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La cueva de Naica, en Chihuahua, es un tesoro nacional que muestra la simetría cristalina: Juan Manuel García Ruiz

En palabras del experto en cristalografía, la morfología general de estos materiales es de una belleza limpia, basada en la geometría de la línea recta, de las caras planas, de las formas poliédricas, una belleza donde la curva y las formas sensuales de la vida están ausentes

“El mundo de los cristales tiene un impacto enorme en la vida cotidiana. La sociedad del bienestar está basada en él, ejemplo de ello son la microelectrónica, la ciencia de los nuevos materiales, las ciencias de la salud o la biomedicina”, con estas palabras el doctor Juan Manuel García Ruiz, profesor investigador de la Universidad de Granada, España, inició la conferencia Los cristales gigantes. La formación, crecimiento y conservación.

Transmitida en vivo el 2 de marzo, a través de las plataformas digitales de El Colegio Nacional, la sesión forma parte del ciclo Universidades por la Ciencia, coordinado por el colegiado Jaime Urrutia Fucugauchi y un grupo de investigadores de dependencias educativas y de investigación de México y el mundo. El experto en cristalografía comentó que la diferencia entre vidrio y cristal es el orden, es decir el vidrio es la materia desordenada, y el cristal es la materia ordenada, tiene un orden periódico perfecto.

Agregó que esta estructura ordenada ha permitido diversos avances tecnológicos como la conservación de la energía solar, los paneles solares se construyen con cristales de silicio que se encargan de captar la energía del Sol; también toda la electrónica está basada en este tipo de materiales, como las pantallas ultradelgadas.

“El conocimiento que tenemos de la estructura interna de las moléculas de la Vitamina C, de las insulinas, de los virus o de los fármacos se obtiene gracias a la utilización de cristales muy pequeños. En el último siglo, los cristalógrafos hemos logrado traducir imágenes en la estructura íntima de las moléculas en beneficio de la vida o del tratamiento de enfermedades. Esa es la importancia que tienen los cristales hoy en día, de hecho, es la disciplina con mayor número de Premios Nobel que hay hasta ahora.”

El investigador aseguró que una de las propiedades de los cristales más fáciles de apreciar es su morfología. Por ejemplo, los cristales de hielo tienen una estructura de columnas hexagonales compuestas por moléculas de agua perfectamente ordenadas. “La morfología general de estos materiales es de una belleza limpia, basada en la geometría de la línea recta, de las caras planas, de las formas poliédricas, una belleza donde la curva y las formas sensuales de la vida están ausentes.”

Agregó que lo primero que comenzaron a coleccionar los homínidos hace 400 mil años fueron cristales de cuarzo, porque todo lo que había a su alrededor era de una geometría fractal y los cristales tenían una simetría diferente. “Más allá de su importancia en la ciencia y la tecnología, la palabra cristal tiene evocaciones con la belleza, el equilibrio y la racionalidad, así se ha representado en la literatura, la pintura, el cine y el arte, como en el caso de la película 2001: Odisea del espacio de Stanley Kubrick, en la que el dios racional es un cristal.”

Explicó que el proceso de cristalización es de difícil control por eso no se ven con frecuencia cristales con formas poliédricas perfectas. “Lo que existe en la cueva de Naica, en Chihuahua, México, es algo único, es el mayor espectáculo de simetría cristalina. El mayor museo donde se evidencia la belleza canónica del cristal. Este sitio es un tesoro nacional mexicano, al mismo nivel de singularidad e importancia que las pirámides mayas, aztecas o egipcias; además, estos cristales no son reconstruibles y son de difícil conservación.”

El profesor de la Universidad de Granada, España, se refirió a los cristales de yeso, es decir similares a los que se formaron en esa cueva hace miles de años. Hizo énfasis en que estos materiales están formados de sulfatos de calcio con dos moléculas de agua en su interior, cuentan con una estructura de capas unidas débilmente y cuando el cristal es golpeado se rompe y se exfolia.

“Los cristales de Naica se formaron en agua. En 1975 éstos estaban sumergidos en agua, porque el nivel freático del líquido estaba a menos 120 metros de profundidad, pero a medida que se ha explotado el mineral de la mina donde se ubican se ha extraído el agua. Se forman a partir del sulfato cálcico que hay en el agua subterránea, del mineral que se llama anihidrita. Por sus características de formación, debe haber muchas cuevas en la montaña de Naica donde actualmente siguen creciendo este tipo de cristales.”

El equipo de trabajo del doctor Juan Manuel García determinó que la velocidad de crecimiento de estos objetos naturales era del orden de 60 micras, es decir el doble del espesor de un cabello cada siglo. Lo que muestra que las grandes vigas de entre uno y once metros de espesor de la cueva de Naica tardaron cientos de miles de años en formarse. “No sabemos la edad exacta de los cristales, pero sí que cada uno debería tener una edad distinta, porque aparecieron en momentos diferentes.”

El científico, que se ha dedicado a estudiar la conservación de los cristales gigantes de Naica, aseguró que se debe y puede hacer visitable esta cueva, además de conservar el sitio como una localidad de interés geológico. “Bajo ningún concepto deben extraerse estos cristales para exponerlos en un museo, deben quedarse en su entorno de formación y se pueden preservar en él.”

Puntualizó que “debemos impulsar un proyecto en la frontera de la tecnología que mantenga vivo el interés por los cristales gigantes de forma que sirva para seguir estudiando el fenómeno de cristalización natural y permita que la población de Naica pueda beneficiarse económicamente de este singular fenómeno. Además, hacer de la Cueva de los Cristales Gigantes un lugar de prueba de la tecnología más avanzada en el campo de la exploración de fenómenos minerales.”

Fuente: El Colegio Nacional