseo mundial de combatir el Cambio Climático y de dar inicio a la economía de bajo carbono. La Torre Eiffel suele tomarse como un emotivo monumento al Acuerdo de París, pero un nuevo edificio podría “hacerle sombra”.
La recién inaugurada Seine Musicale, ubicada en la isla de Seguin en París fue diseñada por los famosos arquitectos Shigeru Ban y Jean de Gastines. El edificio de madera tiene una «vela solar», que rastrea los movimientos del sol y que le proporciona la electricidad.
El centro es una sala de conciertos esférica, capaz de acoger a 4.000 personas, rodeado de un amplio espacio verde, para disfrute de los visitantes y los músicos. La “estrella” del proyecto es la vela triangular giratoria cubierta en paneles solares, que sigue el camino del sol.
Venta de CO2
La empresa suiza Climeworks ha puesto en funcionamiento la primera planta comercial, que captura CO2 para ser vendido a sus clientes. Un total de 18 colectores de CO2 han sido colocados encima de una planta de incineración de residuos en Zurich. El gas obtenido alimenta a un invernadero cercano, donde se emplea para fertilizar tomates y pepinos.
El proceso deposita químicamente el CO2 sobre un filtro que, una vez saturado, se aísla a 100ºC. El CO2 capturado puede ser vendido a empresas agrícolas, usado para carbonatar bebidas o crear combustibles y materiales, “neutrales al clima”.
Fuente: innovaticias.com