De acuerdo con Suzán Azpiri, se reconoce que más del 30% de las enfermedades emergentes están asociadas a los cambios de uso de suelo. “Se está perdiendo la diversidad, estamos perdiendo la integración y la integridad ecosistémica”
“Muchas de las causas de todos los problemas globales tienen que ver con la política del extractivismo. La política que está abusando de los recursos naturales, ya sea por la sobreexplotación, por las especies invasoras que estamos llevando de un lugar a otro, por la contaminación, por el cambio climático y por todos los cambios en el uso de suelo”, sostuvo el doctor en Ciencias Biológicas, Gerardo Suzán Azpiri, al iniciar la conferencia Una salud: Un enfoque multidisciplinario para la prevención de nuevas pandemias.
En esta primera sesión del ciclo El maravilloso mundo de los virus, coordinado por Susana López Charretón, miembro de El Colegio Nacional, el investigador de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM expuso que el mundo enfrenta una crisis global y que “hemos rebasado más de los cinco límites planetarios, es decir, los sistemas que soportan la vida en la Tierra se han sobrepasado bajo diferentes indicadores”.
Lo anterior significa que los ecosistemas están modificando su estructura, su ciclo de nutrientes y la dispersión de sus componentes. “Estamos haciendo una selección artificial mediada por las actividades humanas a nivel mundial. El problema es que ya estamos impactando todos los sistemas biológicos y atmosféricos, como el agua, la tierra y el aire. La presión selectiva es muy fuerte, entonces estamos haciendo un replanteamiento de las estructuras y conexiones en todo el planeta”.
Agregó que “se reconoce que más de 30% de las enfermedades emergentes están asociadas a estos cambios de uso de suelo. Se está perdiendo la diversidad, estamos perdiendo la integración y la integridad ecosistémica”. Aquí la importancia de hablar del concepto de Una Salud, que se define como un enfoque narrativo multisectorial y multidisciplinario que opera a nivel local, regional y global para lograr resultados óptimos de salud y bienestar, reconociendo las interconexiones entre personas, animales, plantas y su entorno compartido, subrayó el experto.
Comentó que lo anterior permite reconocer que “estamos conectados con todo, y las enfermedades emergentes son un reflejo de esa conexión o desconexión”. Por lo tanto, concluyó Suzán Azpiri, se necesitan desarrollar herramientas innovadoras de modelación para identificar escenarios de riesgo. Pasar de reactivos a preventivos; se requiere la generación de socioecosistemas que permitan el bienestar, la salud animal, pública y ecosistémica con justicia y equidad; así como permitir el diseño de estrategias combinadas sostenibles e integradoras para la producción de alimentos y el mantenimiento de la salud.
Los virus y las nuevas pandemias: nuevos enfoques para el siglo XXI
Por su parte, Selene Zárate, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, aseguró que “las enfermedades y las epidemias tienen algo en común: están causadas por virus”. Explicó que los virus son entidades biológicas que requieren infectar a una célula-organismo para poder multiplicarse y tienen una gran habilidad para evolucionar. Son capaces de acumular mutaciones a montones. “Así es como saltan a otras especies, es a lo que se le ha llamado Zoonosis, eventos en los que los virus saltan de una especie a otra”.
En relación con lo aprendido de la pandemia de COVID-19, la viróloga recordó que la sociedad pudo seguir en tiempo real esta emergencia, logró obtener datos de actualizaciones y herramientas que permitieron identificar el virus con mutaciones y sus riesgos epidemiológicos. “Se desarrollaron vacunas en poco tiempo. Se redujo el tiempo de su creación de diez años a menos de uno”. Incluso se crearon sistemas de producción y distribución de vacunas mientras se realizaban pruebas clínicas. “Fue fundamental en todo este proceso compartir la información científica. Se compartía al instante en bases de datos, informes de riesgos e incluso por redes sociales”.
Al responder a la pregunta ¿se puede predecir la emergencia de virus?, la bioinformática enfatizó que es necesario tener un enfoque más integral, llamado Enfoque de la ecología de virus. “En el que se considera que los virus forman una red con los hospederos que están presentes y que tenemos o podemos tener transmisiones laterales, cuando los humanos interferimos con estas redes de transmisión se puede dar ese salto de especie”. Hasta ahora se han descubierto 11 mil 273 especies de virus, que representan entre el 1% y 2% del total en el mundo. Pero también está el descubrimiento de nuevos virus.
La especialista sostuvo que la ecología del virus permitirá entender los factores de riesgo en la emergencia de nuevos virus; caracterizar la diversidad viral desde una perspectiva ecológica y su relación con redes virus-hospederos; priorizar zonas geográficas para la vigilancia de virus, incluyendo animales y personas que sirvan de centinelas; y también priorizar familias de virus con mayor potencial zoonótico, para su caracterización virológica que permita su desarrollo preliminar de sistemas de diagnóstico, fármacos y vacunas.
