Teresa García Gasca: ‘México necesita una estrategia nacional de fortalecimiento a la cultura, educación y ciencia’
Para tenerla, necesita sensibilidad y empatía, reconocer que el conocimiento es parte indispensable en el desarrollo del país y que no son una carga económica, añade la exrectora de la UAQ
México necesita una estrategia nacional de fortalecimiento a la cultura, al arte, la educción, la ciencia y tecnología y para tenerla necesita sensibilidad y empatía, reconocer que el conocimiento es parte indispensable en el desarrollo del país y reconocer que no son una carga económica, señala la doctora Teresa García Gasca.
En entrevista la exrectora de la UAQ y quien recibió a nombre de la institución el Premio Crónica, pone los puntos sobre la mesa en el apoyo a estos rubros esenciales para la nación y señala que países, como Corea del Sur, que decidieron invertir y pusieron sus esperanzas en la generación del conocimiento, hoy son infinitamente superiores a lo que es México. “Nosotros tuvimos en las manos proyectos tan importantes como la generación y desarrollo de vacunas, donde éramos líderes mundiales, pero con la pandemia de covid-19, nos dimos cuenta que eso desapareció”.
En este punto de los recursos, la doctora en Ciencias de los Alimentos asegura que es tiempo de romper ese mito del 1 por ciento del PIB a la investigación científica y volverlo realidad. “No se ha cumplido en décadas y cuando bien nos va, el presupuesto está al 0.5 por ciento, porque el 1 del PIB es letra muerta en la ley”.
¿Qué requiere el país en educación ciencia y cultura en estos tiempos?
Estos sectores son parte indispensable para el crecimiento, desarrollo y soberanía del país. Así de fácil, porque un país se posiciona a nivel mundial por la generación de conocimiento, de arte y de cultura, con su difusión y su aplicación.
¿Qué necesita el país?, desde mi punto de vista, una estrategia nacional de fortalecimiento a la cultura, al arte, la educción y la ciencia y tecnología, pero para tenerla necesita sensibilidad, reconocer que son importantes, que no son una carga económica y que asignarles recursos o presupuestos sin planes ni propuesta, no tiene ningún sentido.
Porque entonces, se termina haciendo lo que se hace desde hace mucho tiempo en México: asignar un presupuesto mínimo para que las cosas operen, para que no haya un levantamiento social y para que las universidades sigamos sobreviviendo, algunas ni eso, porque algunas de ellas continúan desde hace muchos años en crisis económica, es decir, no terminan de cumplir sus compromisos al año. Llega octubre y ya no tienen recursos ni para nómina.
Pero lo que sí, definitivamente, necesitamos es sensibilidad, comprensión, empatía y convencimiento de que estas áreas son estratégicas para el desarrollo del país, el cual lo podemos comparar fácilmente con naciones que hace 40 años como México estaban en una situación de precariedad social, de precariedad en aplicación de la ciencia y tecnología. Son países como Corea del Sur que decidieron cambiar el rumbo, que decidieron invertir, esto quiere decir: poner sus esperanzas en la generación del conocimiento y hoy son infinitamente superiores a lo que es México, que tuvo en las manos proyectos tan importantes como la generación y desarrollo de vacunas.
En este rubro, fuimos una potencia que exportaba vacunas a todo el mundo. Fueron los años 80, ni siquiera es tan lejano ese tiempo, y de repente, cuando llega la pandemia, nos damos cuenta que todo eso verdaderamente desapareció, que los gobiernos de los 90s a la fecha, dejaron de ver un potencial desarrollo en esas áreas. Y así como explico esto de las vacunas, podemos hablar de las energías sustentables o de otras áreas del conocimiento. En este panorama vamos muchos años atrás, décadas, de otros países, cuando podríamos ir con ellos en desarrollo tecnológico.
Porque en el país existe talento. Existe el ánimo y motivación de generar conocimiento de primer nivel y de resolver problemas reales. La ciencia en México no sólo trabaja en resolver dudas o inquietudes científicas, sino también en generar conocimiento que se pueda aplicar. Aunque también existe una barrera enorme, como si estuviéramos aislados de los demás sectores.
Por ejemplo, tenemos la vía de trabajo con el sector privado, afortunadamente, pero no es lo suficiente, porque no hay un incentivo fiscal para que el sector privado invierta en educación y se generen más alianzas. Y con el gobierno es mínimo lo que existe, y cuando existe, ni siquiera se capitaliza.
Por eso, lo que hace falta es una estrategia nacional que debe estar sustentada en la sensibilidad, convencimiento, empatía y una mirada global de que el conocimiento es parte indispensable en el desarrollo de cualquier país
¿Ese mito de dar el 1 por ciento del PIB a la ciencia se debe eliminar o hacer realidad?
