La historia de las vacunas son uno de los triunfos más espectaculares de la ciencia: Antonio Lazcano Araujo
Las vacunas son uno de los instrumentos más poderosos con los que cuenta la medicina contemporánea, enfatizó Lazcano Araujo
“Hemos empezado a salir de la pandemia del COVID-19, gracias al desarrollo muy rápido y muy sorprendente de distintos tipos de vacunas, pero también, para sorpresas de todos, no sólo de la comunidad científica, nos hemos encontrado que hay una oposición, en México venturosamente es reducida”. Con estas palabras, Antonio Lazcano Araujo, miembro de El Colegio Nacional, inició la conferencia Vacunas vs. antivacunas transmitida en vivo el 8 de agosto por las plataformas digitales de la dependencia.
La sesión fue coordinada e impartida por el médico y colegiado Adolfo Martínez Palomo. Lazcano aseguró que es importante discutir este tema, porque la historia de las vacunas es uno de los triunfos más espectaculares de la ciencia y, en particular, de las ciencias biomédicas. “Es uno de los instrumentos más poderosos con los que cuenta la medicina contemporánea, no sólo para atender el problema de las enfermedades infecciosas, también otros padecimientos. Tenemos vacunas desarrolladas para el ganado aviar, el porcino, el vacuno, como una manera de garantizar y delimitar al menos las infecciones zoonóticas que puedan brincar de otros animales a nosotros o de nosotros a los animales”.
En palabras del experto en biología evolutiva, no se sabe cuándo surgió el reconocimiento de la importancia de la inmunización artificial, aunque desde hace 3 mil años se envolvía a las personas que habían padecido una enfermedad infecciosa, “y seguramente aquí es donde comienza la historia de las vacunas, que va avanzando lentamente de los países asiáticos hacia los países occidentales”.
Recordó que la escritora británica Lady Mary Wortley Montagu, se interesó por el trabajo de un grupo de mujeres que se hacía llamar “las griegas” en la época de la Ilustración, ofrecían inmunización en niños, a través de las costras secas de quienes habían padecido viruela. Después, el agricultor inglés Benjamín Jesty aplicó este método e introdujo la inoculación de la vacuna.
De acuerdo con el colegiado, fue Voltaire quien escribió en sus famosas cartas inglesas el proceso de la vacunación y Catalina la Grande quien apoyó su proyecto.
Sostuvo que el médico y científico inglés Edward Jenner, considerado el padre de la inmunología, desarrolló un método particular, “encontró que a las mujeres que ordeñaban las vacas se les generaban pústulas, pero no enfermaban de viruela. Rápidamente decidió ya no usar las costras, sino material tomado directamente de las pústulas de las vacas o de las personas que habían padecido la viruela”.
Agregó que, a pesar de su rotundo éxito, la Royal Society se negó a aprobar la vacuna. Es importante recordar que en el siglo XIX se presentaban problemas técnicos, como los riesgos de la contaminación y el uso repetido de las mismas agujas hipodérmicas, lo que provocó la transmisión de enfermedades como la sífilis o la hepatitis, lo anterior causó rechazo. “En términos ideológicos, la vacunación fue vista como una profanación de la “pureza natural” del cuerpo. Provocó una confrontación con la homeopatía y otras terapias alternativas, y fue considerada un elemento de pérdida de la libertad del individuo”.
“Conozco muy pocas personas en México que están en contra de las vacunas. Su argumento es que la vacunación está profanando la pureza natural del cuerpo y la considera como una imposición del estado sobre la libertad individual. Tengo la sensación de que el rechazo muy limitado a la vacunación que vemos en México, es parte de estos movimientos contraculturales, en donde la gente rechaza prácticas mercantilistas de la industria farmacéutica contemporánea, que es un negocio verdaderamente infame en algunos casos, y critican a la vacuna como un producto proveniente del modelo capitalista, de explotación de los individuos para hacer medicina”, comentó Lazcano.
Afirmó que es necesario recordar la herencia de Edward Jenner, quien impulsó la vacunación como parte de una política de salud pública, lo que llevó a predecir que algún día se podría erradicar la viruela.
Al tomar la palabra, Adolfo Martínez Palomo recordó que Louis Pasteur fue el primero que hizo una vacuna experimental contra el virus de la rabia. Se refirió al rechazo de las vacunas como una de las 10 principales amenazas a la salud en el 2022, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud. “Es un tema complejo, por este concepto de infodemia, hay una sobreabundancia de información que tiene lugar durante una pandemia y que genera confusión y una desconfianza hacia las autoridades”.
Confirmó que hay una pérdida de interés por parte de los responsables de los niños por entregar las cartillas de vacunación, lo que se traduce en una información difícil de analizar, porque no tener un porcentaje elevado de estas cartillas complica conocer cuál es la situación en esta materia. “Se han ofrecido no sólo en el país, sino en otros países, cartillas digitales de vacunación y empezaron a utilizarse en varios estados, pero se ha perdido el interés en ellas. Espero que se reactive, porque ofrecen una alternativa moderna, tecnológica, mucho más interesante que una de cartón”.
El médico mexicano comentó que hay una serie de individuos que se han encargado de hablar mal de las vacunas, como fue el caso del virólogo Luc Montagnier y el presidente brasileño Jair Bolsonaro, quienes generaron dudas de la eficacia de las inoculaciones.
En palabras de Martínez Palomo, los medios de difusión masiva, la religión, las tradiciones culturales, pueden ser muy importantes, porque una información falsa difundida por estos medios puede tener una repercusión importante en la salud. “El principal enemigo en la actualidad de las vacunas para los niños es la vacunación contra COVID-19”, porque la comunidad se ha concentrado en la inoculación contra coronavirus y se han debilitado las vacunaciones habituales en los infantes. Se estima que, al menos, 80 millones de menores de un año, en el mundo, corren el riesgo de contraer enfermedades como la difteria, el sarampión y la poliomielitis.
Puntualizó que también es fundamental combatir mitos sobre las vacunas contra la COVID-19, uno de ellos que la inmunidad natural adquirida a través de la infección por coronavirus es mejor que la inmunidad obtenida mediante las inoculaciones. Agregó que la Encuesta Nacional de Salud arrojó que, entre las razones por las que la gente no se vacunó, se encontró que creen que las vacunas tienen efectos adversos en el organismo, o que no sirven o no confían en el sistema.
“Lo que se requiere es un análisis cuidadoso de qué es lo que está ocurriendo y, al mismo tiempo, que se refuerce la vacunación por el COVID-19. Se debe tener en cuenta que la vacunación de los esquemas habituales para la infancia es absolutamente imprescindible y que no es aceptable que uno de cada cinco o uno de cada cuatro tengan las vacunas completas”, finalizó el experto.
Fuente: El Colegio Nacional