Género y energía: otras dimensiones del desarrollo sostenible: Julia Tagüeña
Física por la UNAM y Doctora en Ciencias por la Universidad de Oxford, Reino Unido: “La pobreza más grave es la pobreza energética. ¿Cómo se mide? Por ejemplo, por el acceso a una serie de elementos que complementan nuestra vida: en casa tienes teléfono, equipos de apoyo, licuadora, lavadora, luz eléctrica; si vives en un clima muy cálido tienes manera de enfriar el ambiente, si vives en el frío puedes calentarte… Todo lo que rodea la calidad de vida tiene que ver con la energía y no tener ese tipo de apoyos te vuelve energéticamente pobre y esa pobreza energética, la falta de calidad de vida, se vuelve la peor de todas.”
Hoy presentamos una de las entrevistas que salvo la consideración de ustedes, lectores de nuestra propuesta informativa, es una de las conversaciones más puntuales, claras y aleccionadoras que se han publicado en nuestro país sobre los ejes: género, energía, pobreza energética, y la prospectiva edificada sobre estos temas hacia el futuro próximo de nuestro país, de nuestra casa común: nuestro planeta.
Es una conversación que realizó y publicó UNAM Internacional, una propuesta editorial invaluable de nuestra Casa de Estudios: la Universidad Nacional Autónoma de México.
Por tal motivo agradecemos profundamente a “Género y energía: otras dimensiones del desarrollo sostenible, por su entrevista con Julia Tagüeña”, la cual nos han permitido reproducir y que fue realizada por Carlos Maza y Dolores González-Casanova para UNAM Internacional.
La Doctora Julia Tagüeña es una científica mexicana de altos vuelos y de un prestigio invaluable entre la comunidad científica de México. Preocupada y ocupada profesionalmente en la investigación y comunicación de la ciencia, materias que se han convertido en eje de su labor universitaria y que le han generado reconocimiento allende de nuestras fronteras.
La Doctora es integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, de la Academia de Ciencias de Morelos y de la Sociedad Mexicana de Divulgación de la Ciencia y la Técnica. Es Nivel III del Sistema Nacional de Investigadores y es parte del claustro de investigadores en los posgrados de Ingeniería (energía), Física y Filosofía de la ciencia.
Ha sido directora general de Divulgación de la Ciencia en la UNAM y del Centro de Investigación en Energía, encargada del despacho del Instituto de Energías Renovables de la UNAM, institución de la cual Pv magazine México, está en deuda permanente por permitirnos compartir la información que genera el IER, con nuestra comunidad de lectores.
Esta es la primer de dos entregas editoriales que haremos de la entrevista que difundió el pasado mes de octubre, UNAM Internacional.
Acceso a la energía y pobreza energética
¿Por qué el acceso a la energía es un indicador de pobreza?
En la materia de “Sustentabilidad, energías renovables y sociedad” analizamos el uso de la energía a lo largo de la historia. La energía está unida al desarrollo; sin energías simplemente no hay vida. Es una de las necesidades básicas de la humanidad y se puede considerar como la moneda de cambio del universo.
La sostenibilidad está directamente relacionada con la calidad de vida y con la posibilidad de acceder a una vida más digna. La pobreza más grave es la pobreza energética. ¿Cómo se mide? Por ejemplo, por el acceso a una serie de elementos que complementan nuestra vida: en casa tienes teléfono, equipos de apoyo, licuadora, lavadora, luz eléctrica; si vives en un clima muy cálido tienes manera de enfriar el ambiente, si vives en el frío puedes calentarte… Todo lo que rodea la calidad de vida tiene que ver con la energía y no tener ese tipo de apoyos te vuelve energéticamente pobre y esa pobreza energética, la falta de calidad de vida, se vuelve la peor de todas.
Hay diversos grupos en el mundo estudiando esto a través de indicadores; hay formas de definir estos índices que indican la pobreza energética y hay formas de definir la situación de un país en este aspecto, lo que es muy importante para que se adopten las políticas científicas y de desarrollo que permitirán combatir la pobreza energética.
Si hemos pasado de considerar la pobreza como ausencia de recursos para el consumo a esta visión más integral, ¿podríamos hablar de un cambio de paradigma?
