Las diferencias de sexo y género afectan las respuestas a las drogas: María Elena Medina-Mora
“El fentanilo clandestino es producido sin control, en formas no estandarizadas, polvo o tabletas falsificadas. Su potencia es impredecible, aumenta riesgo de sobredosis incluso con cantidades mínimas”, subrayó Salazar Trujillo
“Hombres y mujeres enferman en la misma proporción, 30% de ellos y 27% de ellas han padecido un trastorno mental en algún momento de su vida. Pero los padecimientos mentales por abuso de sustancias son más frecuentes en ellos, 8.8 hombres por cada mujer en la población adulta y 1.7 a uno, en la población adolescente”, manifestó María Elena Medina-Mora, miembro de El Colegio Nacional, al coordinar el conversatorio El futuro del fentanilo en México: retos y perspectivas en la prevención y atención.
La colegiada sostuvo que, en el contexto de las drogas, “la mujer es más vulnerable al opio, tiene mayor riesgo al dolor y es más sensible a la adversidad asociada con estímulos dolorosos y emociones negativas, debido a que intervienen una interacción con hormonas y contextos psicosociales”. Sin embargo, por razones socioculturales, el acceso a tratamiento es menor para ellas.
De acuerdo con la psicóloga mexicana, el fentanilo contribuye a aumentar las tasas de sobredosis de drogas y muertes y las mujeres son más propensas a usar opioides y acrecentar el consumo en comparación con los hombres. “Las diferencias de sexo y género afectan las respuestas a las drogas y la vulnerabilidad a la adicción. Aunque se sabe poco sobre las respuestas al fentanilo, porque las respuestas en hombres y mujeres no son las mismas que las de otros opioides”.
La Coordinadora del Seminario de Estudios sobre la Globalidad enfatizó que “más mujeres que hombres están en las cárceles por delitos relacionados con drogas. El 35% de las mujeres fueron arrestadas por delitos relacionados con las drogas, mientras que en los hombres solo hay un 19%. La diferencia es porque se usa a las mujeres para llevar la droga para cruzar la frontera, principalmente”. Además, “los cuerpos de las mujeres son usados en laboratorios como conejillos de indias para probar este tipo de sustancias”.
“En un estudio hecho por la Doctora en Estudios de Población y Maestra en Demografía Angelica Ospina-Escobar, se identificó que las mujeres consumen droga por estrategia de sobrevivencia, y como espacio de experimentación de placer y autonomía en un contexto extremadamente violento. El punitivismo frente al uso de sustancias ilícitas en los relatos de las mujeres se presenta por miedo de la violencia sexual extrema”, concluyó la colegiada.
El conversatorio organizado por el Seminario de Estudios sobre la Globalidad de la UNAM y el Grupo de trabajo sobre opioides, contó con la participación de Clara Fleiz Bautista, Nayely Vianey Salazar Trujillo, Hugo González Cantú, Francisco José Gutiérrez Rodríguez y Lucía A. Ledesma Torres, quienes hablaron de los desafíos en el manejo del dolor y las necesidades en la prevención de opioides.
Al tomar la palabra, Fleiz Bautista, del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñoz, señaló que son los contextos que se viven en el norte del país, como Tijuana, Ciudad Juárez, Mexicali, Hermosillo, San Luis Potosí, relacionados con la desigualdad, la exclusión social, el estigma, las violencias y los malestares emocionales y las experiencias traumáticas, los que están delineando la experiencia con el uso de sustancias psicoactivas.
“Ocho de cada diez muestras tomadas bajo estas condiciones psicotrópicas, usan fentanilo. Además, para balancear los síntomas, los consumidores lo combinan con metanfetamina, porque necesitan trabajar y conseguir recursos. En estos casos, su uso principalmente es inyectado y fumado”, subrayó la experta.
Uso médico de opioides
Por su parte, Nayely Vianey Salazar Trujillo, miembro del Seminario de Estudios sobre la Globalidad UNAM-INPRFM, se refirió al uso de opioides como medicamentos, algo que no es reciente y proviene de miles de años, la sustancia se sustraía del opio y se le atribuían propiedades terapéuticas que aliviaban el dolor. “En 1817, la extracción del principio activo del opio se le llamó morfina. A raíz de la estructura química de la morfina se fueron diseñando sustancias similares. La industria ha generado más estudios para que estas sustancias sean seguras y aplicables en un contexto médico y de la salud”.
La especialista aseguró que “no existe una producción de estas sustancias de manera regulada, se adquieren de forma ilícita y están enfocadas a adulterar otras mezclas psicoactivas con los mecanismos que también generan euforia con la compensación química de los medicamentos”. Pero se pueden encontrar, en su uso médico, con farmacéuticas reguladas, a través de parches transdérmicos, inyecciones, pastillas sublinguales e nebulizadores intranasales. Medicamentos que sólo se recetan en casos de dolor oncológico avanzado, dolor refractario, anestesia, dolor eruptivo y disnea.
