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México se sofoca: olas de calor y tormentas, sin precedentes, marcan el 2024

Propuestas para el futuro incluyen viviendas adaptadas y más áreas verdes para mitigar el calor

La temperatura global ha ido aumentando paulatinamente, especialmente en el hemisferio norte del continente americano. En México, hay una tendencia de calentamiento de 0.6 grados Celsius por década, lo que refleja los extremos climáticos actuales, así lo expresó la especialista en cambio climático Tereza Cavazos, en una nueva sesión del ciclo Universidades por la ciencia, coordinador por Jaime Urrutia Fucugauchi, miembro de El Colegio Nacional.

Al impartir la conferencia Extremos climáticos de 2024 sin precedente en México: olas de calor y tormentas tropicales, la coordinadora del posgrado en oceanografía física del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), Baja California, señaló que el país tiene tendencia positiva de calentamiento del aire, con excepción de una pequeña zona en Baja California, lo que preocupa, porque el impacto del cambio climático se está resintiendo más rápidamente de lo que se creía.

“El año 2023 marcó un hito a escala global. La temperatura aumentó casi 1.5 grados Celsius, lo que fue relevante porque los escenarios mostraban que este umbral se podía rebasar a la mitad de la década de los 2030, pero lo alcanzamos antes”. Además, el contenido de calor del océano también marcó un récord y se descubrió que el océano profundo está prácticamente caliente, lo que tiene un impacto a largo plazo y provoca que existan huracanes más intensos.

“El aumento de temperatura en la atmósfera y en el océano provocan extremos mucho más calientes que hace 20 años, por lo tanto, tenemos que adaptarnos rápidamente a estos cambios que nos presenta el clima”, subrayó la especialista. Explicó que, este aumento de temperatura impacta también en las precipitaciones, al existir una mayor evaporación del aire, el aire funciona como una esponja que crece y puede contener más humedad, lo que genera lluvias más intensas. Esos son los dos efectos que se ven directamente del calentamiento global: temperaturas extremas y lluvias intensas.

Lo anterior tiene un impacto importante en el número de desastres globales asociados a fenómenos naturales. En la primavera de 2024, se vivieron olas de calor sin precedentes en México: “La temperatura máxima a nivel país ocurre entre mayo y junio y contempla los 33 grados Celsius, en promedio. Lo interesante de esas olas de calor, fue que en abril también se vivieron”

“Para el 15 de abril de este año, en la región oriental de México, del centro y en el noroeste, teníamos sequías excepcionales, que habíamos observado desde hace dos años, y el hecho de que haya sequía es relevante para las olas de calor, si hay un aumento en la temperatura, el suelo se calienta más rápido que el aire, lo que genera una sensación de calor sofocante”.

De acuerdo con la investigadora, en este periodo, México experimentó temperaturas de dos a cinco grados más de lo normal: “Es bastante, porque se considera una ola de calor cuando dura más de tres días consecutivos con temperaturas muy altas. En este caso, las tres olas duraron más de una semana cada una, incluso hubo una de dos semanas”.

Agregó que, entre los impactos, se encontraron los nuevos récords en muchas ciudades incluyendo a la Ciudad de México, cuyo pico se registró desde 1860, con temperaturas que estuvieron por arriba de los 33 grados Celsius. Pero en el norte, como Monterrey, tuvieron temperaturas de 45 grados que para el mes de mayo es muy alto. Lo anterior se agravó por la falta de agua y la disminución de los niveles del líquido en las presas, que afectó a los sectores de energía, agricultura, construcción y todos los empleos al aire libre.

Gran burbuja de aire caliente y seco

Tereza Cavazos sostuvo que, en el presente año, en México, se generó una gran burbuja de aire caliente y seco, lo que se debió a un fenómeno conocido como domo de calor, que se asocia a un anticiclón de altura, un fenómeno que sucede a cinco mil 500 metros sobre el nivel del mar, en el que los vientos fluyen, se elevan sobre el anticiclón y luego bajan: “El anticiclón es como un domo, como una montaña en la que, si hay aire que fluye, se va a elevar sobre la montaña y al bajar se calienta por compresión. Cuando sucede un anticiclón, tenemos cielos despejados, aire y suelo que se calientan más rápido y provocan un aumento de temperatura”.

“El océano fue un factor importante para que se generara el cambio de circulación en México. En Climax Shift Index se mostraró que las olas de calor en el país pudieron haberse debido al calentamiento global. Demostraron anomalías y aumentos de 5 grados Celsius, que están ocurriendo cada 15 años, pero que se esperaba que sucedieran cada 60”.

“Se siguen rompiendo récords de temperatura, hemos tenido dos años seguidos con huracanes que se intensifican rápidamente, como Otis en Acapulco y Beryl en el Caribe, esto es un foco rojo permanente. Además, las olas de calor de la primavera de 2024 duraron más de lo normal y afectaron a la población y a los ecosistemas”.

“Necesitamos mejorar el manejo de cuencas y la construcción de viviendas en el futuro debe contar con techos más altos para tener mejor aislamiento y poder adaptarnos a los calores extremos. También se requieren más áreas verdes para que todas estas personas que no tengan viviendas adecuadas vayan a los parques a refrescarse. Es importante tener un monitoreo continuo y contar con un atlas de riesgo para detectar las regiones que podemos ser más vulnerables”, finalizó Tereza Cavazos.

Fuente: El Colegio Nacional