La desigualdad social deriva en una desigualdad en salud: Enjie Fakhr El Din Ismail Paz

“Hay una idea generalizada de que las mujeres cuidan, los hombres proveen. Las mujeres dedican al cuidado casi 40 horas a la semana, como una jornada laboral, mientras que los hombres sólo 30”, apuntó la doctora Nancy Elizabeth Rangel

El concepto de “desigualdad social” hace referencia a la situación socioeconómica que se presenta cuando una comunidad, grupo social o colectivo recibe un trato desfavorable con respecto al resto de miembros del entorno al que pertenece. “Se trata de un problema de las sociedades contemporáneas, producto de un desarrollo desigual de las diversas regiones del mundo”, expresó Enjie Fakhr El Din Ismail Paz, médica pediatra palitivista, en el conversatorio Temas emergentes en cuidados paliativos: soluciones interdisciplinarias.

En la sesión, que formó parte del del Seminario Permanente de Cuidados Paliativos, coordinado por María Elena Media-Mora, miembro de El Colegio Nacional, la experta sostuvo que la desigualdad social implica una distribución inequitativa de oportunidades, del respeto y del acceso a los bienes y servicios, que se fundamenta en diversas razones de tipo cultural o social, además, se manifiesta en un trato diferente o discriminatorio hacia las personas.

“La desigualdad social deriva en una desigualdad en salud, es muy probable que nos lleve a tener una desigualdad en cuidados paliativos, lo que provoca una situación de marginación y aislamiento”. En relación a los cuidados paliativos pediátricos, la Organización Mundial de la Salud considera que son los cuidados activos y totales que se tiene del cuerpo, la mente y el espíritu del niño e incluso de la familia que cuida a ese niño.

En palabras de Enjie Fakhr, los cuidados paliativos son para prevenir, identificar y tratar el sufrimiento de enfermedades que amenazan o que limitan la vida. Enfermedades crónicas complejas como los niños con cáncer, padecimientos renales, cardiacos o fibrosis quística. También están las enfermedades raras, que no tienen cura. En ese contexto, los cuidados paliativos les dan dignidad a los niños. “La OMS estima que el 6% de la población global necesita cuidados paliativos infantiles”.

Las mujeres y el cuidado

Al tomar la palabra, Nancy Elizabeth Rangel Domínguez, del Hospital General Dr. Manuel Gea González, se refirió a las mujeres y el cuidado, y detalló que éste último implica brindar apoyo y atención a otros y otras a lo largo de la vida con énfasis en los estados de enfermedad y discapacidad. “El cuidado se realiza en la privacidad del hogar y la familia, pero impacta en lo público. Como toda acción humana, está cruzado por los sistemas sociales, particularmente el sexo-género”.

“Hay una idea generalizada en la sociedad de que las mujeres cuidan, los hombres proveen. Esto lo vemos muy seguido en los hospitales. La mujer suele adoptar estos roles, según la Encuesta del Sistema de Cuidados en el 2022, el 75% de las personas que necesitaban atender fueron mujeres”. También hay diferencias en el tiempo que dedican al cuidado, mientras que las mujeres lo hacen casi 40 horas a la semana, como una jornada laboral, los hombres sólo 30 horas.

En relación al costo de cuidar y las acciones para disminuirlo, Rangel Domínguez aseguró que los cuidados limitan la posibilidad de contar con ingresos económicos propios; restringen las posibilidades de acceder al mercado laboral; disminuye la participación en los espacios públicos como la política, sociedad, el tiempo para capacitarse y especializarse e impacta en la salud física y emocional de las mujeres.

Por ello, aseguro la experta, es necesario incorporar políticas de género en el diseño de los programas de salud y cuidado; desarrollar programas de respiro, redes de apoyo comunitario laboral (comunidades compasivas); fomentar programas de apoyo emocional y psicológico dirigidos a cuidadoras e implementar programas de autocuidado у seguimiento a las enfermedades crónicas.

En su participación, Centli Guillén-Díaz Barriga, investigadora en psicología de la salud, hizo referencia a las barreras que enfrentan las personas LGBT en el acceso a cuidados paliativos. Aseguró que esta población sufre niveles de desconfianza en el sistema de salud hetero-cis-normativo; problemas de salud mental derivados de la discriminación y el estigma; desconoce los procesos de protección legales; sufre la falta de inclusión de la familia elegida en la toma de decisiones y la ausencia de capacitación por parte de los proveedores de salud.

Según la experta, para cambiar esta dinámica, es necesario usar el nombre y pronombres correctos de los pacientes; reconocer a la pareja o a la familia elegida como parte del cuidado; evitar preguntas invasivas o irrelevantes e incluir la diversidad sexual y de género en la enseñanza de los cuidados paliativos. Sólo así “las personas LGBT dejan de sentirse invisibles, y la atención realmente se centra en su bienestar. Mejorar la competencia en cuidados paliativos para esta comunidad no es un asunto académico: es un paso hacia un sistema de salud más justo, humano e inclusivo para las personas”.

Finalmente, la colegiada María Elena Medina Mora, recordó que la psiquiatría paliativa se puede entender como “un enfoque que mejora la calidad de vida de los pacientes y sus familias que enfrentan el problema asociado con enfermedades que amenazan la vida, a través de la prevención y el alivio del sufrimiento mediante la identificación temprana, la evaluación y tratamiento impecables del dolor y otros problemas, físicos, psicosociales y espirituales”.

“No se opone a la investigación. Reconoce sobreposición entre cuidados paliativos, reducción de daño y recuperación, propone solo usar este concepto para personas cuya vida está comprometida”. La psicóloga mexicana enfatizó en la urgencia de las consideraciones éticas en la materia. “Las personas con enfermedades mentales graves mueren antes que la población general. Quienes enferman de esquizofrenia mueren hasta
25 años antes que la población general. Influye el problema de escasez de medicamentos, de fármacos caros, que los pacientes se resisten a ingerir.

Detalló que la psiquiatría paliativa permite desarrollar habilidades de soporte emocional, que se enfocan en el dolor total, el sufrimiento y su manejo; además, se centran en la concepción de la muerte y en el manejo del proceso de aceptación y planeación de la última etapa. “El soporte de la persona cuya vida está comprometida y de su familia, son pieza fundamental en una muerte digna”, concluyó la colegiada.

Fuente: El Colegio Nacional

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