“El fentanilo clandestino es producido sin control, en formas no estandarizadas, polvo o tabletas falsificadas. Su potencia es impredecible, aumenta riesgo de sobredosis incluso con cantidades mínimas; puede provocar mezclas letales en combinación con heroína, metanfetaminas u otros adulterantes; y su distribución es sin control médico y sin conocimiento del usuario”, subrayó Salazar Trujillo.
En su participación, Hugo González Cantú, del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñoz, recordó que “un porcentaje de las personas que inician el uso de opioides, a veces por indicaciones médicas, pueden desarrollar a lo largo del tiempo una dependencia, caracterizada por muchos síntomas fisiológicos como el desarrollo de una gran tolerancia y el aumento de las dosis”.
Entre los caminos para desarrollar esta dependencia, se encuentran los contextos que existe en el norte de la República, en zonas marginadas, pero también hay dos elementos más: “el uso y abuso de opioides en el ramo de la salud; y la población general que está expuesta al uso de opioides como el Tramadol, que en muchos países como el nuestro no está regulado”.
Según el especialista, independientemente del esquema de tratamiento proporcionado, se debe ofrecer reducción de riesgos y daños basada en evidencia a todos los consumidores incluyendo a los siguientes puntos: educación sobre uso menos riesgoso de jeringas, agujas y equipo estériles; acceso a equipo de inyección estéril; acceso a Naloxona para llevar a casa; y acceso a salas de consumo supervisado.
Estrategia Integral para la Construcción de Paz
Francisco José Gutiérrez Rodríguez, de la Comisión Nacional de Salud Mental, comentó que, antes de diseñar esta atención a las causas, se tienen que reflexionar una serie de factores psicosociales que van a influir en el consumo de los jóvenes a sustancias psicoactivas como escape de su realidad. “Hemos visto la disminución de habilidades en la población joven, por ejemplo, en el manejo de conflictos; la tolerancia a la frustración y el desarrollo de habilidades que les permite la solución de problemas”.
“Los jóvenes han encontrado el refugio en las drogas debido a este proceso de inequidad, desigualdad y al poco acceso de oportunidades de educación, a familias expulsoras donde hay maltrato físico y psicológico, además de abusos sexuales. Vemos condiciones donde los grupos delictivos ofrecen a estos jóvenes ideas distorsionadas de lo que es la inclusión, no sólo en el mundo de las drogas, sino en el mundo delictivo. Les ofrecen una familia, membresía, filiación, pertenencia, satisfacción de logros, riqueza inmediata, control, poder, pero no advierten que de la cantidad de tiempo que pueden permanecer en estos grupos delictivos no rebasan los cinco años”, enfatizó Gutiérrez Rodríguez.
Agregó que por eso se implementó la Estrategia Integral para la Construcción de Paz, casa por casa en territorio. La política instruida por la presidente Claudia Sheinbaum Pardo consiste en implementar el Eje Estratégico de Atención a las Causas, mediante la instrumentación de programas, servicios y acciones del Gobierno de México, con especial énfasis en localidades de alta vulnerabilidad.
Con el objetivo de fomentar la construcción de paz, se implementaron las siguientes acciones: Atención a las Causas de la Violencia, mediante la provisión de programas, servicios y acciones gubernamentales, se abordan las causas subyacentes de la violencia en las áreas de mayor vulnerabilidad; Implementación Estratégica Coordinada; y Mejoramiento de las Condiciones de Vida, en ámbitos cruciales como salud, educación, trabajo y bienestar. Este punto tiene la finalidad de construir la paz de forma integral, explicó el especialista.
Finalmente, Lucía A. Ledesma Torres, de la Dirección General de Políticas de Salud Mental y Adicciones, agregó que actualmente la Estrategia Integral para la Construcción de Paz se alcanzó en 12 municipios altamente vulnerables, localizados en Tabasco, Guerrero, estado de México, Guanajuato y Baja California. “Se ha logrado alcanzar una atención en módulo un total de más de 29 mil 950 personas. Hemos identificado a mil 942 personas con la necesidad de tener un seguimiento con el tratamiento. El enfoque es preventivo, aunque sabemos que tenemos transitar hacia un modelo de atención comunitaria, en donde el componente de salud mental de adicciones sea un componente transversal”.
“No es sólo la desintoxicación, aunque es un gran paso y es el primero, pero ofrecemos espacios de paz, actividades de paz, el autocuidado vinculado con la actividad física. Es fundamental participar de manera colectiva, generar espacios que puedan significar una red de apoyo importantísimo para los jóvenes. En este sentido, todos corremos riesgo de poder sucumbir ante un horizonte tan complicado como puede ser el consumo de sustancias y algo tan delicado como el tema asociado al fentanilo”, puntualizó Ledesma.
Concluyó que más del 80% de los que consumen alguna sustancia ilícita, esto significa ocho de cada diez personas, aseguran no saber lo que están consumiendo. “Hay mucho trabajo por hacer”.
Fuente: El Colegio Nacional