Telarañas digitales | Ventajas y desafíos virtuales: La migración digital
Boris Berenzon Gorn
En pleno 2023, el que gran parte de las actividades del mundo analógico migren al mundo digital no nos parece algo extraño ni problemático; por el contrario, lo vemos como una necesidad y un triunfo en favor de la eficiencia. La digitalización constante de actividades que anteriormente se llevaban a cabo de manera presencial facilita la vida a los usuarios de las TIC’s y plantea numerosas ventajas que esbozan el panorama de cómo será la vida dentro de unos veinte o treinta años.
En general, aceptamos que la tecnología seguirá su rápido avance en favor de una mayor conectividad y del desarrollo de la inteligencia artificial, por lo que los cambios, que ya son bastante significativos en comparación con el pasado, seguramente se incrementarán. Entre las ventajas que supone la migración al mundo digital, es necesario considerar la eficiencia en comparación con el modelo analógico en lo que se refiere a datos e información. Por lo general, las actividades relacionadas con servicios burocráticos, como trámites en el área pública y privada, tienden a ser mucho más ágiles y de calidad cuando se llevan a cabo de manera digital; aunque eso depende en buena medida de que se cuente con una interfaz de usuario amable e instrucciones claras y precisas.
Asimismo, gran parte de las tareas que requerían de tiempos largos y una gran cantidad de personas enfocadas pueden ser automatizadas, por lo que los tiempos son más cortos y los errores son menos. La accesibilidad aumenta gracias a horarios más flexibles y a servicios que no requieren (la mayoría de los casos) que haya una persona en tiempo real del otro lado de la pantalla. Pero además mejora la comunicación por ser inmediata y eficaz; de hecho, comunicarse por chat es la actividad preferida de los jóvenes al contactar al servicio al cliente, prefiriéndola por encima de las llamadas telefónicas. El comercio en línea también crece a pasos agigantados.
Las videoconferencias son una herramienta muy popular y han sido incorporadas sobre todo en el ámbito educativo y laboral. Las clases a distancia y la presentación de exámenes y entrevistas por videoconferencia han vinculado a alumnos y docentes que se encuentran alejados físicamente. En el área laboral, el trabajo remoto, es cada vez más popular y favorecido por el uso de las TIC’s. Así, los costos se reducen tanto en los procesos como en los gastos que requiere la presencia física. Todo esto sin contar la mayor posibilidad de personalizar las preferencias mediante algoritmos. A mayor uso de la tecnología hay mayor demanda y, por lo tanto, mayor creación e innovación.
Pero no todo es miel sobre hojuelas. A pesar de que este panorama nos coloque cada vez más en el camino para alcanzar todo lo imaginado por la ciencia ficción, el crecimiento es desigual y hay factores que no permiten que las mejoras tecnológicas transformen las condiciones de violencia y perpetuación del statu quo. El primer aspecto que hay que considerar es que no todas las personas tienen acceso al mundo digital, ya sea por razones económicas, edad, educación o marginación. La brecha digital es aún muy significativa a nivel mundial y en países como México el camino por recorrer es largo, pues no sólo basta con infraestructura, sino que se requiere además de educación.
A mayor automatización y migración al mundo digital, las personas que trabajaban en alguna actividad del mundo analógico y son reemplazadas por procesos automáticos suelen perder sus empleos. En algunas empresas, el personal se reduce al mínimo y los desplazados de estas actividades no encuentran reacomodo, pues se enfrentan a la necesidad de prepararse y actualizarse, lo que puede tomar tiempo y ser costoso. Además, la falta de conexión interpersonal puede generar en el usuario un sentimiento de abandono, sobre todo cuando pide ayuda ante procesos automatizados. No es baladí considerar los factores ambientales, las amenazas a la seguridad y la dependencia que pueden desarrollarse ante una mayor migración digital. Con todo, las ventajas son muchas y vale la pena aprovecharlas, siempre y cuando no se favorezca la desigualdad y la exclusión.
Fuente: elsoldemexico.com.mx