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La salud no le corresponde sólo al gobierno y a la familia, le corresponde a toda la comunidad: Luz Elena Olaiz Cortina

“Los principales desafíos para los cuidados paliativos son cobertura insuficiente, acceso a medicamentos limitado, formación profesional escasa, tecnología digital limitada, estrategia nacional centrada en capacitación y desconocimiento de la medicina paliativa”, aseguró Alfredo Camhaji Samra

El Seminario de Estudios sobre la Globalidad y el Seminario Permanente de Cuidados Paliativos en coordinación con María Elena Medina-Mora, miembro de El Colegio Nacional, convocaron a la mesa Cambiando paradigmas para el bienestar integral: El futuro de los cuidados paliativos en México, con el objetivo de crear conciencia sobre uno de los derechos humanos fundamentales para determinar el bienestar de la salud humana.

En la sesión, realizada en el Aula Mayor de la dependencia, participaron los especialistas Alfredo Camhaji Samra, Francisco Javier Mesa Ríos, Zoila Trujillo de los Santos, Irma Alejandra Coronado Zarco y Luz Elena Olaiz Cortina, quienes se refirieron a la toma de decisiones de cuidados paliativos, desde los aspectos éticos hasta los legales; a la atención compasiva a domicilio; al futuro de la salud mental y a los modelos innovadores en la enseñanza de este tipo de cuidados.

Alfredo Camhaji Samra, miembro del Seminario de Estudios sobre la Globalidad de la Facultad de Medicina, de la UNAM-INPRFM, explicó que los cuidados paliativos tienen como propósito aumentar la calidad de vida de los pacientes en niños, adultos y familias que enfrentan enfermedades amenazantes para la vida. “La atención debe ser multidisciplinaria e interdisciplinaria, debe ser individualizada, de calidad, oportuna y continua. El enfermo y la familia son la unidad a tratar, el cuidado del proceso del morir es de gran importancia para el paciente y la calidad del proceso favorece la evolución del recuerdo de la familia”. 

Puntualizó que el enfoque de atención debe ser físico, social, psicológico y espiritual, y debe abordarse a través de principios de bioética. “Los cuidados paliativos son un derecho humano, a partir del cual se busca evitar un sufrimiento innecesario y construir un entorno de dignidad en relación al fin de una vida. “Los principales desafíos para los cuidados paliativos son seis: cobertura insuficiente, acceso a medicamentos limitado, formación profesional escasa, tecnología digital limitada, estrategia nacional centrada en capacitación y el desconocimiento de la medicina paliativa”.

Por su parte, Irma Alejandra Coronado Zarco, del Instituto Nacional de Perinatología Isidro Espinosa de los Reyes, enfatizó que uno de los procesos más dolorosos en el duelo es comenzar a olvidarse de la gente. Se refirió a uno de los padecimientos más agudos para un ser humano, la osteogénesis imperfecta, enfermedad que provoca que los huesos se fracturen, inclusive antes del nacimiento. “Aún antes del nacimiento ya hay dolor, a partir de la semana 24 o 25. Será un paciente que morirá y que no se podrá salvar…Un paciente neonatal en una terapia intensiva que es un prematuro extremo, en 15 días puede ser sometido a 400 procedimientos dolorosos”. 

“Determinar la viabilidad de un ser humano al momento de nacer depende de muchas circunstancias, sí de las biológicas, sí de los recursos médicos, sí de los recursos tecnológicos, pero también hay circunstancias sociales que a veces son las que pesan más en la determinación de la viabilidad. La calidad de vida depende de nosotros mismos”, subrayó la especialista.

Agregó que es importante crear el sentido de dignidad y la familia del niño debe sentir que su hijo o hija fue tratado con este término, con trascendencia, con calidad de vida, con identidad, con respeto, compasión y muerte digna. 