Es un mito, porque no se ha cumplido en décadas. Cuando bien nos va, el presupuesto está al 0.5 por ciento y el 1 del PIB es letra muerta en la ley. Hoy, la nueva Ley general de Humanidades y Ciencias ni siquiera lo nombra, ni pone el compromiso de un piso presupuestal. Algo muy preocupante porque queda a discreción del gobierno en turno, y si el gobierno en turno, como el que hoy está por terminar, no tiene interés real en el desarrollo científico y tecnológico, sino al contrario, pareciera ser que hay una animadversión por la educación superior y por el desarrollo del conocimiento, entonces esto va a quedar siempre a discreción de quien tome las decisiones. Y entonces hay que derribar ese mito, porque no podemos solamente decir esa aspiración de llegar al 1 por ciento del PIB sin concretar un cambio.
Hoy, los países de la OCDE aplican el 3 por ciento del PIB a la ciencia, es decir, tres veces más de lo que deberíamos estar aplicando en México. Tenemos que enfocar los esfuerzos en lograr este avance. ¿Cómo lo vamos a hacer? Es un gran trabajo y necesitamos que quienes están pensado en tomar las riendas de este país, tengan muy claro que se necesita un cambio de políticas en la ciencia, educación y cultura.
Y en estos cambios no debemos de desproteger a la educación básica, que está en las mismas: en la ley se indica destinar el 8 por ciento, como lo indica el artículo 25 de la Constitución: El monto anual que la Federación destine al gasto en educación pública no podrá ser menor al 8 por ciento del Producto Interno Bruto del país-.
Como tampoco se trata de desproteger salud, infraestructura, pero infraestructura también para las comunidades que está alejadas. Por ejemplo, en la Sierra Gorda de Querétaro, que tiene una orografía tan rica, pues también hay una gran cantidad de comunidades que están marginadas por falta de infraestructura.
Y creo que en México no es un tema de falta de recursos, sino de cómo se distribuyen esos recursos y cuáles son los verdaderos intereses. Además de erradicar la corrupción que existe en todos los niveles y, desde luego, tenemos que hacer gran esfuerzo como sociedad e instituciones de gobierno, eso incluye a las universidades públicas, para erradicar cualquier tipo de mala praxis.
¿Qué eliminaría de los ecosistemas educativo, científico y cultural del país o que mejoraría en estos tiempos donde estamos un cambio sustancial en todos los ámbitos del conocimiento?
No le quitaría algo en particular. Creo que se ha ido avanzando de forma paulatina. Algo esencial fue asegurar las aulas de educación básica para todos los niños y jóvenes del país. No se ha logrado al 100 por ciento, pero se avanza; lo mismo en media superior la meta es asegurar las aulas para todos.
En muchos aspectos hemos avanzado generando modelos educativos propios, pero aún nos falta reconocer la riqueza de los pueblos y lenguas originarias. Todos los niños y niñas deberían aprender una lengua originaria, que podría ser la más grande en su región, como en Querétaro el ñañú. Desde el kínder empezar a conocerla, porque eso nos amarra a nuestras raíces y nos permite conocer una cosmovisión que es un legado trascendental para los mexicanos.
Tenemos que ver de cara al futuro el incorporar estas nuevas habilidades relacionadas con las tecnologías, desde la infancia. En ciencias seguimos teniendo contenidos a nivel básico muy mínimos, podríamos estar ya incorporando en la primaria aspectos de uso de herramientas, ya no sólo saber que existen áreas del conocimiento, sino empezar con herramientas de inteligencia artificial desde la primaria.
Y el que ya las usen, es saber cómo las van a utilizar, porque ahora el ChatGPT u otras estrategias, son facilitadores que a veces nos ayudan para generar conocimiento propio. ¡Nunca debemos de dejar de generar nuestro propio conocimiento!
Y creo que debemos regresar un poco a las prácticas tradicionales, volver a buscar en la enciclopedia, no sólo en internet, que las niñas y niños sepan usar un diccionario y buscar por orden alfabético. Hay que regresar a escribir a mano un poco las tareas, porque este ejercicio de leer y escribir sirve mucho.
Hay que recuperar estrategias tradicionales, que no por ser de este tipo, son obsoletas e innecesarias, y hay que combinarlas con el uso de nuevas herramientas.
Porque, en suma, hay que aprender a hacer quebrados porque nos crea un sistema y, al mismo tiempo, aprender a usar las nuevas herramientas, porque me facilita la vida, porque para eso es la tecnología, para facilitar las cosas, para avanzar a pasos agigantados lo que no podríamos hacer en tiempo real y nos llevaría tantos años, que cuando lleguemos, ya vamos tan tarde y no es necesario ya.
Fuente: cronica.com.mx