Enfoque “Una salud”
Al tomar el micrófono, Natalia Cediel Becerra, docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad La Salle, Colombia, se refirió al posicionamiento del panel de Expertos de Alto Nivel para el Enfoque de “Una salud” sobre prevención de pandemias. Este grupo se creó en 2020, con la intención de llevar el concepto de One Health (Una Salud) a políticas y acciones concretas. “Una Salud es definida por la OMS como un enfoque dirigido a la colaboración en múltiples niveles de Estados privados para alcanzar los mejores resultados posibles de política pública en salud”.
Agregó que, entre las publicaciones más importantes de 2022, fue la definición de este concepto que supera algunos de los sesgos que tenían otras definiciones. “One Health es un enfoque integrador y unificador que tiene como objetivo equilibrar y optimizar de una manera sostenible la salud de las personas, los animales y los ecosistemas. Reconoce que la salud de los seres humanos, los animales domésticos y salvajes, las plantas y el medio ambiente en general están estrechamente vinculados y son interdependientes”.
Cediel Becerra detalló que el enfoque moviliza a varios sectores, disciplinas y comunidades sociales para trabajar juntos y promover el bienestar y enfrentar las amenazas a la salud y a los ecosistemas, y a la vez, a la vez, a la colectiva necesidad de agua potable, energía y aire, alimentos sanos y nutritivos; y toma medidas sobre el cambio climático y a contribuir al desarrollo sostenible.
Programa PREZODE
En su participación, Benjamín Roche, del Instituto Francés de la Investigación para el Desarrollo Sostenible, expuso que, en el contexto actual, el número de brotes de enfermedades emergentes está aumentando desde hace décadas, al tiempo que lo hace la movilidad humana. Comentó que, entre las razones de la aparición de virus desde la fauna silvestre, se encuentran sus vínculos con los cambios globales, especialmente la deforestación; los patrones de contacto con la población humana, es decir, un aumento de exposición; y la reducción de la biodiversidad.
El codirector del Programa para la Prevención de Enfermedades Zoonóticas (PREZODE) habló del trabajo que realizan en su laboratorio, sitió en el que diseñan estrategias de conservación sostenibles, que protegen a las poblaciones humanas de la aparición de un virus. “El estudio lo desarrollamos en Yucatán, ya que tiene un alto índice de deforestación. Este estado ha perdido el 50% de su selva, siempre se ha considerado un foco actual de aparición en zoonosis. La península está conectada con la Ciudad de México con 10 vuelos diarios y es un puente importante para hacer posible una pandemia, por el contacto que tiene con otros científicos”.
Describió que el programa PREZODE se lanzó en enero de 2021 durante la Cumbre One Planet con el apoyo de la Comisión Europea y asume el desafío de prevenir pandemias. Sus objetivos son crear un marco común para implementar y coordinar proyectos de la investigación, sistemas de vigilancia y proyectos operativos para maximizar su impacto. Cuenta con una plataforma para compartir datos y un centro de recursos para la toma de decisiones, para respaldar opciones, políticas basadas en evidencia a implementar para reducir el riesgo de zoonosis emergente.
“Hoy en día, esta iniciativa pone mucha atención al control y la preparación para prevenir emergencias. Las herramientas desarrolladas para detectar zonas de riesgo no son suficientes, se necesita mejorar nuestro enfoque a la prevención acompañada de una estrategia de preparación y respuesta. No sólo es una cuestión académica, porque las herramientas no son suficientes, se necesita involucrar a todos los actores de la sociedad civil”, enfatizó el especialista.
Finalmente, Francisco Galindo, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia UNAM, hizo referencia a los sistemas pecuarios sostenibles. Aseguró que, analizando los tres sistemas de alimento para animales, el pastizal convencional, el silvopastoril y el monte, fue interesante observar que el silvopastoreo mantiene una riqueza de especies muy parecida al monte, al fragmento de bosque conservado, lo que ofrece, además de estas ventajas productivas, el tener más especies.
En relación con los hospederos susceptibles a la transmisión de enfermedades zoonóticas en estos ecosistemas, el experto aseguró que existe una tendencia muy interesante tanto en aves, como en murciélagos y roedores. “Lo hemos difundido como una forma de estrategia para mitigar brotes de enfermedades y restaurar zonas dañadas por el ganado, a través de estos sistemas de silvopastoril”.
“Necesitamos que estos fragmentos de bosque los podamos manejar de manera sostenible, y no cazarnos únicamente con la idea de productividad, más carne, más leche, más becerros, sino el ponerle un valor a la prestación de estos servicios ambientales, eso es lo que hemos querido hacer. Nuestro objetivo es validar esta guía de campo, manejar un sello para pequeños productores sean ‘amigos de la biodiversidad’”, concluyó Galindo.
Fuente: El Colegio Nacional