Dora Raquel Núñez

La ciencia ficción y la realidad ya son una misma. El nivel de la inteligencia artificial nos muestra escenarios que ya hemos visto antes en películas y libros, y aunque resulta fascinante, también abre un espacio a la reflexión sobre sus alcances y dónde son necesarios sus límites.

La creación de tecnología para reemplazar a seres humanos en un sistema en el que el valor y calidad de vida de las personas está determinado por su trabajo, beneficia el capital al cerrar espacios laborales, lo que engrosa las estadísticas de pobreza y desempleo.

Entre las profesiones que presuntamente quedarán en la prehistoria está el periodismo, cuya esencia es humanista. Claro que una inteligencia artificial puede escribir una nota informativa básica con los datos necesarios, pero dónde quedan los géneros y la perspectiva periodística, la observación, el ángulo, el estilo, detalles que hacen que cada periodista mueva al lector; además de pasar por alto uno de los deberes más importantes, la comprobación de datos.

En estos tiempos, con tantas maneras y canales para informarse, vivimos en crisis de desinformación. Las noticias falsas se crean, se multiplican y se difunden como un virus que daña nuestro juicio y entorno, y la inteligencia artificial ha sido utilizada con este fin, muestra de ello son las fotografías falsas que se difundieron de la supuesta detención de Donald Trump y el atuendo del Papa Francisco.

El ChatGPI, que desató furor en las redes sociales, sin duda ha ayudado a resolver dudas y resulta entretenido hacerle preguntas, pero también ha sido un aliado para los delincuentes en la redacción de textos más realistas en casos de fraude o suplantación de identidad, lo que hace más complicada la tarea de las autoridades para perseguir este tipo de delitos.

Eliza, la inteligencia artificial de Chai Research, se convirtió en la confidente de un hombre en Bélgica preocupado por el futuro del planeta y en su conversación lo indujo al suicidio, hasta le sugirió cómo hacerlo… y lo hizo.

La inteligencia artificial viene a revolucionar nuestro presente y definitivamente marca el paso del futuro, la pregunta es, ¿tendremos el sentido para no perder nuestra humanidad en el camino? 

Fuente: milenio.com