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La salud en México: entre la ciencia y la retórica política

Nos encontramos en un punto en el que nuestras decisiones tendrán repercusiones duraderas en la salud y el bienestar de generaciones

Durante la campaña electoral en México, la salud pública se convierte en un campo de discusión crucial, a menudo dominado más por promesas electorales que por argumentos basados en la evidencia científica. Esta última, debe ser el estándar para evaluar las propuestas en política de salud, proporcionando un filtro contra la desinformación y garantizando que las iniciativas promovidas sean para beneficio de la sociedad.

En diversos medios de comunicación se publican y “analizan” diversos temas relacionados con la salud de los mexicanos. En este sentido, revisamos algunas declaraciones frecuentes en el debate público, para discernir entre la retórica y la realidad científica:

El Seguro Popular y su impacto

A menudo se argumenta que la desaparición del Seguro Popular (SP) dejó a muchos sin servicios médicos, sugiriendo su reinstauración. Sin embargo, estudios como la revisión sistemática (análisis de 73 publicaciones científicas) de la doctora Colchero, del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), indican que solo el 21 por ciento de los beneficiarios del SP reportaron mejoras en sus condiciones de salud con los tratamientos instaurados.

Otras publicaciones científicas asocian al SP con un incremento en la desigualdad social, y la encuesta ENCIG/INEGI 2023 reportó una mayor confianza de la población hacia el IMSS-Bienestar que al Seguro Popular (58 por ciento contra 47 por ciento). Por lo que argumentar su restauración sin revisar sus deficiencias desde la base científica pudiera resultar poco objetivo.

Manejo de la pandemia de COVID-19

La pandemia ha sido objeto de críticas severas, especialmente enfocadas en los decesos registrados, 800 mil. Sin embargo, el exceso de mortalidad fue un fenómeno global, no exclusivo de México y así lo concluyen las investigaciones científicas de revistas reconocidas como Nature o Lancet.

Investigaciones del INSP y el Imperial College of London destacan que condiciones preexistentes como el sobrepeso y la obesidad exacerbaron las tasas de mortalidad, siendo las causantes de cuatro de cada 10 muertes por la COVID-19. Este dato subraya la importancia de políticas de salud pública que aborden factores de riesgo modificables, más allá de la gestión de crisis sanitarias.

Abasto de medicamentos

En la retórica de los “analistas” se sostiene que existe un desabasto de medicamentos generalizado, incluidos los medicamentos para tratar el cáncer en los infantes. La revista Lancet reconoce que muchos países de todo el mundo están experimentando escasez de medicamentos, lo que está afectando la calidad de la atención que se brinda. Concluyendo que estamos en un período que ahora se considera como la “era de la escasez de medicamentos”.

La Organización Mundial de la Salud en su reporte del 2023 concluye que como resultado de la pandemia, hubo un impacto importante desde la fabricación, la adquisición, la importación hasta la entrega, la disponibilidad y la asequibilidad de los medicamentos a nivel mundial, incluidos los medicamentos contra el cáncer. El gobierno puede tener alguna responsabilidad en la planeación de sus compras, pero no puede atribuírsele por completo el desabasto de algunos medicamentos.

Como sociedad, nos encontramos en un punto en el que nuestras decisiones tendrán repercusiones duraderas en la salud y el bienestar de generaciones. Existen dos candidatas: una con solidez científica y otra con aprendizaje empresarial. Con información veraz y no con retórica nos tocará decidir a los mexicanos el futuro de la salud en México. Construyamos un diálogo constructivo basado en hechos objetivos, no en ficciones.

Fuente: reporteindigo.com