En su participación, Francisco Javier Mesa Ríos, del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñoz aseguró que no existe el fututo sin salud mental. Detalló que las personas deprimidas y ansiosas, no piensan en un futuro útil, piensan en un futuro anticipatorio que les genera mucha ansiedad, por lo que salud mental es necesaria para poder hablar del futuro. “En la salud mental convergen una serie de factores que van desde lo molecular, lo fisiológico, lo anatómico, lo conductual hasta las interacciones interpersonales, pasando por las interacciones sistemáticas, sociales, espirituales y existenciales”.

“Cuando brindamos cuidados paliativos, una cosa es hablar de que no hay enfermedad mental e identificarlo de manera oportuna, y otra es lograr que, dentro del momento del morir, las enfermedades terminales, por ejemplo, las personas puedan alcanzar su máximo nivel de bienestar”, sostuvo el especialista.

Expuso que el bienestar de la salud mental tienen que ver con las necesidades básicas de las personas como su alimentación, el lugar donde viven, su seguridad, estar acompañados de las personas que sienten significativas, inclusive una serie de factores relacionados con lo económico y con una emocionalidad positiva,  es decir, aún en el momento de la muerte es posible tener esta emocionalidad de trascendencia, de significado y de motivación que les permite entender mejor y transitar mejor en este proceso.

 Cercana al final de la mesa, Zoila Trujillo de los Santos del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez, habló de las bases éticas y legales de la toma de decisiones al final de la vida. Puntualizó que los cuidados paliativos deben ser para todas las enfermedades y para todas las edades en las cuales existe sufrimiento. Para lo anterior, existe un marco legal que está registrado en el Artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos de México, que se refiere a que toda persona tiene acceso a la protección de la salud.

Explicó que, con la Carta de Praga, documento de afirmación de los cuidados paliativos, se insta a todos los gobiernos a aliviar el sufrimiento y reconocer estos cuidados como un derecho humano. Lo que implica que deben ser una obligación legal, como reconocen las convenciones de Naciones Unidas, basándose en el derecho a la salud física y mental al más alto nivel posible, sino se caería en crueldad y el gobierno puede ser sancionado.

Además, hay un código bioético que sugiere que el médico debe evitar emplear un medio extraordinario que no tenga ningún beneficio para el paciente. Y tiene que dar seguimiento clínico y apoyo moral al enfermo y su entorno, conforme al carácter humanístico de la atención médica. “El médico no debe emprender o continuar acciones diagnosticas perjudiciales para el enfermo, sin esperanzas de beneficios, inútiles u obstinadas. Y la sedación paliativa en el enfermo en fase terminal es un tratamiento correcto y obligado cuando existen síntomas refractarios”, afirmó.

Para terminar, Luz Elena Olaiz Cortina, del Centro de Cuidados Paliativos de México, IAP, señaló que se tiene que replantear el enfoque de los sistemas de salud, debido a que son insuficientes ante la demanda de servicios para pacientes con enfermedades crónicas y terminales. “Son muchas las enfermedades, muchos los síntomas y muchos los gastos, no alcanza para atenderlos”.

Expuso que el nuevo enfoque de los servicios de salud tiene que partir de las comunidades compasivas, que se refiere a un conjunto de personas que viven en un área común y que comparten intereses, cultura, normas, deseos, que aprovechan los recursos que tienen de su misma área y que involucra a todos los miembros del grupo, las familias, los gobiernos, las asociaciones, la iglesia y centros deportivos. “La compasión es una actitud que reconoce el sufrimiento del otro, lo que llaman empatía. Y lo que distingue esta actitud llamada compasión es estar dispuestos a hacer algo por el otro para disminuir ese sufrimiento”.

En otras palabras, las comunidades compasivas son un modelo de atención de cuidados paliativos que involucran a toda la comunidad. “La salud no le corresponde al gobierno solamente, no le corresponde solamente a la familia, le corresponde a toda la comunidad, es una responsabilidad compartida la que debemos tener”, concluyó.

Fuente: El Colegio Nacional