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México tiene una gran diversidad de vertebrados cretácicos apenas en estudio: Marisol Montellano

“Encontramos algo que es único para América del Norte, un mamífero multituberculado que se extinguió cuando los ratones empezaron su gran diversificación en el Oligoceno. Tenemos mandíbula y parte del cráneo”: Marisol Montellano

“La importancia de estudiar lo que se tiene en México es que por mucho tiempo la localidad más sureña que se tenía con registros fósiles del cretácico era la de la Formación Aguja, en Texas, y lo que había en el país era una incógnita. Con estas investigaciones se ha encontrado que tenemos una gran diversidad de vertebrados cretácicos”, aseguró la bióloga Marisol Montellano al impartir la conferencia Los dinosaurios (y otra fauna cretácica) de México (2018).

La sesión, recomendación en línea del 15 de diciembre, formó parte del ciclo Los viernes de la evolución, coordinado por el colegiado Antonio Lazcano y se realizó de manera presencial el viernes 14 de septiembre de 2018.

La investigadora del Instituto de Geología de la UNAM comentó que México es un país megadiverso y mucho se debe a su historia y su geografía, a la distribución de sus montañas, del agua, del clima, de sus rocas ígneas y cretácicas. “El país ha ido cambiando desde el Cretácico y ha estado cubierto de mar por millones de años, su registro fósil está lleno de restos de invertebrados y vertebrados de origen marino”.

Explicó que el Cretácico formó parte de la Era Mesozoica y está dividido en dos periodos, el inferior y el superior. La experta en paleodiversidad y paleobiogeografía hizo un recorrido por los hallazgos más relevantes que se han encontrado desde la localidad más antigua, el periodo Albiense o Albiano, que sucedió hace más de 100 millones de años, hasta el Maastrichtiano, que ocurrió hace aproximadamente 72 millones de años.

Comentó que del Periodo Albiano México conserva la Cantera Tlayúa, en Puebla, lugar que alberga fósiles de peces y de fauna terrestre como cocodrilos, tortugas, escamados, reptiles voladores, además de restos de formas primitivas como los esfenodontes, reptiles endémicos, incluso el sitio es considerado único por estas características que aún se siguen estudiando.

“Durante el Campaniano Maastrichtiano, hace 72 millones de años, en México se formaron las cuencas en lugares como Saltillo y la parte continental del país se extendió. Coahuila alberga la Formación Cerro del Pueblo, una de las formaciones geológicas más estudiadas y donde se han encontrado muchos dinosaurios, anfibios, lagartijas y tortugas, dos de ellas endémicas del lugar, porque son las únicas que se han descrito. Entre los dinosaurios característicos de este espacio se encuentran el Velafrons y el Latirhinus, además del Coahuilaceratops y Kritosaurus, estos últimos más conocidos.”

Agregó que también se han encontrado restos de dinosaurios en lo que se conoce como la Formación Aguja, ubicada entre Coahuila y Chihuahua. “Hay muy pocas localidades donde tenemos datación radiométrica y esto trae una serie de problemas, por ejemplo, cuando queremos hacer las correlaciones de edad entre especies no es posible, sólo se puede por asociaciones faunísticas, que no contemplan algunas variantes necesarias.”

La investigadora hizo énfasis en que no tener más dataciones radiométricas es una limitación para entender cómo evolucionaron muchas de estas faunas. Aseguró que el norte del país está lleno de dinosaurios, faunas cretácicas y otros grupos como cocodrilos, lagartijas, aves, mamíferos, que convivieron con ellos. “No sólo tenemos huesos, restos fósiles, también hay huellas de diferentes tipos, que son una evidencia de vida en el pasado y son muy importantes para sugerir la presencia de ciertos grupos”.

La doctora Marisol Montellano trabaja en un proyecto de investigación en Baja California, específicamente en la llamada Formación El Gallo. Entre 1960 y 1970 un grupo de investigadores del Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles y de otras universidades, así como especialistas mexicanos, hicieron una colección de fósiles encontrados en el sitio, que forma parte del acervo del Instituto de Geología de la UNAM. Describieron dos formaciones, la Bocana Roja y El Gallo, y en 1963 hicieron el único mapa que existe de la zona.

En 2004 la investigadora mexicana en colaboración con un grupo de trabajo regresó al lugar para continuar con las recolecciones de fósiles y probar la hipótesis del gradiente latitudinal biótico propuesta por Lehman, quien propuso la reducción de la riqueza de especies con el incremento de la latitud. “México puede dar información para probar si la hipótesis es correcta, si realmente tenemos lo mismo que en el Norte, si lo tenemos diferente, qué tan diferente es y qué tanto compartimos; sobre todo, si existe este gradiente latitudinal”.

Hasta ahora se han realizado hallazgos importantes en el sitio como el del cráneo, patas y mandíbula de una lagartija que sólo se conocía por sus dientes, y la identificación del reemplazo dental en estos reptiles. Dentro de los fósiles también se lograron clasificar tortugas y un elemento esquelético que representa el primer registro inequívoco de un tiranosáurido en México. Además de cáscaras de huevo, que pertenecen a dos familias, y restos de dinosaurios bebés encontrados en 2018.

“Se ha encontrado algo que es único para América del Norte, un mamífero multituberculado que se extinguió cuando los ratones empezaron su gran diversificación en el Oligoceno. Tenemos mandíbula y parte del cráneo. La interpretación que podemos dar en este momento del lugar es que debió ser un ambiente fluvial entrecruzado, que las montañas se estaban elevando y, por el tipo de fósiles, el agua era dulce; además, por los restos de polen que hemos encontrado, se puede decir que había estabilidad y las plantas podían tener raíces. Es un sistema complejo de estudiar.”

En palabras de la bióloga, con estas investigaciones se ha encontrado que México tiene una gran diversidad de vertebrados cretácicos y apenas se están estudiando. “La lista de vertebrados terrestres es todavía muy preliminar, pero refleja una gran variedad. En especial, poco se conoce de los microvertebrados como lagartijas, anfibios y otros grupos.”

Fuente: El Colegio Nacional