Agregó que la relevancia de observar y estudiar estos objetos celestes radica en que son faros que informan sobre la edad del universo. “Un dato complejo, porque partimos de la premisa de que el cosmos surgió a partir del Big Bang, y posteriormente se realizó su expansión”
“Los astrónomos nos hemos preguntado: ¿cuánto pesan los agujeros negros? Para hacer la comparación, utilizamos la masa solar como unidad, que son dos gramos a la 33 potencia. Hay dos tipos de agujeros negros y los pesamos en masa solar”, sostuvo Anna Lia Longinotti, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, al impartir la conferencia “El resplandor de los agujeros negros”.
En la sesión, que formó parte del ciclo Noticias del cosmos, coordinado por Susana Lizano y Luis Felipe Rodríguez Jorge, miembros de El Colegio Nacional, la astrofísica explicó que los agujeros negros son los de tipo “estelar”, que pesan entre dos y 150 masas solares, que significa concentrar la masa de 150 soles en un punto muy pequeño. “Estos agujeros negros estelares nacen del colapso gravitacional de una estrella masiva, esto quiere decir que cuando una estrella quema su combustible y deja de resplandecer, se colapsa sobre sí misma y da lugar a un agujero negro que es el remanente de una estrella masiva”.
El segundo tipo es conocido como “supermasivo”, es decir, su masa llega a ser del tamaño de millones o miles de millones de masas solares y se encuentran en el centro de las galaxias. “Estos agujeros negros se les conoce como “activas”, porque emiten tanta energía y radiación que hacen que su luz sea mayor a la de sus estrellas”.
De acuerdo con la investigadora que trabajó en la Agencia Espacial Europea, el planeta se encuentra en el sistema solar, al interior de una galaxia que es un sistema mucho más grande. “Los agujeros negros se pueden observar dentro de la Vía Láctea y en otras galaxias. Los astrónomos nos hemos preguntado: ¿cuántos agujeros negros habrá en el universo? El número de agujeros es casi inconmensurable, son millones de millones; es incalculable”.
Agregó que estos objetos cósmicos se forman por efectos gravitatorios y por un mecanismo llamado “acreción”. La fuerza gravitatoria del agujero negro puede “atrapar” una estrella y arrancarle parte de su gas para “acretarlo” e ir aumentando su masa. “La fuerza gravitatoria de un objeto es proporcional a su masa: objetos con más masa producen una atracción gravitatoria mayor”.
Anna Lia Longinotti explicó que los agujeros negros son tan masivos que hasta la luz resiente su fuerza gravitatoria y una vez que la luz queda atrapada por la gravedad, no puede salir. De ahí su nombre: agujeros negros. “Su resplandor se debe a un fenómeno causado por la gran cantidad de energía, que corresponde a la gran masa y gran velocidad que produce una gran emisión de luz”.
Históricamente, el primer agujero negro fue descubierto en 1964. Se trató de un sistema formado por dos objetos; por un lado, una estrella binaria, una estrella de grande masa; y por el otro, por un agujero de masa estelar que fue llamado Cignus X1. “Los agujeros negros están asociados con la radiación de altas energías. Cuando vemos en un laboratorio este fenómeno, a través de los rayos X, en su centro hay mayor luminosidad”.
“Soy astrónoma de grandes energías, me interesan mucho los rayos X y los gamma porque nos revelan el universo más extremo y energético”. ¿Qué observatorios y telescopios usamos para ver el resplandor de los agujeros negros? Utilizamos tanto observatorios espaciales como terrestres, por ejemplo: el Observatorio Astronómico Nacional San Pedro Mártir, en Baja California, México; el Telescopio Espacial Hubble; el Gran Telescopio de Canarias, en España; y el Satelite Herschel”.
Señaló que, para que las observaciones y los datos recolectados por estos instrumentos lleguen a los astrónomos, el recorrido comienza en el momento en el que el satélite Hubble recolecta información de la galaxia; después, a través de una antena manda los datos a un satélite, que, a su vez, envía la información a una estación en la Tierra, en la que se reúnen todos los datos, para ser procesados y obtener una imagen del agujero negro o del universo.
En palabras de la especialista, la relevancia de observar y estudiar estos objetos celestes radica en que son faros que informan sobre la edad del universo. “Un dato complejo, porque partimos de la premisa de que el cosmos surgió a partir del Big Bang, y posteriormente se realizó su expansión.
La primera imagen de la sombra de un agujero negro, fue M87*, “la zona oscura central es la verdadera sombra del agujero negro. No es el horizonte de sucesos propiamente dicho, sino una región de la que ninguna luz puede escapar. La científica informática responsable de extraer esta imagen de todos los datos recopilados, fue Katie Bouman, y dijo: “Es el equivalente a tomar una imagen de un pomelo en la Luna, pero con un radiotelescopio”, concluyó la experta.
Fuente: El Colegio Nacional


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