Cuando vemos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), algunos señalan condiciones básicas para la vida; si no comes, si no tienes alimentos, si no tienes energía, si no tienes agua, simplemente no hay vida. Pero nos gustaría no solamente sobrevivir, sino que la vida tuviera cierta calidad; es cuando aparecen los ODS, como puede ser el acceso a la educación: no solamente quiero sobrevivir, quiero tener acceso a la educación, quiero tener una buena salud, que esta vida digna, de calidad y equilibrada no sea diferenciada entre la gente. Debe buscarse la igualdad de oportunidades y que todo esto quede dentro de una gobernanza; no basta con sobrevivir, sino que se trata de sobrevivir de una manera digna, con calidad de vida.
Un punto muy importante es el tema de la igualdad de género; finalmente, la pobreza está relacionada estrechamente con el género. Una anécdota: en cierta ocasión le presentaron a Gandhi a un hombre de la casta más baja: “Está usted conociendo al hombre más pobre de la India”, y Gandhi contestó: “No, la persona más pobre de la India es la esposa de este señor”.
En todas estas cosas las mujeres están todavía en un grado mayor de dificultad, entonces el tema de igualdad de género también tiene mucho que ver con la calidad de vida.
La Cumbre de las Mujeres y encuentros con enfoque de género han modificado la perspectiva respecto de los ODS. ¿Cuándo se empiezan a realizar estas reuniones? ¿Forman parte de las políticas internacionales o su reconocimiento está aún en proceso?
Hay que ubicar las cumbres de las mujeres en el tema de la participación de las mujeres en la ciencia. El tema de género es amplísimo, tiene muchísimas aristas y estas cumbres no necesariamente se enfocan en otros puntos fundamentales del tema, sino que están dirigidas hacia la participación en la ciencia. Surgen cuando la Comunidad Europea empieza a diseñar programas de apoyo económico a la ciencia. Aparece un movimiento feminista que denuncia la falta de apoyo a las mujeres en este ámbito, y una organización con sede en Europa, Portia, asume la dirección de estas acciones que empiezan en Europa y luego se extienden por todo el mundo.
La primera cumbre a la que yo asistí fue en Estados Unidos; fue la primera realizada en Norteamérica. Después formé parte del comité que organizó una de estas cumbres en la Ciudad de México. Los ODS con enfoque de género se discutieron en Corea. Estas cumbres se han ido multiplicando en todo el mundo. En la página en internet de Portia están las memorias de todas ellas, todas tienen documentos muy interesantes que se pueden consultar ahí.
Las cumbres siempre van acompañadas de talleres. En el caso de México hubo toda una serie de actividades para mujeres indígenas, becadas por CONACyT en su momento, y fue interesantísimo porque muchas de estas chicas no habían estado en la Ciudad de México. Fue un evento verdaderamente emocionante e importante. En estas cumbres todo gira alrededor del tema de género en la ciencia. Se ha abordado el tema de la dimensión de género en las investigaciones. Por ejemplo, en ciencias sociales todo debe de venir diferenciado y reportado con diferencias de género; en ciencias naturales hay muchos temas médicos donde importa el género: la dimensión de género nos dice que, evidentemente, la igualdad debe prevalecer, pero hay diferencias a tomar en cuenta y esas diferencias pueden enriquecer nuestras investigaciones.
¿Cómo se aborda el tema de sostenibilidad en este contexto de dimensión de género?
En Corea se tomó el documento de las Naciones Unidas sobre los ODS y se reescribió incorporando en cada punto la dimensión de género. Tomen el caso que ustedes quieran; cambio climático, por ejemplo.
