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Sargazo: ¿basura o mar de oportunidades?

Karla J. Azcorra-May, María Antonieta Saldívar Chávez, Raúl Tapia-Tussell y Edgar Olguin-Maciel (CICY)

La maestra en Ciencias Karla J. Azcorra-May es estudiante de doctorado del Programa de Energías Renovables del CICY (karlaazcorra1@gmail.com). El doctor Raúl Tapia-Tussell es investigador titular de la Unidad de Energías Renovables en el CICY (rtapia@cicy.mx). Edgar Olguin-Maciel es doctor en Energías Renovables y se encuentra realizando una estancia posdoctoral en el CICY (eolmac.agro@gmail.com). La maestra María Antonieta Saldívar Chávez es coordinadora de Desarrollo e Investigación en el CICY (maria.saldivar@cicy.mx).

Actualmente, el sargazo es el enemigo número uno de las playas del Caribe Mexicano. Pero más allá de las afectaciones al turismo y a la pesca y, por lo tanto, a la población de la región, existen efectos ambientales graves, como la generación de gases tóxicos y residuos con altos contenidos de metales pesados que pueden comprometer la calidad del agua y suelo de la península de Yucatán de manera irreversible. Todo parece indicar que el sargazo será la nueva normalidad en el Caribe; debido a ello, es necesario encontrar formas para su aprovechamiento de manera integral.

El origen del sargazo

El sargazo se conforma por algas pardas del género Sargassum y tiene una función en el ecosistema marino, ya que es refugio de numerosas especies marinas, las cuales encuentran en ellas alimento y protección. Aunque estas algas siempre han estado presentes en el Caribe, no fue en el año 2011 cuando se comenzaron a observar volúmenes anormales que empezaron a llegar a las playas. Hasta ese momento, el sargazo se asociaba principalmente al Mar de los Sargazos, región descubierta por Cristóbal Colon en el siglo XVI.

Cabe mencionar que mientras el sargazo crece y se reproduce fija dióxido de carbono, el cual es uno de los principales gases causantes del efecto invernadero, por lo que su presencia en el mar no es del todo negativa. Las afectaciones se dan por su presencia excesiva que se ha presentado en los últimos años.

Las observaciones satelitales han mostrado una región diferente al Mar de los Sargazos en donde se ha favorecido el crecimiento de esta alga. Esta área se encuentra entre las costas de África y Brasil y se le ha denominado “El Nuevo Mar de los Sargazos”. Es posible que la formación de esta nueva zona sea consecuencia de las actividades humanas, ya que todo apunta a que el exceso de nutrientes en el mar y el incremento en la temperatura del océano han ocasionado el crecimiento acelerado del sargazo.

Los impactos del sargazo

Desde el punto de vista socioeconómico, la principal actividad del estado de Quintana Roo es el turismo, siendo Cancún el sitio más elegido por los visitantes nacionales y extranjeros que buscan disfrutar de las cristalinas y turquesas aguas del Caribe, las cuales son opacadas por la mancha marrón de sargazo.

Para los hoteleros y para la misma población resulta urgente limpiar las playas y deshacerse del sargazo; para ello, se han invertido recursos económicos para la obtención de maquinaria, lanchas y equipos que faciliten su recolección.

Sin embargo, los impactos más graves están en el ámbito ambiental, ya que los grandes volúmenes de sargazo que se encuentran en el mar impiden el paso de la luz solar, causando una serie de efectos que generan un desequilibrio ambiental, lo que ocasiona la mortalidad de numerosas especies marinas, entre las que destacan peces y crustáceos, así como corales y pastos marinos. De continuar esta situación, el Sistema Arrecifal Mesoamericano, el segundo más grande a nivel mundial, podría verse comprometido de manera permanente.

La recolección y el manejo de este tipo de algas también generan impactos por el uso de maquinaria que puede destruir nidos de tortugas y causar la erosión de las playas al retirar arena. De igual manera, si el sargazo no es depositado en un lugar adecuado, se generan lixiviados y gases nocivos que pueden llegar a los suelos y al agua subterránea, causando su contaminación.

¿Basura u oportunidad?

En un inicio, se tomaron medidas apresuradas para mitigar esta problemática, las cuales consistieron en retirar el sargazo de los principales sitios turísticos y depositarlo en tiraderos a cielo abierto, e inclusive en playas con menor relevancia turística, todo sin un plan adecuado de manejo. No pasó mucho tiempo para descifrar que esta medida era insostenible, ya que la región no posee ni la infraestructura ni el personal necesario para la recolección y almacenamiento total del alga.

Al comparar los datos de colecta del sargazo realizada por la Secretaria de Marina (Semar) en Quintana Roo con las estimaciones de llegada de esta alga, se concluye que, a pesar de los esfuerzos realizados, únicamente se logra retirar entre un 10-30% del sargazo total que arriba a la entidad. Esto significa que entre un 70 y 90% de las algas pardas se descomponen en el mar o en las playas, lo que representa riesgos graves para la región.

Si se aborda como basura, esto representaría miles de toneladas de focos de contaminación; sin embargo, si hay un cambio de enfoque y se ve como una oportunidad, se podría hablar de miles de toneladas de un recurso.

Mientras más se conoce sobre el tema, más urgente es encontrar soluciones; es importante señalar que no existe una respuesta definitiva y única, por lo que se requiere una interacción entre el gobierno, la academia, el sector empresarial y la sociedad para tomar las mejores decisiones.

Propuesta de aprovechamiento

Los alginatos se obtienen de algas pardas y son altamente demandados por sus propiedades gelificantes, lo que los vuelven ideales para ser usados en la industria alimentaria y para la elaboración de moldes. El sargazo pertenece al grupo de las algas pardas; sin embargo, la presencia de metales pesados ha limitado su aprovechamiento en esta industria, por lo que es recomendable rastrear su movimiento durante los procesos aplicados.

Una visión de aprovechamiento integral podría ser una alternativa viable para procesar las grandes cantidades de sargazo y mitigar así sus efectos negativos. Una propuesta es el desarrollo de procesos enfocados en la cero generación de residuos, en donde al producir un compuesto valorizable, los desechos del procedimiento sean utilizados para la obtención de otros productos.

En el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) se han estudiado diversas opciones de aprovechamiento del sargazo; una de ellas es la obtención de alginato. El proceso utilizado mostró resultados prometedores en los que se alcanza un rendimiento de hasta 250 gramos de alginato por cada kilogramo de sargazo procesado. Mediante esta técnica, se da la movilización de los metales a los residuos resultantes, obteniendo un alginato libre de metales pesados, lo que amplía sus aplicaciones en la industria.

Para maximizar el aprovechamiento de la materia prima, el residuo del proceso fue analizado, mostrando la presencia de compuestos de interés que pueden ser usados para la generación de energía. La aplicación a escala industrial de este método permitiría mitigar la problemática ambiental del sargazo, además de contribuir al desarrollo de una industria alrededor de esta alga parda que permita la recuperación económica y el desarrollo social de las zonas afectadas por este fenómeno, al transformar el sargazo en un recurso valioso del cual se obtengan una gran variedad de productos.

Fuente: elsoldemexico.com.mx