El cambio climático está generando impactos diferenciados por género. Su impacto en las comunidades tiene que ver con diferencias de género; igualmente la pobreza, podemos preguntar respecto a las diferencias de género en relación con la pobreza pues, efectivamente, las mujeres sufren más la pobreza, cargan más su peso en la familia. En cuanto a la educación, ¿estamos educando bien a las niñas? Gran parte de la problemática de las mujeres en la ciencia está enfocada al tema STEM (siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) y a motivar a las niñas a que escojan carreras científicas y técnicas, que estudien carreras que normalmente se consideran masculinas. Hay todo un movimiento ahí muy unido a la sostenibilidad porque, al mismo tiempo que se escribe la Agenda 2030 en 2015, y los diecisiete ODS, en ese mismo momento se define el 11 de febrero como el día de la niña y la mujer en la ciencia. Esto significa asumir que las mujeres y las niñas son cruciales en la búsqueda del desarrollo sustentable porque los retos que tenemos no se pueden enfrentar sin involucrar y darle peso a la mitad de la sociedad que somos las mujeres.
Se ha luchado para que las convocatorias de investigación sean equitativas porque las posibilidades para las mujeres en ciencia no lo son. Con la dimensión de género se pide que las convocatorias expliquen cómo cada investigación va a apoyar en el tema de género. Puede suceder que estudies, por ejemplo, nebulosas planetarias; parecería que eso no tiene nada que ver con el género, pero a lo mejor lo que se vuelve relevante es cómo voy a transmitir este conocimiento a las niñas para motivar a más de ellas a acercarse a la física y la astronomía. Es decir, siempre le puedes dar un toque en el cual el género quede incluido como perspectiva.
A mi marido le gusta contar una anécdota: una vez le compró a mi nieta un mecano; cuando se lo estaban empaquetando mencionó para quién era y la vendedora le dijo “Esto es un juguete de niño”. Él respondió: “Es que yo quiero que mi nieta sea ingeniera”. Había mujeres en la fila pagando y le aplaudieron. Definitivamente los juguetes tienen una importancia en el desarrollo infantil. Las famosas muñecas Barbie, por ejemplo, que han manejado los estereotipos masculino y femenino del pasado remoto, ahora están sacando una serie de muñecas científicas, una de ellas basada en la figura de Sara Gilbert, la académica de Oxford que está detrás de la vacuna AstraZeneca. Esto es muy importante por muchos motivos; se trata de una mujer científica que está ya en sus cincuenta —las mujeres empiezan generalmente la carrera de investigación un poco más tarde por motivos familiares—, así que el hecho de que una muñeca sea una mujer madura y científica es definitivamente un cambio cultural. Los juguetes definitivamente son importantes, como los comportamientos en la escuela, la familia; muchas veces tenemos sesgos sin darnos cuenta porque es un tema cultural. Y sin duda tiene que ver con el desarrollo sostenible porque está basado en la igualdad; queremos que haya igualdad de oportunidades y eso hace que los temas de género estén muy relacionados con el desarrollo sostenible.
¿Cómo se promueve lo que está haciendo el movimiento STEM, que las niñas y las jóvenes puedan escoger carreras vistas como “de hombres”, mientras que las mujeres son identificadas como quienes realizan el cuidado de los otros?
El del servicio es todo un tema porque está muy basado en las mujeres. La pandemia agudizó esta problemática en la que se ha notado que impacta más severamente a las jóvenes. Chicas que antes sí hubieran estudiado, se han quedado en la casa apoyando a la familia. Siempre se espera que las mujeres asumamos las tareas de cuidado y servicio. Hay muchos estudios sobre esto, sobre la brecha de género y sobre cómo puede ser que tardemos mucho tiempo en cerrarla.
Podemos hacer talleres para las niñas, motivarlas. Hay un grupo que se llama Pauta, en el que estoy involucrada, que brinda talleres para animar a las niñas a que entren en carreras consideradas de hombres. Claro que esta discriminación afecta a las niñas y a los niños, porque ellos también se interesan por carreras que no les dejan seguir porque “parecen femeninas”. Estamos buscando la igualdad de oportunidades para ambos. Todos estos talleres de ciencia deben de ser para ambos géneros. Y es muy importante enfocar este tema también en relación con la sostenibilidad.
La UNAM está haciendo muchísimo, tiene muchas actividades y una coordinación nueva de género (la Coordinación para la Igualdad de Género, CIGU-UNAM). Cada vez hay más mujeres en posiciones directivas; en fin, la UNAM tiene una labor muy relevante en el tema de la igualdad de género.
Fuente: pv-magazine-mexico.com